Bodhi Linux 1.3: una pequeña joya

Hace algunos meses llegó a mi pantalla una distribución basada en Debian que se centraba en ofrecer la mejor experiencia posible al usuario con hardware más anticuado, empleando para ello el entorno de escritorio E17. Enlightenment, que en principio no pasaba de ser considerado un gestor de ventanas, es hoy día y tras 10 años de desarrollo sin pasar de la fase beta, una opción más para el escritorio del usuario, combinando la facilidad de uso con un consumo de recursos ridículo. Como quiera que soy un enamorado de E17 allá que me puse manos a la obra, pero la cosa no resultó como yo esperaba. Numerosos errores y cuelgues hicieron de una prometedora distribución un infierno inutilizable.

Aquella distro era Bodhi Linux. Con una nueva versión, basada en Ubuntu 10.04 LTS a disposición de los usuarios me he visto en la obligación de probarla para averiguar si las cosas han cambiado en algo. Y vaya si lo han hecho, para mejor. Podríamos decir, por aquello de su filosofía, que el árbol Bodhi ha crecido más allá de donde alcanza la vista. La distribución presenta, a día de hoy, la mejor integración con un escritorio E17 que he visto, salvando Elive, la cual no te permite instalarla sin pagar. Un gran trabajo que no pierde de vista el objetivo minimalista de la distro, de forma que se instala una base y luego el usuario va añadiendo lo que necesita. Incluye, además, una innovadora forma de instalación de paquetes vía web muy interesante. Vamos paso a paso:

Instalación
La iso de Bodhi tan solo ocupa 392 Mb. Tras grabarla en un pendrive, iniciamos al sistema live. En el momento de iniciar te pedirá que escojas tanto el perfil de uso (ordenador de sobremesa, portátil, elegante, sencillo, etc.) como el tema que prefiramos de los que vienen instalados. Esto solamente afectará a la sesión live, tendremos que volver a hacerlo cuando iniciemos por primera vez en el disco duro. El instalador de Bodhi es el mismo que el de Ubuntu 10.04, como nos recuerda el rótulo de la ventana, y nos lleva apenas 5 minutos tener el sistema listo.

Al reiniciar, como indicaba antes, habrá que volver a escoger tanto perfil como tema. En mi caso, elijo el perfil Desktop (un sistema sencillo, sin efectos 3D) y el tema Detourious. La facilidad con que se instalan y se cambian los temas en E17 es uno de sus puntos fuertes, como podremos comprobar. El escritorio está completamente en inglés. Para cambiar esto, primero hemos de ir a Menú –> Bodhi Linux –> Add software. Esto abrirá el navegador en la página de la Appcenter, o tienda de aplicaciones de Bodhi (todas gratuitas, por otra parte). Buscamos en el recuadro de arriba a la derecha «Spanish» y nos aparecerá la opción de instalar el «Spanish Language Pack».

Con el pack instalado tendremos que cambiar por un lado el idioma del escritorio y por otro el de las aplicaciones. En el primer caso, vamos a Menú –> Settings –> Panel Settings –> Language. Allí elegimos español. Para las aplicaciones hay que ir a Menú –> Applications –> Preferences –> Language support, y mover el español al principio de la lista. Aceptamos, reiniciamos y listo.

Como ya se puede advertir, el uso de E17 requiere de una curva de aprendizaje un tanto empinada al principio, pero una vez que se dominan los conceptos básicos del escritorio nos damos cuenta de lo poderoso y a la vez liviano que es. Aprender el manejo de E17 es algo que se escapa a los límites de esta entrada, por suerte Bodhi cuenta con una wiki completísima donde se presta especial atención a este concepto.

Navegación
Bodhi apuesta por el navegador ligero Midori. Si bien se desenvuelve sin problemas y ocupa muy poca memoria, no es, a mi juicio, mejor navegador que Firefox. En la Appcenter podemos instalar a nuestro viejo amigo, en su versión 9, así como el soporte para flash. La experiencia, una vez hecho esto, es muy buena, con una navegación fluida y rápida.

Vídeo
La filosofía de la distribución deja claro que prefieren que sea el usuario el que elija sus aplicaciones. Por esta razón no se incluye más que el navegador web (y me da la impresión de que solo se incluye porque se precisa para acceder a la Appcenter). De modo que no hay reproductor de vídeo, pero podemos elegir varios para instalar. VLC funciona bien, detecto algunos cortes en mis vídeos de alta definición, aunque no demasiado molestos. En general, bastante bien. La rapidez con la que se inicia la reproducción de cualquier archivo es increíble, sin duda ayuda mucho el liviano entorno escrito en C.

Música
Podemos instalar, por ejemplo, Banshee. Sin embargo, no reproducirá nada a no ser que instalemos también el pack non-free-codecs desde la Appcenter. Hecho esto, sin problema ninguno.

