Linux Mint Debian Edition: excelente

Como quiera que últimamente se estrenan pocas novedades en el mundillo de las distribuciones Linux he querido tomar la oportunidad para probar una que siempre ha sido de mis favoritas. Se trata de Linux Mint Debian Edition (conocida popularmente por su acrónimo, LMDE), la versión de la distro irlandesa que, en lugar de basarse en Ubuntu, lo hace directamente en Debian. Es una rolling release muy interesante, con los repositorios apuntando a la rama testing de la distro de la espiral carmesí.

La única versión publicada hasta ahora se conoce con el nombre de Lanzamiento 1, y fue editada en septiembre de 2011. Lógicamente, al tratarse de una rolling release, se ha actualizado bastante a día de hoy. Se nos presenta con un escritorio Gnome 2 clásico y aunando todas las virtudes de Linux Mint con las de Debian. Ahí es nada. Ni que decir tiene que me ha causado una impresión muy buena, prácticamente inmejorable, la cual paso a detallar a continuación.

Instalación
LMDE posee su propio instalador gráfico distinto al de la versión principal de la distro y también diferente al de Debian. Es conciso, rápido, eficaz y tremendamente sencillo de utilizar. En apenas 15 minutos tendremos preparado nuestro escritorio, completamente en castellano si así lo hemos elegido al inicio de la instalación. Los efectos de escritorio vienen desactivados de forma predeterminada, algo fundamental para ordenadores tan arcaicos como el mío.


Al reiniciar el equipo lo primero que nos encontramos es un aspecto visual muy cuidado, análogo al de las versiones anteriores de Linux Mint (la 10 y la 11) mucho mejor que el de la actual versión aún empleando MATE. Colores, tipografías, iconos… todo es armonía. El tradicional mintUpdate (el icono del escudito típico de Mint) nos avisará de que hay gran cantidad, 415 en mi caso concreto, de actualizaciones pendientes. El descargarlas y aplicarlas me lleva un rato, sin demasiados problemas salvo por un paquete que no podía descargarse, probablemente por un fallo puntual del servidor, ya que al cabo de unos minutos ya estaba disponible.

Navegación
El navegador web por defecto es Firefox. El no emplear Iceweasel es una diferencia con Debian, positiva en mi opinión, si bien ambos navegadores son virtualmente idénticos. Indico esto porque las versiones anteriores de Iceweasel, hablo de la 3.0 a la 3.5, siempre me produjeron más dolores de cabeza que sus correspondientes versiones de Firefox. De la 4 en adelante no encuentro problemas en las versiones de Debian. Firefox viene con todo instalado de serie, la navegación es fluida y la experiencia con flash y reproduciendo vídeos es muy buena.

Vídeos
Tenemos para elegir entre VLC, MPlayer y Tótem. Me quedo con el primero, desde luego. Se reproducen todos los formatos, con el único pero de los saltos en vídeos de alta definición de más calidad, un problema que achaco más a mi obsoleto hardware (¿quién tiene una gráfica integrada Intel 82865G hoy en día?).

Música
LMDE viene con Banshee como reproductor de audio predeterminado. Funciona a la perfección y se integra completamente con el escritorio Gnome 2 gracias a las notificaciones en la bandeja del sistema.


Ofimática
Tenemos Libreoffice instalado, actualmente la versión 3.3.3 para Debian. Funciona correctamente.

Fotografía e imágenes
Contamos con Gimp instalado para retocar los archivos de imagen así como con gThumb para ordenar y clasificar las fotografías. Los que, como es mi caso, encuentren gThumb algo parco en opciones pueden instalar Shotwell o F-Spot desde los repositorios.

Gestor de software
El siempre genial mintInstall funciona de maravilla, poniendo a nuestra disposición más de 30.000 paquetes en los repositorios de la rama de pruebas de Debian. La utilidad mintUpdate se encarga de mantener nuestro sistema actualizado de forma automática, algo imprescindible en una rolling release.


Reconocimiento de hardware
Genial en este apartado también. La impresora se configura de forma automática al encenderla, el escáner es reconocido y se emplea gracias a Simple Scan, que viene instalado. Cheese no funciona, para variar, al tratarse de su versión 3, que no he conseguido poner en marcha en ninguna distribución analizada hasta ahora. Sin embargo, tenemos más opciones, así que instalo Camorama desde los repos. Ningún problema, webcam funcionando.

Software de uso habitual
La ingente cantidad de paquetes disponibles es un sello «marca de la casa» en Debian. Encontraremos casi cualquier cosa que busquemos en los repositorios, si bien no en sus últimas versiones al tratarse de la rama de pruebas de la distro (para eso habría que apuntar a «unstable», como ocurre en otras distribuciones, siendo Aptosid santo y seña en este sentido). Camorama, como hemos visto antes, está en los repos y funciona. Simple Scan viene instalado. Dropbox, Vagalume y Skype también están en los repos y van perfectamente, al igual que jDownloader que se instala con el script de siempre, disponible en su web.

Gestor de arranque
Grub reconoce todos los sistemas de mi equipo y los inicia sin complicaciones. Tenemos el gestor Startupmanager disponible para descargar en los repositorios oficiales.

