Kubuntu 12.04: camino a la perfección

La versión con KDE de Ubuntu Precise, es decir, Kubuntu, se me antoja demasiado importante como para pasar por alto su revisión, por mucho que se pueda parecer en el trasfondo a su homónima con Unity/Gnome. En el pasado lanzamiento encontré una serie de inconvenientes que la hacían incómoda de utilizar, muy especialmente los referidos al centro de software Muon. Siendo de esperar que en esta nueva versión, que me permito recordar que es una LTS con soporte a cinco años vista, se hayan corregido estos fallos me dispongo a acometer la revisión de Kubuntu.



Instalación
Voy a hacerla desde un pendrive, habiendo grabado la iso con la ayuda de UNetbootin desde Chakra. El sistema inicia y me da a elegir entre probar Kubuntu mediante una sesión live o instalarla directamente al disco duro. Sin más dilación, elijo esta última opción. Tras contestar las típicas opciones referentes a la localización (idioma, teclado y franja horaria) se me presenta la pantalla de particionado, eligiendo como siempre la opción de realizarlo manualmente para poder acomodar Kubuntu entre mis otras distros, a la sazón Chakra y Ubuntu, más la partición dedicada a Windows 7. Aquí me encuentro con un extraño error que no me había sucedido antes: tras pulsar el botón de «siguiente» al haber finalizado mi configuración de particiones, el sistema me manda al escritorio live sin más explicación.

Vuelvo a intentarlo escogiendo la opción de instalación que se ofrece en el propio escritorio de Kubuntu. Al llegar al paso en que decido cómo y dónde montar mi partición /home separada, de nuevo el sistema me devuelve al escritorio. Parece ser que a Kubuntu no le gusta la forma en que quiero particionar mi disco, de modo que la complazco y prescindo de mi partición separada y… funciona. Muy curioso a la par que chocante.

Más allá de este paso todo transcurre con normalidad. El instalador de Kubuntu tiene buena presencia y su presentación de diapositivas es diferente a la que viene con Ubuntu. Como quiera que he reconocido la instalación de los drivers libres para gráficas AMD/ATI (por los parpadeos al iniciar) y recordando mi anterior experiencia con Ubuntu decido quedarme clavado delante de la pantalla e ir moviendo el ratón a intervalos regulares para evitar que el monitor entre en modo de ahorro de energía, del que no podría salir. Ni que decir tiene que la espera se hace eterna. Desconozco cuál es el problema, porque hace más de una semana que vio la luz esta Kubuntu, pero la cuestión es que la descarga de paquetes de idioma y de soporte multimedia es un castigo por su lentitud exasperante. Tal vez, en sucesivas versiones, deberían dejar al usuario escoger los mirrors de descarga, porque los elegidos para España están definitivamente saturados.

Muchos minutos después, la instalación de Kubuntu ha finalizado. La congelación de la barra de progreso en algunos momentos, unida al cálculo errático del tiempo estimado restante (en ocasiones marcaba hasta 800 minutos), hacen de la experiencia un auténtico tedio. El reinicio va bien, se toma algo más tiempo en arrancar que Ubuntu, aunque menos de lo que tarda Chakra (en mi equipo, claro). Compruebo que los efectos de escritorio están activados y funcionan bien con los drivers libres, si bien, al contrario que en Ubuntu, no aparece la opción de instalar los controladores privativos directamente. Si queremos utilizarlos, la opción está en el menú K –> Aplicaciones –> Sistema. En principio me ocurre igual que con Ubuntu, se produce un error al intentar instalar los controladores que parece motivado por errores en las actualizaciones durante el proceso de instalación, muy probablemente debidos a la saturación de los servidores.

La solución, por tanto, pasa por actualizar el sistema, o más bien terminar lo que se empezó a realizar durante la instalación y, una vez hecho esto, probar a activar los controladores privativos. Si se ejecuta en este orden no habrá problemas.

Navegación
Kubuntu sigue insistiendo con rekonq. Es un navegador muy rápido y con algunas características muy interesantes, como su manejo de los marcadores, por ejemplo, pero yo sigo prefiriendo Firefox. La opción de instalar este último viene contemplada en el menú, esto es, a un par de clics de distancia. Tanto uno como otro navegador se comportan con gran fluidez y reproducen los vídeos bajo flash.