Ofimática
Tanto Libreoffice como Lightoffice (la opción con Abiword y Gnumeric) están a nuestro alcance. Ambas funcionan como el rayo.

Fotografía e imágenes
Así mismo, Gimp y Shotwell son instalables, y también funcionan perfectamente. Poco a poco vamos conformando un sistema a nuestra medida, en el que las aplicaciones abren en un tris sin perder ninguna de las funcionalidades que nos pueden ofrecer dichos programas en otro entorno de escritorio más pesado. ¿No es excelente?

Gestor de software
Como ya hemos visto tenemos la opción de instalar las aplicaciones con un simple clic desde la web en la Appcenter de Bodhi. Si preferimos hacer las cosas al estilo tradicional, contamos con Synaptic instalado. Recomiendo la Appcenter para los usuarios noveles, allí además se nos ofrecen packs de aplicaciones (de vídeo, multimedia, sonido, imágenes, etc) así como un par de opciones que incluyen muchos programas de una tacada: Nikhila (software más pesado) y Pratibha (opciones más livianas). Todo en Bodhi está enfocado a lo simple y a la libertad de elección del usuario para montar su sistema.

La Appcenter ofrece innumerables opciones, incluyendo temas, iconos, punteros, service packs (término muy windosero, la verdad), juegos… Un sinfin de posibilidades. A la hora de iniciar nuestras aplicaciones en el sistema contamos, además de con el tradicional menú, que podemos hacer aparecer en el escritorio con solo hacer clic, con el estupendo Everything, un módulo que actúa de forma parecida al «dash» de Ubuntu con Unity, o a lo que fue en su día Gnome Do. Basta escribir la primera letra de lo que buscamos para que se nos ofrezca la oportunidad de iniciarlo.

Reconocimiento de hardware
Para que funcione la impresora hemos de ir, cómo no, a la Appcenter e instalar el paquete llamado «Printing». Cuando hayamos hecho esto solo debemos conectar la impresora y será reconocida. Con el escáner basta instalar alguna aplicación, ya sea Simple Scan o Xsane y ocurrirá lo mismo. La webcam la probé con Cheese y también funcionaba directamente. Ventajas de estar basada en Ubuntu.

Software de uso habitual
A excepción de jDownloader, del cual me pregunto, dada su popularidad, por qué no hay ningún repositorio que lo albergue (salvo AUR, claro), todas las aplicaciones que uso se instalan desde la Appcenter. Vagalume no está, pero sí se puede encontrar en Synaptic. Funcionan sin problemas, incluyendo el gestor de descargas mencionado, el cual instalé con el script de su página web.

Gestor de arranque
Se instala Grub, tematizado al estilo Bodhi Linux. Bonito y funcionando al cien por cien, reconoció Windows XP, Arch y Zorin.

Estabilidad y suspensión a RAM
Dejando a un lado su estabilidad, que es perfecta y no tiene nada que ver con la de anteriores versiones, lo que sorprende de Bodhi Linux es su increíble rapidez. Para quien no suela leerme, recordaré que trabajo sobre un Pentium IV a 2’8 Ghz con 768 Mb de RAM y una gráfica Intel 82865G integrada. Un anciano dinosaurio que, envuelto en Bodhi Linux, recupera el esplendor de sus mejores días. Son las ventajas de usar un escritorio programado en el versátil lenguaje C que idearan en su día Kernighan y Ritchie y del cual nunca me cansaré de alabar sus virtudes. En fin, el sistema es una bala, estable y suspende a RAM sin dificultades. Perfecto.

Da gusto poder hacer una revisión de un sistema con el que uno queda tan satisfecho. Bodhi Linux ha mejorado una barbaridad con respecto a su versión anterior. Su apuesta por E17 me parece muy acertada, es el escritorio que mejor aúna la rapidez con la elegancia y las posibilidades de configuración. Con un poco de toqueteo aquí y allá podemos tener nuestro sistema tan bonito como este:

Y eso con cinco minutos. Si le dedicamos tiempo se pueden hacer auténticas maravillas con este escritorio. Y lo más importante es que todo lo bonito que añadamos no perjudica para nada el rendimiento ni la productividad de nuestro sistema.Bodhi Linux me ha impresionado y me invita a experimentar, pues me pregunto cuán rápido puede ser este mismo sistema si se basa en Arch en lugar de en Ubuntu. Cuestión de instalar E17 en mi Arch Linux y probar, que no se diga. La iluminación de Bodhi alcanza el 8’41 en mi particular ranking. Sobre su ciclo de lanzamiento, la distribución se considera semi-rolling release, y se basa únicamente en las versiones de soporte extendido de Ubuntu, las cuales salen cada dos años. Por tanto podríamos decir que el soporte de Bodhi es el mismo que el de Ubuntu, y se habrá de reinstalar en abril de 2012 con la llegada de Ubuntu 12.04. En un futuro pretenden que sea rolling release auténtica.