Estabilidad y suspensión a RAM
Como ya comentaba en la revisión de Aptosid, la rama «testing» o de pruebas de Debian es casi tan estable como la propia «stable». Con programas algo más nuevos, si lo que tenemos es un sistema doméstico vamos sobrados. Con esto me refiero a que la rama estable es más apropiada para sistemas que se emplean como servidor y han de estar en funcionamiento todo el día sin ningún problema. En resumidas cuentas, LMDE es sólida cual roca y suspende a RAM sin complicación alguna.

Ciclo de desarrollo
No hay que preocuparse por reinstalaciones, LMDE es rolling release, por lo que conforme van llegando los paquetes a los repositorios de Debian testing los tendremos disponibles a través de mintUpdate.

Voy a continuar probando a fondo esta distribución, como en su día hice con Zorin, ya que me ha impresionado bastante tanto en el aspecto estético (que ya conocía por la versión principal de Linux Mint) como en el funcional. Su consumo de RAM es ridículo, 114 Mb al iniciar, lo que le añade un plus de velocidad al desempeño de las aplicaciones bastante apreciable. Me quedo con la duda de si su carácter de rolling release puede causar situaciones de dependencias incumplidas, como a veces pasa en Arch, si bien cada vez de forma menos frecuente, la verdad.

Pero eso son conjeturas. La realidad, a día de hoy, es que LMDE es una distribución extraordinaria que combina a la perfección la belleza y usabilidad de Linux Mint con la solidez y disponibilidad de software de Debian. Una gozada, recomiendo a los usuarios de la versión principal darle una ojeada a esta LMDE. En mi opinión, esta rama de desarrollo debería ser la principal en la que se centrasen los responsables de la distro irlandesa en un futuro. Tiene un 9’36. Saludos.

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Toorox 01.2012: demasiados errores

Nos vamos a ocupar hoy de la revisión de Toorox 01.2012, nueva versión de una distro alemana que se centra en el escritorio live, pero a la vez ofrece la posibilidad de instalarse en disco duro. No había oído hablar de ella antes y, en vista de los resultados de la prueba, puedo comprender el por qué.

Toorox, en su nueva versión, se presenta con un escritorio Gnome 3 ligeramente modificado. Al menos es lo que indican entre las características de la distribución, pues lo poco que he podido ver en mi ordenador no me permite asegurar que esto sea así. Para mí solamente ha resultado un compendio de errores, frustrante y bastante poco operativa. Hasta ahora había revisado buenas distribuciones a las que el entorno Gnome 3 hacía peores – como siempre recuerdo, en mi opinión, claro – pero con Toorox la sensación es aún más negativa: la distro falla mucho y, para colmo, viene con Gnome 3. De mal en peor.

Instalación

Los intentos de grabar un pendrive con Toorox resultaron fallidos, por lo que tuve que usar un DVD. Al iniciar se permite elegir tanto la resolución como el tipo de monitor (LCD, CRT, widescreen), lo cual es un punto a su favor. Una vez iniciamos nos damos cuenta de que algo falla. La barra superior no se ve bien, y de lo poco que se visualiza se pueden apreciar que faltan caracteres. Es decir, en lugar de Firefox se lee Fi  f  x. Extraño error de tipografía que nunca antes me había ocurrido. Suponiendo que pueda ser cosa de los efectos de escritorio intento desactivarlos pero, como suele ocurrir en este disocho entorno, no hay manera de encontrar la opción para ello.

El mermado escritorio, para colmo de males, solamente se puede ver en inglés, alemán o chino. Pare usted de contar. Al pulsar el icono de instalación se nos advierte de que se trata de un script en fase de desarrollo (experimental, lo llaman) y que no se hacen responsables de posibles pérdidas de datos. No es algo que quede muy bien, más de un usuario puede en este momento decidir que hay cosas mejores que hacer que poner en riesgo sus archivos y salir de Toorox.

Pese a la advertencia, allá vamos. Lo cierto es que el instalador es de las pocas cosas que funcionan bien, es moderadamente rápido, sin slideshow y al terminar nos ofrece la posibilidad de instalar grub desde el principio o de añadir el nuevo sistema a un grub ya existente. Elijo la primera opción y detecta todos los sistemas, si bien al reiniciar observamos que el predeterminado no es el propio Toorox, como sería lo lógico, sino que se ejecuta por defecto Windows XP. Extraña manera de tirarse piedras contra el propio tejado. Intuyo que, simplemente, grub pone por defecto la primera partición, que en el caso de mi disco duro es la que contiene el sistema operativo de los señores de Redmond.

El escritorio ya instalado mantiene los errores de la sesión live, faltando caracteres, con colores que impiden ver la barra de tareas y sin que prácticamente se pueda hacer nada. Lo único que permite trabajar con este escritorio es desplazar el puntero hacia la esquina superior izquierda de la pantalla. Aparecerá entonces algo similar al dash de Unity y una barra en el borde izquierdo desde donde podremos ejecutar o buscar programas y archivos.

