Tras varios años de practicar el «distro-hopping» llegué a la conclusión de que ya tenía suficiente información sobre la mayoría de las distribuciones más o menos amigables para el usuario doméstico. Lo que me hizo finalizar mi búsqueda no fue el hallazgo de la distribución perfecta, esa especie de quimera que ni existe ni existirá jamás, sino el comprender que, en cierta manera, uno puede volverse un esclavo de Linux, como bien apuntaba un usuario anónimo en los comentarios a mi última entrada. Probar y probar distros para caer en la cuenta de que todas fallan en algo, cuya importancia es relativa dependiendo de las ganas que uno tenga de cambiar.
Creo que hay otra manera de aproximarse al mundo Linux. En los últimos años me he acostumbrado a usar Arch Linux, la considero si no la más fácil de utilizar, sí la que mejor se adapta a mi forma de trabajar y la que menos problemas de todo tipo me ha causado. La semana pasada, durante una actualización del kernel, mi Arch con KDE se negó a arrancar. Fue el primer gran chasco que Arch me da en dos años. En principio me molestó muchísimo y ni siquiera me planteé investigar las razones de dicho desastre, me limité a iniciar mi partición con Ubuntu Lucid para poder seguir trabajando.
Bastaron un par de horas, con sus respectivos errores, de la clásica Ubuntu para echar de menos a Arch. A medida que se disipaba el enfado me dispuse a indagar un poco sobre qué pudo haber pasado. Últimamente empleaba el programa AppSet-Qt para manejar las actualizaciones de software, por pura comodidad y, por qué no decirlo, por gusto respecto a la estética y funcionalidad de dicha aplicación. Hete aquí que, en uno de mis «googleos» llego a la página del proyecto Chakra donde explican que, en la nueva versión de Archimedes han decidido prescindir del citado gestor de paquetes por no saber manejar bien (entiendo que, como yo, han tenido problemas) las actualizaciones más importantes.
Entonces me digo a mí mismo que es una lástima no haber topado con esta información antes. Releo mi revisión sobre Chakra, escrita hace poco más de un mes donde explicaba los motivos para decantarme por Arch aun siendo Chakra una excelente distribución de escritorio. Y es en este momento cuando decido desandar lo andado y apostar por Chakra. Apunto mis motivos:
El modelo half-rolling
La agradable sensación, para aquellos que sufrimos de cierta «versionitis», de disponer de los programas más nuevos en sus últimas versiones era uno de los motivos por los que usaba Arch Linux. Visto lo visto, aunque sospecho que mi problema vino causado por AppSet, parece más razonable adoptar un modelo semi-rolling que testea con más intensidad los programas antes de soltarlos en los repositorios. La eliminación de AppSet deja sin gestor de software con interfaz gráfica a Chakra, al menos hasta que finalice el desarrollo de Akabei, su propio programa de paquetería. No encuentro problema alguno en usar «pacman -Syu» de cuando en cuando, al menos las probabilidades de que algo falle se mantienen al mínimo.
El entorno KDE
Aunque al principio no fue así, KDE es mi entorno de escritorio preferido. El fin de Gnome 2 y mis pobres experiencias de uso con Gnome 3 prácticamente me empujaron hacia KDE, no sin antes probar sin demasiado éxito XFCE, E17 y Openbox. Actualmente considero que es el entorno de escritorio más maduro y el que auna las características y funciones con las que más cómodo me siento. Chakra, al apostar única y exclusivamente por KDE, creo que está haciendo una suerte de estandarización que puede ser favorable al desarrollo de Linux y al de la propia distro. Es mi opinión, ojo.
Establecerse y colaborar
Tantos años de saltar de distro en distro y jamás he posteado nada en un foro. En una actitud más bien cómoda por mi parte, cada vez que me he encontrado un error en una distribución es como si se incrementara el contador de incomodidad hasta alcanzar el límite que dispara el deseo de cambiar. Tal vez vaya siendo hora de apostar por una distro con todas las consecuencias, comunicar los errores para tratar de solucionarlos y, en definitiva, contribuir al desarrollo. Estoy dispuesto, con todas mis limitaciones, a hacer esto con Chakra. Durante los años en que Linux no era una opción para mí (2000-2005) estaba acostumbrado a lidiar con problemas en Windows, lo que podía lo resolvía y lo que no, simplemente lo aceptaba porque no había otra. No tenía el abanico de posibilidades que se abre con cientos de distribuciones de Linux y que te lleva, erróneamente, a pensar que algún día encontrarás una en la que nada falle.
La propia distribución es muy buena
Así es, quitando el asunto de los bundles, a los que me voy acostumbrado en realidad, es que Chakra es una gran distribución. No me ha hecho falta perder más que una tarde para lograr un sistema casi idéntico al que tenía con Arch. Ningún problema serio. Procuro usar Qupzilla, el cual me gusta bastante, salvo para una página de juego online en la que uso scripts de Greasemonkey que el navegador no es capaz de utilizar, de modo que empleo Firefox en inglés instalado desde el bundle correspondiente. VLC me daba problemas de sonido en Arch e igualmente me los da en Chakra, sospecho que son errores inherentes a la nueva versión del reproductor. Nada importante, uso Bangarang y va perfecto. Lo que más dificultad me suele plantear en todas las distribuciones son los drivers propietarios de ATI, que Chakra maneja desde el mismo inicio del DVD de instalación («ATI hardware detected, installing proprietary drivers») reduciendo la incomodidad al mínimo posible. Tribe es excelente aun estando en fase alfa.
Sirva este artículo como punto de partida a mi, espero, larga y fructífera relación con Chakra como entorno de producción principal. Mis probaturas no van a cesar, en ello está el espíritu de este blog. Pero valga como expresión gráfica de lo que intentaba transmitir en este artículo una captura de pantalla de mi escritorio actual. En una tarde, apenas tres horas, todo funcionando y con este bonito aspecto:
La idea del diseño del escritorio está tomada de los foros de Chakra, del usuario Teho de quien ya había copiado el «look» en Arch. De hecho, así lucía mi Arch con KDE en una de las últimas capturas:
En el propio foro están los detalles para instalar aplicaciones tan vistosas y útiles como Kwin buttons (coloca los botones de ventana en la barra de tareas) o Window Menubar (hace lo propio con la barra de menú de cada aplicación, maximizando el espacio disponible). Que ustedes lo disfruten, un saludo.