Y eso es todo por este año. Espero que haya sido un final digno, con esta estupenda distribución que invito a conocer a quienes no hayan tenido aún el gusto. Feliz Año 2012 a todos.

Anuncio publicitario

Kororaa 16 Chum: Fedora mejorada

La apasionante y entretenida actividad de revisar distribuciones Linux se está convirtiendo, con el paso de los días, en algo parecido a una vuelta al mundo. Distros de casi todas partes. Nos trasladamos hoy a las antípodas con una distribución basada en Fedora de orígen australiano llamada Kororaa. Sale con dos versiones principales, para Gnome y KDE, obviamente me voy a centrar en la segunda de ellas, que de decepciones con Gnome 3 ya voy sobrado.

El leit motiv de estos señores es facilitar al usuario la experiencia de uso de Fedora, para lo cual incluyen casi todo lo necesario para que no haya que comerse mucho el coco instalando cosas más allá del propio sistema. El aspecto es el mismo de una Fedora KDE, ni siquiera se ha cambiado el fondo de escritorio, pero esto no es necesariamente malo. Vamos a la revisión:

Instalación
Instalo Kororaa desde un pendrive. Al iniciar en modo live encontramos el escritorio KDE clásico con tres iconos, uno de ellos para instalar la distro, otro para ayuda y un tercero que es un archivo para leer en pdf en el que se desgranan las líneas maestras de Kororaa y se incluyen un par de consejos, entre ellos, las indicaciones de cómo instalar el soporte para flash en el navegador. Toda la instalación se hace en inglés, con el mismo software que Fedora que, entre otras cosas, no permite montar las particiones ntfs de inicio. Tampoco nos permite instalar el cargador de arranque Grub en un disco diferente a aquel en el que se va a instalar el sistema. Esto tiene una gran importancia y afecta muy negativamente, como veremos luego, hasta el punto de poder dejar tu sistema inutilizable.

El proceso de instalación nos lleva 20 minutos en los que podremos observar pacientemente como se llena una barrita hasta el 100%. Aconsejo aprovechar para hacer otras tareas. El slide show brilla por su ausencia. Tras reiniciar nos encontraremos con un escritorio KDE, lógicamente en inglés. La solución pasa por abrir un terminal (Konsole) y escribir la instrucción:

sudo yum install kde-l10n-es

Con esto tendremos instalado el soporte para castellano del escritorio. Ahora pulsamos el menú K –> System settings –> Locale –> Languages y allí movemos el español hasta la primera posición en el lado derecho. Luego salimos de la sesión (logout) y al volver a entrar ya está KDE traducido.

Si hacemos caso a las indicaciones del archivo «readme», cosa muy recomendable por cierto, debemos instalar las actualizaciones que se nos propondrán al cabo de unos minutos. En mi caso ascendieron al notable número de 223. Proceso de actualización lento donde los haya, marca de la casa, por desgracia, de Fedora. Tardé 1 hora en tener el sistema listo.

Navegación
El navegador que se incluye es la versión 8 de Firefox aderezada con algunos extras, como la integración con KDE (tema oxygen) y algunos complementos útiles como Adblock Plus, Flashblock, DownThemAll y xclear. El navegador está en inglés y por más que busqué en los repositorios no encontré el paquete de traducción. La navegación es fluida pero si queremos flash deberemos abrir Konsole e introducir:

sudo yum install flash-plugin-helper

Listo, navegador plenamente operativo con una instrucción. La misma operación, para los alérgicos al terminal, se puede hacer abriendo el gestor de software Apper y buscando el paquete flash-plugin-helper.

Vídeo
Nos ofrecen dos alternativas ya instaladas, VLC y Dragon Player. Teniendo la primera casi que sobra la segunda. En mi ordenador reproduce todos los formatos y de forma correcta, sin saltos ni problemas de color. Perfecto.

Música
También aquí tenemos doble ración, el completo Amarok y el más ligero juK. Ambos funcionan perfectamente.

Ofimática
El paquete Libreoffice está instalado. Si lo queremos traducir a nuestro idioma habrá que instalar, siguiendo el procedimiento visto más arriba, ya sea en consola o en Apper, el paquete libreoffice-langpack-es. En la pantalla principal de Libreoffice, se abre el menú Tools –> Options –> Language settings –> Language –> User interface. Ahí ponemos español y reiniciamos Libreoffice.

Fotografía e imágenes
Tanto digiKam como Gimp vienen instalados de serie y no dan ningún problema.

Gestor de software
Apper es el gestor predeterminado en Kororaa. Al contrario de lo que ocurría con openSUSE 12.1 aquí sí que funciona correctamente. La instalación de paquetes es, como señalaba antes, más lenta que en otras distribuciones. Apper ofrece actualizaciones automáticas.