Navegación

El navegador por defecto es el de Gnome (antiguo Epiphany) pero también se incluye Firefox 9. La navegación es fluida, pero el plugin de flash se comporta de manera muy extraña. La primera vez que intenté abrir una página de vídeos en flash el navegador se quejaba de falta del plugin a la vez que reproducía el vídeo sin problema. Y la segunda vez, tras reiniciar el equipo, seguía produciéndose este comportamiento del navegador y además no se escuchaba el sonido que antes sí podía oírse. Error tras error.

Vídeo

Para reproducir vídeos se incluye un Movie Player que no cumple lo que promete, esto es, no reproduce nada de nada. Tan solo el audio en vídeos avi y mov y se acabó. En lo demás se queja de falta de plugins, pero no están disponibles en los repositorios, con lo que se nos presenta un reproductor que no reproduce. Vamos bien.

Música

¿Para qué mejorar? Sigamos con lo mismo. En esta ocasión tenemos dos reproductores, uno más ligero (Audacious) y otro algo más completo (Exaile) que no nos servirán para nada, ya que no tienen soporte mp3 instalado ni posibilidad de instalarlo desde los repos oficiales.

Ofimática

Esta parte funciona, lo que es un logro, visto lo visto. Tenemos Libreoffice instalado y operativo al cien por cien.

Fotografía e imágenes

También perfecto, con Gimp y Shotwell disponibles de inicio y funcionando correctamente.

Gestor de software

Toorox está basado en Gentoo, con lo que nos presentan como gestor de software una interfaz de usuario de emerge llamada Portato. Funciona bien, con rapidez pese a la complejidad añadida de emerge, pero no ofrece la posibilidad de actualizar automáticamente el sistema.

Reconocimiento de hardware

Al encender la impresora aparece una notificación de escritorio que indica que se está añadiendo el nuevo aparato. Esto es cierto solo a medias, pues si queremos usar nuestra impresora tendremos que ir antes al menú y ejecutar el módulo Printers, para luego elegir «Add new printer». Tras un rato en que el equipo parece congelarse, se añadirá la nueva impresora y estará lista para realizar su trabajo.

El escáner no requiere configuración, con solo encenderlo y ejecutar Xsane, que viene instalado, funciona sin problemas. La webcam no fui capaz de ponerla en marcha, Cheese se quejaba de una dependencia (camerabin) que no encontré en los repos y Skype de otra dependencia distinta que tampoco pude localizar.

Software de uso habitual

Tenemos Cheese instalado pero no operativo. Xsane como gestor de escáner, funcionando. Al intentar instalar Skype, que está en los repositorios oficiales, pide una dependencia no disponible. Vagalume directamente no está en los repos. Dropbox sí que pude instalarlo, pero extrañamente no se muestra en los menús ni en el dash, con lo que la única forma de iniciarlo es desde la consola con el comando «dropbox». El script de instalación de la web de jDownloader para el popular gestor de descargas funciona bien.

Gestor de arranque

Se instala grub con la ya comentada incidencia de poner como sistema por defecto aquel que se encuentra en la primera partición del disco. Mis intentos de instalar el gestor Startupmanager volvieron a chocar con los errores de dependencias. Errores, una palabra muy repetida en esta revisión.

Estabilidad y suspensión a RAM

Se vuelve a reproducir el dichoso error de Gnome 3, el equipo se cuelga cuando lleva un rato inactivo. Son pocas las distros basadas en este escritorio (me viene a la memoria Asturix, por ejemplo) que se salven de esta quema. La suspensión, sin embargo, va bien.

Ciclo de desarrollo

Los desarrolladores no informan de un ciclo de desarrollo como tal, sino que van liberando las versiones conforme las terminan. Al parecer, comienzan con la versión de Gnome, luego sacan la de KDE y finalmente la de XFCE. Entre las dos últimas versiones con Gnome han transcurrido 7 meses. 

No puedo, pese a mi voluntad de centrarme en los aspectos positivos de las distribuciones, sino constatar que estamos ante una distro muy verde. Falla prácticamente en todo. El error de tipografía que impide ver caracteres es sencillamente inaceptable. Los contínuos requerimientos de dependecias que no pueden ser satisfechas en paquetes que están en los repositorios oficiales también es algo lamentable. Toorox es un sistema operativo que falla en el segundo término, es decir, no es operativo en absoluto. No se pueden reproducir vídeos, no se pueden escuchar canciones en mp3. Haría falta muchísimo trabajo de configuración para convertir esta Toorox en algo mínimamente usable. Obtiene un 6’55 de nota y mi convencimiento de que, posiblemente, la instalación de distribuciones centradas en usarse como escritorio live no es una buena idea. Ahí lo dejo.

Kubuntu 11.10: luces y sombras

Me voy a saltar mi costumbre de analizar distribuciones conforme van apareciendo en el mundo Linux para dar cuenta de una que, pese a que muchos puedan pensar que no es más que Ubuntu con un escritorio diferente, ha sido, es y será referente entre los usuarios que prefieren el entorno KDE. Estoy refiriéndome a Kubuntu, la distro que la comunidad ubuntera pone a disposición de todos al mismo tiempo que la versión principal y que, por lo tanto, lleva tres meses ya entre nosotros.