Vídeos
Dragon Player sigue siendo igualmente el reproductor por defecto, como suele ser habitual existe la opción de instalar VLC desde los repositorios. El primero cumple bastante bien, reprodujo todos los formatos y sin saltos ni otros inconvenientes.

Música
El archiconocido Amarok, sin ser mi preferido, corre muy bien en Kubuntu. Nada que objetar y, como siempre, multitud de opciones en los repositorios oficiales.


Ofimática
Libreoffice, la completa suite ofimática, viene instalada. No es la mejor integración con KDE, pero supongo que se puede arreglar instalando oxygen-gtk. ¿O tal vez Calligra en un futuro?

Fotografía
Deberemos optar por Gwenview para organizar las fotos. Podemos instalar Digikam si necesitamos algo más completo, al igual que Shotwell si es nuestra preferencia. Para retocar imágenes tenemos Gimp disponible en los repositorios.

Gestor de software
Gran trabajo de corrección de errores con el centro de software Muon. La diferencia con la anterior versión es abismal, todo va como la seda. Interfaz clara y sencilla, menos recargada que el centro de software de Ubuntu y que funciona muy bien. Actualizaciones automáticas en nuestra bandeja de sistema.

Reconocimiento de hardware
Al mismo nivel que Ubuntu, ni más ni menos. Todo se reconoce con solo encenderlo. Impresora que se configura automáticamente y funciona sin un problema. Escáner que, una vez instalado Skanlite, también marcha sobre ruedas e ídem ocurre con la webcam tras probar con Kamoso.

Programas de uso habitual
De mi lista de software de uso frecuente no hay ningún programa que venga por defecto con Kubuntu. Necesité instalar Skanlite y Kamoso para la gestión de escáner y webcam, respectivamente. Dropbox lo encontré en los repositorios, aunque instala varias dependencias gtk, incluyendo Nautilus que, por cierto, se ve horrible en KDE. Pero funciona, al menos, lo cual es una avance respecto a la última versión de Kubuntu. Vagalume también está en los repos y podemos decir lo mismo, esta vez sí funciona. Skype se descarga desde su web (paquete para Ubuntu 10.04+) e instala… ¡252 dependencias! O al menos, de esa cantidad informa Muon, y lo cierto es que se tira un buen rato descargando. JDownloader se puede instalar con su script de siempre, aunque deberemos, al igual que en Ubuntu, descargar una máquina virtual Java con Muon.

Gestor de arranque
Un grub que funciona normalmente, que no es poco. Lo que vuelvo a echar en falta es una opción para poder configurar el menú, ya que han decidido eliminar startupmanager de los repos.

Estabilidad
Cero problemas. El sistema se inicia y se apaga con enorme rapidez, funciona fluido y no obtuve ningún cuelgue extraño. Perfecto, incluyendo la suspensión a RAM con los drivers privativos, claro.

Ciclo de desarrollo
Idéntico al de Ubuntu. Tenemos esta edición LTS (Long Term Support, soporte a largo plazo) y tendremos las sucesivas versiones semestrales de la distro de Canonical, la próxima de ellas, Quantal Quetzal, verá la luz en octubre.


Grandísimo avance de Kubuntu respecto a su anterior versión. Precise Pangolin es una estupenda adaptación de Ubuntu al escritorio KDE, realmente funcional y rápida. Huelga decir que, en mi opinión, supera con creces a su versión principal, pero no se puede afirmar que yo sea imparcial en este tema, conocida mi preferencia por KDE respecto al actual Gnome y aún más a Unity.

Dejando a un lado gustos personales en el tema de los entornos de escritorio y poniéndonos en el lugar de un recién llegado a Linux que instala Kubuntu merece la pena reseñar la gran facilidad con la que se puede poner en marcha un equipo con este sistema operativo. Pasando por alto el problemilla de la partición /home, que al usuario novel casi seguro que no va a afectar pues se suele obviar este tipo de cosas al instalar, Kubuntu ofrece un estupendo sistema, en el que todo funciona bien y a la primera, sin quebraderos de cabeza y con una comunidad amplia y siempre dispuesta a ayudar.

Para rematar, cinco años de soporte. No se puede pedir más. Kubuntu se está acercando al perfecto sistema operativo que tanto buscamos, nada que ver con aquellas primeras versiones llenas de errores que me hacían volver corriendo a Ubuntu. Enhorabuena a la comunidad en general por esta gran distribución, animo a los amantes de KDE a probarla. Obtiene un 9’13, mejorando la nota de Ubuntu. Saludos.

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