Reconocimiento de hardware
Kororaa reconoce sin problemas la impresora al encenderla. El escáner, sin embargo, no encuentro la forma de hacerlo funcionar, ni a través del incluido Skanlite ni instalando Xsane. Nada de nada. La webcam va bien, aunque Cheese no funciona Skype sí lo hace.

Software de uso común
De entre los programas que utilizo con frecuencia, Kororaa incluye solamente el gestor de escáner, que visto lo visto vale para bien poco. Cheese, que tampoco va, está en los repos junto con Vagalume y Skype. La instalación de Dropbox también es posible, si bien instala junto con él el navegador de Gnome Nautilus. Innecesario de todas todas, cosas de las dependencias que se podrían haber ahorrado con la inclusión de KFilebox. Finalmente, jDownloader se puede instalar con su acostumbrado script.

Gestor de arranque
Sin duda el talón de Aquiles de Kororaa, la instalación de Grub en un disco duro físico distinto de aquel en el que ella misma se instala no es posible. Esto no es motivo para que no reconozca ningún sistema en la otra unidad de disco, como pasó, y tampoco se pueda iniciar la propia Kororaa. Tuve que hacer uso de la excelente utilidad Supergrub para poder restaurar el equipo. Fallo grave de los que hacen a la gente maldecir a Linux y volver corriendo a Windows.

Estabilidad y suspensión a RAM
No encontré problemas de cuelgues y la función de suspensión funcionó perfectamente.

Kororaa es una buena opción para aquellos a los que les gusta Fedora, pues evita al usuario las molestias de post-instalación, aquello de «x cosas que hacer después de instalar tal distro». Carece, no obstante, de un sello de identidad propio que la haga diferenciarse de su distribución de origen, no se puede decir que sea a Fedora lo que Mint es a Ubuntu, al menos yo no lo veo así. Por otra parte, el error de instalación de Grub la lastra sobremanera, pues es algo que no tiene sentido y que puede echar a perder un sistema. Es por ello que, pese a su 8’37 de nota no la recomendaría. Feliz Navidad.

Pear OS 3.0 Panther: Linux con sabor a Mac

Son muchos los seguidores de ese gigante americano llamado Apple, la compañía de la manzana mordida, la cual perdió recientemente a su fundador y principal gurú intelectual durante muchos años, Steve Jobs. No he tenido el gusto de probar ninguno de sus productos, para mi desgracia o mi fortuna no están a mi alcance, pero si de algo soy admirador es del sentido estético de Apple, a menudo imitado dentro del mundo Linux. Por poner un ejemplo, el fantástico tema Macbuntu que convierte a la propia Ubuntu o a cualquier distro basada en ella en un clon de ordenador Mac, hasta el punto de que hay usuarios de la «manzanita» que no son capaces de diferenciar el Linux tuneado del Mac OSX.

Y hoy nos topamos con Pear OS, versión 3.0, llamada también Panther. Una distribución francesa que imita a la perfección la apariencia y funcionalidad del sistema operativo de Apple. Se basa en Ubuntu 11.10, con lo que esto significa para bien y para mal.

Instalación
Grabo la iso a un pendrive e inicio. De repente me veo transportado al mundo Mac, con un escritorio live que presenta Gnome 3 algo transformado. La tradicional barra superior, con el logo de Pear (una pera mordida) y en la parte inferior el genial Docky, con iconos que recuerdan a los de Mac. El fondo de pantalla presenta el lema «Think totally different», es decir, «piensa completamente diferente».

Al instalar nos encontramos con el mismo instalador de Ubuntu, aunque con el detalle de cambiar el nombre, cosa que no siempre ocurre, y sin slide-show. Tras diez minutos instalando, reinicio el sistema y me encuentro lo habitual: escritorio en inglés, solo parcialmente en castellano. La solución es simple, menú Pear –> System Settings –> Language Support. Allí desplazamos el idioma español al primer puesto. Pulsamos de nuevo en el menú Pear (la perita de la esquina superior izquierda) y escogemos Log out. Volvemos a entrar, elegimos de nuevo Language Support (que ahora será Soporte de idiomas) y el sistema nos avisará de que faltan paquetes de lenguaje por instalar. Los instalamos, volvemos a hacer logout y volvemos a entrar. Todo estará ya en castellano.

Cabe destacar la ausencia de un menú de aplicaciones propiamente dicho, pues el citado menú Pear ofrece varias opciones, mas no la mayoría de los programas instalados. Para abrir cualquier programa será necesario pulsar en la aplicación Launchpad que se encuentra en la barra inferior, nos aparecerá entonces algo parecido al «dash» de Ubuntu, donde podremos elegir o buscar cualquier programa. A diferencia de lo que ocurre con la distro de Canonical, la barra superior sí permite ver la meteorología si así lo deseamos, aunque el tema visual escogido es erróneo e impide visualizar correctamente la temperatura, debido a la coincidencia de colores. Una pena.