Por los comentarios que había leído sobre Kubuntu, la gran mayoría positivos, me había hecho una idea sobre hacia dónde se estaba dirigiendo esta distribución. La última versión que tuve instalada, si no recuerdo mal, fue la 9.10 y ya ha llovido desde entonces. Al probar la distro en mi equipo he encontrado muchas cosas que han mejorado y, desgraciadamente, muchas otras que han empeorado. Trataré de analizar la experiencia en las siguientes líneas.

Instalación
Al iniciar desde el pendrive, al igual que ocurre con Ubuntu, se nos ofrece la posibilidad de probar la distro en modo live o directamente instalarla. No soy amigo de las probaturas en entornos sin instalar, más de una vez me he llevado sorpresas en ambos sentidos, para lo bueno y para lo malo, por lo que opto por la instalación directa. Como quiera que marco las casillas para habilitar la descarga de actualizaciones y de códecs multimedia, el proceso se hace realmente lento, llevando alrededor de 40 minutos en total. Eso sí, el aspecto gráfico, slideshow incluido es excelente, si bien en ocasiones se hace algo lento en responder, como demasiado pesado. Es un problema que muy probablemente no encontrarán los que disfruten de hardware más moderno.

Una vez reiniciamos y entramos por primera vez en nuestro Kubuntu encontramos el fondo de escritorio estándar de KDE (uno propio de la distro no hubiera estado mal, la verdad) y un aspecto gráfico realmente cuidado entre el que destaco la estupenda tipografía Ubuntu, una de mis preferidas junto a la Lucida de Apple. Los efectos de escritorio de Compiz están activados por defecto, lo que para mi tarjeta gráfica es un problema, nada que no pueda resolverse con un Alt+Mayúsculas+F12. Al poco de iniciar se nos ofrece la instalación de actualizaciones, unas 300 aproximadamente, de las cuales solamente restan por descargar unas cuantas. Y es aquí donde va a comenzar el galimatías que ha hecho que mi experiencia con Kubuntu haya resultado poco menos que una sarta de problemas, uno tras otro.

La actualización se lleva a cabo a través del gestor de software Muon, programa que desconocía y que no me ha podido dejar peor sabor de boca. En primer lugar, la actualización se detiene cuando la barra de progreso alcanza el 56%. Ni parpadeo del led, ni carga de procesador, ni nada, se queda como esperando algo. Me dirijo al menú de KDE para abrir el monitor del sistema y, oh sorpresa, han desaparecido todas las aplicaciones. Opto por la solución de abrir un diálogo de ejecución con Alt+F2 y correr Konsole. Una vez en el terminal, y dado que la ventana de Muon es imposible de cerrar y además no nos deja reiniciar el equipo, mato el proceso con kill y hago un «sudo reboot».

A la vuelta del reinicio las aplicaciones han regresado también al menú principal. Al intentar ejecutar el gestor de software Muon me encuentro con una ventana de error. Sin embargo, y esto es lo más extraño, al abrir un terminal y teclear «muon», el programa se inicia sin problema alguno. Ya tenemos el lío montado.

Y es que, a raiz de este problema, cualquier intento de instalar aplicaciones desde Muon, vía consola ya que es la única forma que tengo de iniciarlo, va a resultar en un problema detrás de otro. Programas que parecen instalarse pero luego no se muestran en el menú, programas que ni siquiera inician, procesos de instalación que se quedan colgados. Un auténtico berenjenal. De modo que decido prescindir de Muon y me dedico a instalar usando el terminal, con el socorrido «sudo apt-get install loquesea». La primera vez que lo intento me indica que dpkg, el instalador de paquetes de Debian, se ha quedado a medias y debe ejecutarse un «sudo dpkg –configure -a» para corregir el error.

Llegado este punto el lector entenderá que Kubuntu ha dejado de ser una distro para no iniciados y requiere, en mi caso particular, algunos conocimientos extras y el manejo de la terminal, lo que resultará en usuarios noveles huyendo despavoridos (no todos, afortunadamente, y sálvese quien pueda).

Navegación
Kubuntu es de las pocas distribuciones que optan por presentar como navegador el controvertido Rekonq, programa que se presenta como integrado en KDE en lugar del tradicional Konqueror. Si bien he leído que presenta muchos fallos y las veces que lo he probado así ha sido (recuerdo haberlo hecho en Chakra) he de reconocer que su integración con Kubuntu es muy buena. En las pruebas a las que lo sometí me arrojó un error, con cierre forzoso incluido. En su haber, decir que reproduce flash perfectamente y se navega con mucha fluidez. Debe mejorar todavía, en mi opinión, y en este caso para quien piense como yo está disponible el siempre excelente Firefox con un enlace en el menú K –> Internet desde el que se puede instalar. La apariencia de Firefox en Kubuntu es muy buena, al nivel de las distros que mejor integran aplicaciones GTK en KDE, caso de openSuse.