Navegación
Pear OS viene con Opera como navegador por defecto, en este caso sustituto de Safari, claro está. Para poder hacer la comparativa en igualdad de condiciones, decido instalar Firefox, para lo cual utilizo la llamada Pear OS Appstore, que es el nombre que recibe el instalador de aplicaciones. Firefox se instala sin problemas, sin embargo es imposible encontrarlo en el Launchpad. Simplemente, no aparecerá. Fastidioso, pero al menos se puede paliar: buscamos la terminal en el Launchpad, escribimos «firefox» en la consola y, una vez se haya iniciado, veremos el icono correspondiente en la barra inferior. Si pulsamos con el botón derecho sobre dicho icono y escogemos «Anclar al dock», lo tendremos siempre ahí abajo.
En lo que a navagar se refiere, la experiencia es irregular. No aprecio la misma fluidez en las páginas que en otras distribuciones, se nota todo algo lento. Flash, sin embargo, va bien.

Vídeo
Tótem es la aplicación de reproducción de vídeo de Pear OS. En principio no reproduce ni mp4 ni avi, aunque durante la instalación marqué la casilla para que se descargar el soporte para este tipo de archivos. Si instalamos VLC desde la Appstore podremos reproducir dichos archivos, pero los de alta calidad se ven a saltos.


Música
Para la música, a falta de iTunes, claro, tenemos Clementine. Estupenda solución, el fork de Amarok 1 funciona perfectamente y reproduce los mp3 de inicio.

Ofimática
Si bien, en principio, no contamos con suite de ofimática, al ofrecernos el sistema la primera actualización se incluirá por defecto Libreoffice.

Fotografía e imágenes
Tenemos Shotwell para gestionar nuestra colección fotográfica. Si queremos usar GIMP lo podemos encontrar en la Appstore.

Gestor de software
Contamos con la ya mencionada Pear OS Appstore, que pese a lo que su nombre pueda sugerir no es tal tienda, sino un gestor de aplicaciones gratuitas disponibles para instalar. La pega es que está semitraducida, mezclándose en ocasiones el inglés con el francés y el español, lo que le da un aspecto bastante caótico al programa. Para actualizar el sistema podemos recurrir al gestor de paquetes Synaptic, que nos permite elegir las instalación automática de nuevas versiones de paquetes.


Reconocimiento de hardware
Al tratarse de una variante de Ubuntu, comparte su buen reconocimiento de hardware (al menos en mi caso particular). Todo funciona con solo conectarlo. Se incluye Simple Scan para el manejo del escáner. Cheese también está incluido para manejar la webcam, pero por desgracia no funciona (imagen en negro). Sin embargo, durante la instalación del sistema se me permitió usar la webcam para tomar una foto para mi perfil, cosa que hice sin ningún tipo de problemas, lo que viene a demostrar que el fallo está en el propio Cheese, es decir, que la cámara es reconocida y funciona bien.

Software de uso habitual
Bien, en general, en este apartado. Cheese y Simple Scan vienen de serie, tenemos Dropbox y Vagalume en la Appstore, jDownloader funciona si lo instalamos con el habitual script de su web y Skype, también en su web, nos permite descargar el paquete correspondiente a Ubuntu que podemos usar perfectamente en Pear OS.

Administrador de arranque
Lo reconoce absolutamente todo. Para editar el menú de arranque basta instalar «Startupmanager» en la Appstore.

Estabilidad y suspensión a RAM
El sistema en sí es estable, sin cuelgues, pero con las aplicaciones he tenido problemas puntuales, sobre todo con la Appstore, que se hace muy lenta y en ocasiones deja de responder. La suspensión a RAM es correcta.


Y correcta es precisamente la palabra que define a esta distribución. Pear OS 3.0 no aportará nada especialmente nuevo más allá de la estética. Cabe resaltar, no obstante, que los cambios realizados para «clonar» un sistema Mac han suavizado las asperezas de Gnome 3, con lo cual queda un equipo bastante más usable. El simpático logo de la pera mordida puede ser una buena alternativa para los que no se pueden permitir, o simplemente no les apetece, disponer de un ordenador Apple. Lo puntúo con un 8’56. Siempre nos quedará Macbuntu, por otra parte.

Ultimate Edition 3.0: con todo incluido

Turno para una nueva edición de Ultimate Edition, la distribución Linux especialmente indicada para aquellos que quieren tener a su disposición todo el software necesario para casi cualquier cosa que precisen desde el inicio. Todo ello, como veremos, sin sacrificar para nada el rendimiento, aunque con matices, según lo que usemos. Ultimate está basada en Linux Mint, si bien toma partes directamente de Ubuntu, con lo que se puede considerar una mezcla de ambas.