Vídeos
Dragon Player es el reproductor elegido. Si bien corre todos los formatos vuelven a aparecer mis viejos amigos, los problemas de la saturación de colores exagerada y los saltos en vídeos de alta definición. La instalación de VLC corrige el primero de estos problemas, mas permanece el segundo.

Música
Nada que objetar, tenemos Amarok preinstalado y funcionando a tope. A destacar el plugin de letras de canciones, con un desplazamiento automático del texto, tipo karaoke, muy útil. Genial.

Ofimática
Para el desempeño de labores de oficina podemos usar el omnipresente Libreoffice. La integración con KDE es buena, sin llegar a los niveles que he conseguido en mi Arch, pero buena al fin y al cabo.

Fotografía e imágenes
Ni Shotwell ni Gimp vienen preinstalados, probablemente por tratarse de software que emplea las librerías GTK. En cualquier caso están disponibles en los repositorios para su instalación.

Gestor de software
El punto negro, negrísimo, de esta versión de Kubuntu, al menos desde mi experiencia. Muon no me dió más que problemas desde el inicio, como explico en el apartado destinado a la instalación. Prescindible.

Reconocimiento de hardware
Totalmente automatizado, Kubuntu reconoce mi impresora Epson Stylus Color 685, mi escáner Epson Perfection 640U (dos piezas de museo, lo sé) y mi webcam Hércules Dualpix Exchange. Como programa de gestión del escáner instalo Skanlite y para usar la webcam opto por Kamoso. Todo perfecto.

Software de uso común
Más problemas de los esperados a este respecto. Cheese o Kamoso están disponibles, así como Skanlite o Simple Scan, como hemos visto. Con Dropbox no hubo manera, ya que kfile box no aparece en los repositorios y nautilus-dropbox me tira un error al iniciarse referente a los permisos de mi directorio principal. No me había ocurrido con ninguna otra distro, la verdad. Vagalume no funciona, si bien en este aspecto ya tengo precedentes. Skype se instala desde su web y jDownloader con el script correspondiente, también en su propia web.

Gestor de arranque
Menú clásico de Grub, reconoce todos los sistemas del equipo. Se puede editar instalando el Administrador de arranque Startupmanager, que está en los repositorios.

Estabilidad y suspensión a RAM
El sistema es estable si nos abstraemos del ya mencionado gestor de software. El iniciar dicha aplicación desde la consola para instalar programas redundó en multitud de problemas de estabilidad. Por lo demás, ningún otro error y la suspensión a RAM perfectamente operativa.

La impresión general que me ofrece Kubuntu 11.10 es que, con algunos retoques y empleando algo de tiempo en su configuración nos quedaría un sistema muy estable y funcional, con todas las ventajas ya consabidas de Ubuntu en cuanto a facilidad para encontrar software y una ingente comunidad de usuarios dispuesta a ayudar. Pero claro, si se precisa tiempo y configuración nos estamos alejando de una de las principales virtudes de Ubuntu y sus derivadas, la posibilidad de usarse «out-of-the-box» y sin que el usuario precise de conocimientos sobre el terminal (y no voy a entrar en la idoneidad de esta cuestión, sería un debate estéril y fuera de los límites de una revisión).

Tampoco sería justo desacreditar a Kubuntu, pues la mayoría de inconvenientes que he encontrado se deben a su gestor de software. Más allá de éste, si el usuario opta por Synaptic, por poner un ejemplo, o por usar aptitude o apt-get desde la terminal, hallará en Kubuntu una distribución eficiente, rápida y con muchas posibilidades de mejora. Los «enemigos» de Unity y Gnome shell disponen aquí de una alternativa muy válida para no tener que abandonar su distribución preferida. Obtiene un 7’35. Saludos y gracias a INDX por la sugerencia.

Asturix 4: Ubuntu a la española

Son muchas distribuciones analizadas sin que hayamos todavía revisado ninguna desarrollada en suelo patrio, pues bien, hoy vamos a ver cómo se comporta Asturix en su versión número 4. Esta distro que elabora un equipo de programadores asturianos nació en 2008 de la mente de un chico de 12 años llamado Luis Iván Cuende. Probablemente considerando la existencia de distribuciones creadas por y para las instituciones, especialmente autonómicas, caso de LinEx o Guadalinex, Luis Iván pensó que su comunidad, Asturias, no debía ser menos. Lo cierto es que esos fueron los inicios, pero a día de hoy Asturix ha trascendido el ámbito de la regionalidad y es bien conocida a nivel mundial, como indican sus visitas en Distrowatch.

Me parecen motivos más que suficientes como para echarle un vistazo. Y hay más, pues Asturix se presenta con un entorno de escritorio propio, una evolución de Gnome 3 al más puro estilo de Linux Mint, que han bautizado como On. Ni que decir tiene que cualquier cosa que modifique la pobre experiencia de usuario que proporciona Gnome 3 – siempre en mi opinión, claro está – va a tener mi beneplácito absoluto. Veamos, paso a paso, qué tal se comporta Asturix 4 en mi viejo ordenador.

Instalación
Se ha modificado ligeramente el instalador original de Ubuntu, eliminando el slideshow que mostraba las principales características del sistema, de modo que nos queda sola una barra de progreso. El problema es que solamente tenemos eso, la barrita, y en ocasiones tarda en avanzar, sobre todo cuando se activan las opciones de descarga de actualizaciones durante la instalación y de códecs multimedia. Basta observar el parpadeo del led del disco duro o el del router para saber que todo va bien, pero a algún usuario novel puede darle la impresión de que la instalación no avanza. No estaría de más proporcionar más detalles. La instalación resulta lenta en comparación con otras distribuciones, aunque no más que la propia Ubuntu, lógicamente. Alrededor de 30 minutos es el tiempo total de instalación en mi obsoleto hardware. Ni que decir tiene que tanto en el proceso de instalarla como en el posterior desempeño con el escritorio podemos usar el castellano y absolutamente todo está traducido. Podemos, como es natural, usar también el asturianu…

La pantalla de entrada, tras reiniciar el equipo, nos ofrece cuatro alternativas para nuestro sistema. En primer lugar, el escritorio Gnome 3/Openbox, supongo que mezclando el entorno de la huella con el gestor ligero de ventanas. Y digo supongo, pues no puedo acceder a esta modalidad, ya que el sistema arroja un mensaje de error (falló al cargar la sesión «ubuntu»). Tenemos también el novedoso escritorio On (a la sazón, el elegido para hacer las pruebas) y su versión Lite, si bien esta última no se integra tan bien en el conjunto de la distribución al carecer de un look moderno, lo mismo que ocurre con el Mate que presenta Linux Mint. Siempre hablando desde mis gustos particulares, evidentemente. La última opción es un escritorio Openbox, simple y liviano.

El escritorio On se nos presenta con una imagen muy cuidada, iconos Faenza incluidos, y con algunos efectos de escritorio activados por defecto. Teniendo en cuenta mi tarjeta gráfica integrada, una Intel 82865G de la prehistoria, se podría decir que funciona razonablemente bien. Algo más lento que Arch con KDE, pero nada exagerado. Destaca por encima de todo la opción escogida de mostrar todas las aplicaciones en el escritorio. Si bien puede ser muy efectivo desde el punto de vista de la productividad, en el aspecto visual resulta excesivamente cargante para mi gusto y creo que debería ser posible desactivar dicha opción.

Navegación
El navegador por defecto es Chromium. Funciona perfectamente, con soporte para flash y con fluidez absoluta. Quien prefiera Firefox, Opera o cualquier otro navegador lo tendrá a su disposición en el Centro de Software.

Vídeo
VLC viene ya instalado y funcionando. Lo curioso es que, a diferencia de mi experiencia con Ubuntu, la reproducción es perfecta. No hay saltos en los vídeos de mayor calidad ni saturaciones erróneas de color. Extraño, si bien ya ocurría con Zorin, que las derivadas de Ubuntu no presenten un problema que sí era patente en la distribución original. Buen trabajo.

Música
La elección de Clementine como reproductor de audio por defecto es muy acertada. Los que añoramos el viejo Amarok sabemos apreciar las virtudes de este excelente programa. Funcionando a pleno rendimiento y reproduciendo mp3 desde el inicio.

Ofimática
Libreoffice, como no podía ser de otra forma. Instalado y funcionando sin contratiempos.

Fotografía e imágenes
Tanto Shotwell como Gimp están instalados y ambos van como la seda.

Gestor de software
Asturix hace uso del Centro de Software de Ubuntu para la instalación y desinstalación de programas. También podemos usar el simple y llano Synaptic. Las actualizaciones se nos ofrecen de manera automática.

Reconocimiento de hardware
Ningún problema, como era de esperar. Al igual que ocurre con Ubuntu y derivadas, basta encender la impresora, el escáner o la webcam para que estos dispositivos estén plenamente operativos. Complicaciones no, gracias.

Software de uso habitual
Tenemos instalado Simple Scan, el programa de gestión del escáner. Podemos obtener de los repositorios Cheese (no funciona, una vez más), Dropbox, Vagalume (tampoco va, se queda conectando indefinidamente y hay que matar el proceso para salir) y Skype. La instalación de jDownloader con el consabido script de su web funciona sin problemas.

Gestor de arranque
Se instala Grub y reconoce todos los sistemas operativos del equipo. El programa para modificar el gestor de arranque lo tenemos disponible en los repositorios (startupmanager).

Estabilidad y suspensión a RAM
Reconozco que Asturix me ha dado algunos problemas de estabilidad, como la mencionada imposibilidad de cerrar Vagalume sin matar el proceso, algún que otro zombie que achaco a un mal funcionamiento de Chromium o un cuelgue al ir a cerrar la sesión que me obligó a matar el servidor gráfico. El escritorio On a veces pierde los iconos, son cosas que creo que tienen que ver con los efectos gráficos en un hardware tan antiguo. La suspensión funciona bien.

Ciclo de desarrollo
Según informan en la wiki del proyecto, el ciclo de desarrollo incluye un nuevo lanzamiento cada seis meses, característica que comparte con Ubuntu, por tanto.