Instalación
Inicia desde un pendrive con todos los efectos de escritorio Compiz activados, con lo cual se producen fallos ocasionales (parpadeos, desaparición de ventanas) que son muy molestos, y que provocan una experiencia muy pobre en la sesión live. Es por ello que reinicio y escojo la opción de instalar directamente, lo cual me lleva a la aplicación de instalación de Ubuntu, en concreto se identifica como la versión 10.04 LTS (es decir, Ubuntu Lucid Lynx, la versión de soporte de larga duración que salió en Abril de 2010). Como quiera que en el escritorio aparece el símbolo de Linux Mint, la confusión es ya total. ¿Qué les hubiera costado cambiar los nombres para no hacer semejante galimatías?

Llámese como se llame, la distribución se instala en 20 minutos y me lleva a la pantalla de login, GDM, donde escojo iniciar sesión en Gnome sin efectos. Entre otras opciones tenemos la posibilidad de entrar en KDE, no en vano la iso de la distribución ocupa 3 Gigas. Entro a un escritorio con fondo negro (detalle inquietante), con el logo de Linux Mint en la esquina superior derecha y con un menú clásico de Gnome 2 absolutamente lleno de aplicaciones, la gran mayoría de ellas redundantes. Pero está el placer de elegir…

 

Ultimate Edition 1

 

Lo que resulta un tanto molesto es la mezcla que los desarrolladores hacen de aplicaciones basadas en librerías Qt (de KDE, digamos) y gtk (las de Gnome). Es lógico, ya que podemos elegir entre ambos entornos al entrar al sistema, pero provoca más confusión si cabe. A estas alturas, un usuario novel no sabe ni en qué entorno trabaja, ni cómo se llama la distribución, ni tiene un fondo de escritorio que la identifique, en fin, un completo lío. Para más inri, el escritorio se inicia en una fastidiosa combinación de inglés y español que termina ya del todo por irritar. La solución está en System –> Language Support , allí podemos instalar el idioma español por completo y reiniciar.

La mezcla de aplicaciones también provoca que, dado que estamos trabajando en Gnome, si queremos abrir algo tan nimio como el capturador de pantalla KSnapshot, tome una eternidad para iniciarse. Esto se debe a que precisa cargar las librerías Qt, que no se inician por defecto en Gnome, evidentemente.

Hasta aquí todo lo negativo. Veremos ahora que las ventajas pueden superar (cuestión de opiniones) a los inconvenientes.

Navegación
Al gusto del consumidor, tenemos Firefox, Chromium, Konqueror, Opera… Hasta el navegador basado en texto ELinks. Probando el primero de ellos todo va bien, el soporte para flash y la navegación.

 

Ultimate Edition 2

 


Vídeo
Más de lo mismo, se puede elegir Tótem, Dragon Player, VLC, Xine, Moovida, etc. Prácticamente todos los reproductores imaginables. Eso sí, todos ellos reproducen con colores saturados y/o saltos en vídeos de alta definición. Tanto reproductor para esto.

Música
¿Lo adivinan? Pues sí, arsenal de reproductores, desde lo más completos como Banshee o Clementine (incluyendo la extraña versión llamada Ultimate Player, que no comprendo en qué mejora al original) hasta los más livianos como Audacious. También están Exaile, Rhythmbox e incluso Songbird, que ya hace tiempo que dejó de desarrollarse para Linux. La elección corre a cargo del usuario, llama la atención que no hayan incluido Amarok.

Ofimática
Cabe la posibilidad de optar por el software más ligero, con Gnumeric y Abiword, o por la suite completa de Libreoffice. Ambas están en el menú.

Fotografía e imágenes
De nuevo un montón de opciones a nuestra disposición, F-Spot, digiKam, gThumb. GIMP, como no podía ser de otra forma, también está.

Gestor de software
El que una distribución tan centrada en los programas no cuente con su propio gestor parece chocante. Los desarrolladores no tienen en cuenta las estupendas aplicaciones de Ubuntu y Mint, presentando solamente el gestor de paquetes Synaptic. Extraña y pobre elección que no cuadra con la apariencia global de la distribución, en mi opinión. Además, los intentos de configurar Synaptic vía «Orígenes del software» son infructuosos, ya que no carga la aplicación.

 

Ultimate Edition 3

 


Reconocimiento de hardware
Al beber en las fuentes de Ubuntu y Mint, este apartado es absolutamente perfecto. Reconocimiento automático de todos los dispositivos.

Software de uso habitual
Y, evidentemente, esta parte también la borda. Tenemos Cheese, Dropbox, Simple Scan y Skype ya instalados. Vagalume está en los repos y jDownloader se puede instalar con su script de siempre.

Gestor de arranque
GRUB se instala sin ningún tipo de problemas y se puede editar con el programa Administrador de Arranque, en el menú Sistema –> Administración. Reconoce todos los sistemas y los inicia.

Estabilidad y suspensión a RAM
No encuentro problema alguno en general, refiriéndome a cuelgues, ni tampoco en la suspensión a RAM, que funciona bien. Sin embargo, durante la experiencia de uso sí que me topo con varios programas que no funcionan como deberían. Por ejemplo, el mencionado «Orígenes del software», entrada del menú que no carga nada. Cualquier elección de archivos (Guardar, Copiar, etc) en programas basados en Qt nos mostrará un diálogo donde no se ven los nombres de las carpetas, con colores grises que no casan con el aspecto general. Detalles a los que no se ha prestado atención.

Este aspecto, la falta de atención a los detalles, es el que arruina, siempre en mi opinión, la experiencia global con Ultimate Edition 3.0. En la parte positiva de la balanza siempre estará la ingente cantidad de software disponible, aspecto que apreciarán los usuarios que no disponen de una buena conexión de banda ancha a Internet, ya que pueden elegir entre montones de programas para hacer la misma función. En el lado negativo, muchas cosas. La distro da sensación de dejadez, esos pequeños detalles tiran por tierra el aspecto profesional que toda distribución debe tener, parece que se limita a una colección de programas y poco más. Y es una pena, porque me consta que hay mucho trabajo detrás de este proyecto, pero como ocurre con tantas cosas, los pequeños detalles son los que hacen la vida. La estética en rojo y negro también me resulta un tanto «cargante» a la vista. La combinación de programas KDE y Gnome no termina de cuajar.

Es por todo esto que, aunque la distribución puntúa muy bien (9’13) por su facilidad de uso y por poner al alcance del usuario una ingente cantidad de programas, no recomendaría Ultimate Edition salvo para quien todavía deba conectarse a Internet vía modem. Para todos los demás, hay opciones más interesantes y mejor conjuntadas que esta Ubuntu-Mint-Ultimate.

Vector Linux 7: una opción diferente

Llevamos ya un buen puñado de revisiones de distintas distribuciones de Linux y todavía no habíamos abordado ninguna que apostara por el emergente entorno de escritorio XFCE (X Free-Cholesterol Environment, Entorno X sin colesterol). Vamos a hacerlo hoy con esta Vector Linux, una distro canadiense como Arch, pero cuya base es la más antigua de las distribuciones aún en activo, Slackware. No tengo ninguna experiencia con ella, lo que hace más intrigante el resultado de la revisión. Con el entorno XFCE sí, no en vano lo tuve instalado en mi Arch Linux como explico en esta entrada, y aunque admito su impresionante evolución si lo comparamos con versiones más antiguas (así a bote pronto recuerdo una Xubuntu que probé en una ocasión), se sigue quedando corto para mis necesidades.

En cualquier caso, Vector Linux es mucho más que el entorno de escritorio. Se revela como una excelente alternativa a distros más conocidas, además de que su apuesta por XFCE se agradece en alas de proporcionar a la comunidad Linux más opciones donde elegir, diferentes a las habituales Gnome y KDE. En general adelanto que mi impresión ha sido buena, mejorable desde luego, pero buena. Como decía Jack «The Ripper», vayamos por partes:

Instalación
Vector Linux cuenta con una de las aplicaciones de instalación más completas que he visto, solo comparable a la de openSUSE. Empezaré destacando que no fue posible iniciar la distro desde pendrive, tuve que grabar un DVD. Tampoco tuve ocasión de probar la distribución en modo «live», pues no se me ofreció la opción para hacerlo, directamente se invita al usuario a instalar.

Durante la instalación, que toma unos 20 minutos, el slide-show que se ofrece se limita a pasar una y otra vez los créditos de los desarrolladores. Si bien el entorno gráfico está bastante cuidado y presta atención a los detalles, amén de estar completamente traducido al español si se elige la opción. En determinado punto de la instalación se ofrece al usuario la posibilidad de elegir qué tipo de sistema desea, mínimo, completo o personalizado con las aplicaciones que prefiera. Elijo el entorno completo y continúo. El siguiente paso permite elegir qué servicios se van a iniciar con el escritorio, aspecto este que, si bien es novedoso y útil, puede resultar algo confuso para usuarios poco habituados a lidiar con esto de los servicios. Desactivo el bluetooth y los servicios de escritorio remoto y poco más.

A continuación presenta el gestor de arranque con las particiones que ha identificado. Aunque no falla en ninguna luego veremos que no es oro todo lo que reluce, por desgracia. Este editor del gestor GRUB también está muy logrado estéticamente y denota profesionalidad.