Asturix me parece un proyecto tremendamente interesante y ambicioso. No busca solamente la funcionalidad y productividad, sino que también pretende hacerse atractivo visualmente y sobreponerse a las trabas que, ya de por sí, le pone el basarse en una distribución que funciona sobre Unity y Gnome shell. La aportación del entorno de escritorio On es positiva, y al igual que ocurre con otras derivadas de la distro de Canonical, como Mint, pretende mejorar un producto que ya es bueno en principio. Otras aportaciones son de destacar, como Asturix Bridge para integrar aplicaciones web en el escritorio,  la posibilidad de usar una paleta de colores ampliada a más de 5000 tonos, o la previsualización de documentos con solo pulsar la barra espaciadora del teclado.

Me quedo con la sensación de no haber podido sacar todo el jugo al novedoso entorno On a causa de las limitaciones que me impone mi sistema. En realidad, creo que Asturix está enfocado a usuarios con hardware más moderno que el mío (esto es, el 99% de la población), si bien existe una variante de la distro en su versión anterior, Asturix 3 Lite, que sí va dirigida a ordenadores antiguos. En cualquier caso es un honor que una distribución tan bien acabada, innovadora y con aspiraciones de figurar, de pleno derecho, entre las punteras del mundo Linux lleve sello español. Muy satisfecho con Asturix, atento quedo a las futuras versiones. Tiene un 9’09. Saludos.

Dreamlinux 5: lejos de ser de ensueño

El nombre de la última distribución que he probado, brasileña para más señas, me ponía en un brete sobre si hacer el juego fácil de palabras o no hacerlo. Dreamlinux 5, el linux de los sueños, ha resultado ser en mi ordenador poco menos que un sistema de pesadilla. Y el caso es que albergaba esperanzas sobre esta distro basada en la rama de pruebas de Debian, que toma el escritorio ligero XFCE como principal. Para ser sincero no la había probado en ninguna de sus versiones anteriores, pero las capturas de pantalla me daban la sensación de un producto cuidado y bien acabado, sensación que por desgracia se ha quedado en eso.

Dreamlinux 5 no deja de ser una Debian Testing, pero está muy lejos de ser funcional y plenamente operativa para un usuario medio. Durante la serie de pruebas a las que la he sometido, consistente básicamente en darle el mismo uso habitual que le doy a mi sistema principal de trabajo (Arch con KDE), he encontrado muchos errores, algunos fáciles de subsanar, otros imposibles, en su mayoría irritantes por la sensación de dejadez que transmiten. Me cuesta mucho escribir negativamente de una distribución porque se adivina el trabajo, casi siempre altruista, de los que la desarrollan, así que intentaré no hacer demasiada sangre. Vamos a ello:

Instalación
Tanto la sesión live como el instalador y, finalmente, el sistema en nuestro disco duro se encuentran en inglés. Por más vueltas que le di no fui capaz de hallar la manera de cambiar esto. Así que, en principio, si el idioma de Shakespeare se te resiste no va a ser esta tu distro.

La instalación, que es lo que ahora nos ocupa, se realiza en inglés, como señalaba antes y sin demasiados fuegos de artificio finaliza en 8 minutos exactos. Récord de velocidad de instalación, diría yo. El problema viene al reiniciar, Grub me da un error de disco no encontrado y me quedo momentáneamente sin sistema alguno. Tras usar Super Grub Disk para entrar al nuevo sistema hago una nueva instalación de Grub, manualmente, y arreglo este desaguisado. No es un tema baladí, suponiendo que el usuario sea novel nos estaremos cargando su sistema de un plumazo. Ignoro qué error provocó este problema de Grub, pero sus consecuencias son desastrosas y tiran por tierra cualquier trabajo y esfuerzo que los desarrolladores hayan puesto en la distribución. Es mi opinión, un error muy grave.

Tras solventar el problema, nos queda un escritorio XFCE con fondo de pantalla sencillo, con una barra de tareas superior y un panel tipo dock inferior. Como quiera que los iconos no son los habituales y que al pasar el ratón sobre ellos no se ofrece explicación alguna, y dado que algunos de los dibujos pueden resultar confusos, la única manera de saber qué programa representa cada icono es pulsando sobre él. Especialmente curioso es el icono del círculo multicolor. ¿Qué tipo de asociación de ideas puede acabar llevándonos a pensar que es la utilidad de actualización del sistema? Extraño es poco… Añadiré aquí que no viene instalado el paquete xfce4-goodies, el cual es muy conveniente instalar si se quiere disfrutar del entorno de escritorio XFCE4 más completo. Este paquete instala algunas extensiones útiles, como la previsión meteorológica, el applet para conexiones inalámbricas y varias cosillas más.

Navegación
Dreamlinux 5 viene con Chromium como navegador web, preparado para ofrecer una experiencia completa al usuario, esto es, con flash incorporado. La navegación es fluida.

Vídeos
Como reproductor multimedia en general trae SMPlayer. No tengo nada en contra de este reproductor, pero lo que se dice reproducir, no reproduce nada. Probé varias extensiones de archivo sin suerte. Tras instalar VLC la cosa cambia y todo funciona como debe, reconociendo todos los tipos de archivo que pude probar.