Las buenas impresiones se confirman una vez se realiza el primer inicio dentro del nuevo sistema instalado. Dos scripts de configuración ayudan al usuario a elegir el mapa de teclado correcto y a montar el xorg.conf para iniciar el entorno gráfico sin problemas. Eso sí, de la estupenda instalación en castellano pasamos a un entorno total y absolutamente en inglés. Y lo que es peor, la opción para cambiar esto no existe. Al menos, yo no he sido capaz de dar con ella. Tienes un bonito escritorio XFCE en inglés. Con sus iconos Faenza Cupertino y todo, pero en inglés. Dos barras de tareas adornan nuestro escritorio, una la de XFCE arriba y un Cairo dock muy cuidado abajo. Lástima que tantísima atención a los pequeños detalles descuide algo tan importante para muchas personas como es el idioma.

Si exploramos un poco los menús descubriremos otro importante elemento diferenciador para bien, los llamados «VL-Qwikpicks», algo así como «Elecciones rápidas de Vector Linux». Consiste en lo siguiente: al final de cada entrada del menú, ya sea «Internet» o «Multimedia», encontramos junto con el montante de programas allí clasificados una opción Qwikpick, que permite desplegar una lista de nuevas aplicaciones a instalar. Así, en el Qwikpick de Internet tendremos varios navegadores, entre otras muchas aplicaciones, al alcance de un clic.

Navegación
Las opciones instaladas de inicio son dos, Firefox 8 y Opera 11.52. En ambos programas se navega desde el primer momento con fluidez, pero el flash, aunque presente, carece de audio. Ignoro el porqué y la forma de solucionarlo, algún tipo de incompatibilidad en el plugin.

Vídeo
Para la reproducción de vídeo contamos con tres programas: Xine, Gnome Mplayer y UMPlayer. Igualmente se puede instalar VLC con solo usar el Qwikpick. Si bien todos ellos reproducen todos los formatos posibles, nuestro viejo conocido problema, el de los saltos en alta definición, junto con la saturación incorrecta. En resumen, desastroso.

Música
Tenemos Exaile para la tarea de reproducir y clasificar archivos musicales. De nuevo, fallamos en algo básico. El programa da un error al tratar de reproducir un mp3, si bien el soporte para este tipo de archivos está instalado, pues con Mplayer no hay problema alguno. En definitiva, el organizador de música tampoco cumple satisfactoriamente. Y ya van tres errores graves.


Ofimática
Los desarrolladores de Vector Linux se decantan por la opción minimalista que representan Abiword y Gnumeric. También tenemos Libreoffice para instalar si lo deseamos.

Fotografía e imágenes
Ningún problema en este apartado, pues contamos de inicio con el organizador Shotwell y el programa de manipulación de imágenes de GNU, aka GIMP.

Gestor de software
Si bien podríamos considerar que las Qwikpicks son un gestor de programas en sí mismas, Vector Linux nos ofrece un manejador de paquetes llamado Gslapt. En mi primer contacto con la gestión de paquetes en Slackware he quedado más que satisfecho por la velocidad y sencillez de la instalación de los mismos y la resolución de dependencias. Sin embargo sí que echo en falta la actualización automática.

Reconocimiento de hardware
Las cosas van mejorando, otro apartado en el que Vector Linux cumple con creces. La impresora se añade con solo encenderla, el escáner funciona (como pude comprobar con el programa Xsane, ya instalado de serie) y la webcam, tras instalar Cheese, también estaba totalmente operativa. De diez.

Software de uso común
El único programa que no pude encontrar (esto es, que habría que compilar para usarlo en nuestro Vector Linux) es Vagalume. XSane es el gestor de escáner instalado por defecto. jDownloader se instala, como siempre, usando el script de su web. Y Cheese, Dropbox y Skype se encuentran en los repositorios oficiales, a un clic de distancia vía Qwikpicks.


Gestor de arranque
Lo que prometía ser un estupendo gestor, por la primera impresión que nos dió durante la instalación, comete un error imperdonable: pese a detectar Arch Linux, su secuencia de inicio provoca un kernel panic que lo hace imposible de cargar. Así mismo, es imposible encontrar un editor del gestor en los repositorios, con lo que solo queda manipular los archivos vía consola para obtener el resultado deseado.

Estabilidad y suspensión a RAM
Muy buena respuesta, impresión de fluidez en el escritorio y solamente 107 Mb de RAM en memoria al iniciar. La suspensión funciona bien.

Tras las oportunas pruebas de este sistema Vector Linux se podría decir que es más lo que se aventura, las cualidades que se le adivinan, que lo que ofrece a día de hoy. Se nota una atención a cosas que otras distros descuidan por completo, por poner un ejemplo, la facilidad con la que se pueden instalar nuevos programas con esa maravilla llamada Qwikpicks. La apariencia del entorno gráfico también está muy cuidada y da una idea de lo que los desarrolladores aspiran a ser, una distribución de referencia para los amantes del escritorio XFCE. Creo con sinceridad que se hallan en el buen camino, las sensaciones que deja Vector Linux son positivas pese a los errores encontrados. Estoy seguro que en próximas versiones darán mucho que hablar. 7’46 para Vector Linux 7 y estaremos atentos al desarrollo de esta interesante distribución.