Música
Si la experiencia con los vídeos fue insatisfactoria, qué decir de los archivos de audio. SMPlayer, fiel a su costumbre, no reproduce los mp3. Decido instalar Clementine, el cual, como dependencia asociada instala el paquete gstreamer0.10-plugins-ugly donde reside el códec que permite la reproducción de este tipo de archivos. Sin embargo, Clementine tampoco tiene éxito y arroja un extraño error al ser incapaz de detectar los directorios de mi disco de datos cuyos nombres contienen tilde. Es por ello que no puedo abrir archivos del directorio «Música». Si intento reproducir desde el gestor de archivos lo único que obtengo es el error de Clementine «error opening file». Desastroso. Por último, si aún quedan ganas, se puede reproducir el mp3 con VLC, donde no hay errores ni problemas en absoluto.

Ofimática
Las cosas se pueden volver aún más bizarras si cabe. Aquí, los desarrolladores nos sorprenden con la suite ofimática denominada Softmaker, un conjunto de tres aplicaciones (procesador de textos, hoja de cálculo y programa de presentaciones) con un look «a lo Windows» que resulta totalmente inapropiado y no cuadra con la estética del resto de la distro. El problema no se queda meramente en el aspecto visual, el intento de abrir hojas de cálculo en formato ods (el estándar open-document) es infructuoso. Genial. Al menos tenemos la opción en los repositorios de instalar Libreoffice y acabar con el despropósito.

Fotografía e imágenes
Nada que objetar en este aspecto, Dreamlinux 5 viene con Gimp y Shotwell instalados, con lo que la gestión de colecciones fotográficas y la edición de imágenes no serán un problema. Ambos programas funcionan correctamente.

Gestor de software
Emplea Synaptic, el cual solo es accesible desde el dock inferior del escritorio, el icono del círculo rojo que pone Apt-get. Intuitivo si sabemos lo que apt get significa, de lo contrario no nos induce a nada. La actualización del sistema se hace mediante un script iniciable igualmente desde el dock, el ya mencionado icono del círculo multicolor.

Reconocimiento de hardware
No hubo suerte con la impresora. Ni al encenderla ni al tratar de configurarla mediante algún programa buscado inútilmente en el menú principal. Sé que es cuestión de instalar el servidor de impresión, los driver foomatic, el ghostscript, etc, etc. Pero esto lo sé yo, un usuario novel no tiene por qué saberlo, y si no se le ofrece una wiki con indicaciones va a ser complicado que consiga imprimir nada.
El escáner y la webcam sí que funcionan, como comprobé al instalar Simple Scan por un lado y Skype por otro, pues Cheese no funcionó. Al igual que ocurría con Aptosid será preciso instalar el programa gDebi para poder instalar el paquete descargado desde la web de Skype sin usar la terminal.

Programas de uso habitual
En los repositorios oficiales de Dreamlinux vamos a encontrar sin mayores complicaciones Cheese, Simple Scan, Dropbox y Vagalume. En el párrafo anterior explico como instalar Skype, descargando el paquete para Debian de la web e instalando antes el programa gDebi. Para conseguir jDownloader se debe descargar el script de su web, el problema es que, una vez instalado se niega a arrancar, dando un error de la plataforma java.

Gestor de arranque
No sé qué provocó el error de Grub que, como explicaba más arriba, me dejó el sistema sin forma de iniciarse. El programa startupmanager, para editar el menú de arranque, está en los repos. Una vez consigamos entrar al sistema (recomiendo el uso de Super Grub Disk) se puede instalar grub mediante el uso de la terminal:

sudo grub-install /dev/sdb2 (esto último varía dependiendo de la partición en la que estemos)

sudo update-grub

Con estos dos comandos se habrá resuelto el problema, lo que no quita para que se trate de un error muy grave en el desarrollo de esta distribución que puede dejar un sistema, según para quién, inservible.

Estabilidad y suspensión a RAM
Aunque no se produjeron cuelgues en mi sistema, lo cierto es que hay muchas cosas que no funcionan como deberían. Thunar, el navegador de archivos, se cerró inesperadamente cuando iba a abrir una carpeta. El problema de las tildes que impide ver a algunos programas determinados archivos. El mencionado error de grub. Son demasiadas taras. La suspensión sí funciona normalmente.

Ciclo de desarrollo
Sobre este tema poco puedo aportar. No existe un ciclo de desarrollo como tal. En la web de Dreamlinux se indica que dejaron de trabajar en la versión 4 de la distro porque no estaban contentos con los resultados y decidieron reescribir todo de nuevo, por lo que hay un salto de versiones, de la 3 a la 5. Nada indican sobre próximas versiones o el tiempo de soporte.

Pues este ha sido el resultado de probar Dreamlinux en mi equipo. Una distribución que prometía mucho más de lo que finalmente ha dado. No se me ocurren motivos para usar Dreamlinux por encima de otras distribuciones mejor acabadas, más sencillas e intuitivas e incluso más rápidas. En cualquier caso, para gustos, colores. Le doy un 6’71 y espero que, de haber próximas versiones, mejoren la actual. Saludos.