Durante los cinco años que llevo usando sistemas Linux de manera continuada he atravesado por diferentes etapas, sin dejar realmente de saltar de distribución en distribución en esa de antemano inútil batalla perdida de encontrar la perfección. En mis frecuentes cambios de sistema me he encontrado más cómodo utilizando Gnome desde el principio, sin saber explicar muy bien la razón, probablemente sea la sencillez o la sensación de menor pesadez del sistema. Lo que quiero decir es que han sido muchas más las horas que he pasado trabajando con Gnome que con KDE, al menos hasta la aparición de la versión 3, que nunca me terminó de convencer y provocó mi distanciamiento definitivo del entorno de escritorio de la huella. Junto con Arch + KDE, el sistema que más tiempo (un año, aproximadamente) duró instalado en uno de mis equipos fue Debian Testing + Gnome 2. Lo tenía configurado a mi gusto personal e incluso había logrado, por vez primera, que funcionasen los efectos de escritorio Compiz en mi exiguo hardware de entonces, incluyendo el cubo de escritorio.
Todo esto viene a colación de que, probando la nueva versión de Linux Mint, de nombre Maya como la abeja de nuestra tierna infancia, he llegado a tener la sensación de reencontrarme con un viejo amigo al que había perdido la esperanza de volver a ver. Mi amigo ha cambiado de nombre, ahora es MATE, pero en su compañía me encuentro tan agusto como antaño. Linux Mint 13 ha salido en dos ediciones, una con el susodicho MATE (fork de Gnome 2) y otra con Cinnamon (ídem de Gnome 3). En su web, los creadores de la popular distribución irlandesa recomiendan la instalación de MATE por encontrarse, a su juicio, en un estadío más avanzado de desarrollo que Cinnamon. Como no es plan de desoír a los que más saben de la distro, allá que me aventuro a instalar y revisar Linux Mint 13 Maya con MATE. Una experiencia de la cual adelanto el resultado: la perfección en las distribuciones no existe, pero si existiera, tendría nombre de abeja de la tele.
Instalación
En esta ocasión, la iso grabada con Unetbootin’ sí funcionó. Los pequeños «flashes» al iniciarse el entorno gráfico me revelaron la presencia de los drivers gráficos libres de ATI, con el pequeño inconveniente de que el fondo de escritorio no se carga, quedando en una antiestética pantalla negra. Al poco de abrir el menú y tras iniciar algunas ventanas, el problema queda resuelto. Como decía antes, basta echar un vistazo a la sesión live para darse cuenta de que MATE es Gnome 2, con sus pequeñas diferencias de denominación (Nautilus es Caja, Gedit es Pluma, por poner un par de ejemplos), pero en esencia son los mismo.
El instalador de Mint es el de siempre, como el fondo de escritorio o la decoración de las ventanas. Pocos cambios, en este sentido. El típico slide show de la distro, el claro y conciso asistente de instalación salpicado por algunos errores de nuevo cuño (ventanas que se abren en segundo plano al montarse los dispositivos, en ocasiones mostrando mensajes de error sin trascendencia alguna). Tampoco varía el talón de Aquiles de las distribuciones basadas en Ubuntu, la tardanza en la descarga de los paquetes de idioma durante el proceso de instalación.
Tras el reinicio, el remozado gestor de inicio de sesión nos da la bienvenida. En el primer contacto con el nuevo sistema se nos ofrecerá, como ocurre en Ubuntu, la posibilidad de actualizar por completo y de instalar los controladores de software propietario disponibles, que en mi caso se limitan al driver gráfico. Cumplimentadas ambas, y tras un nuevo reinicio, el sistema está listo para ser usado. Los efectos de escritorio ni tan siquiera vienen instalados. Más adelante, las probaturas con Compiz no resultaron salir bien, siendo este quizás el único punto negro que he encontrado en toda la distribución y al que me referiré más adelante. MATE, al contrario que Gnome 3 o Unity, mantiene las posibilidades de configuración y personalización propias de Gnome 2, además del entorno clásico de escritorio que, a mi parecer, supera en cuanto a eficiencia y productividad a sus versiones más modernas que parecen enteramente enfocadas al mundo de las tecnologías táctiles (móviles, tablets, etc.).
Navegación
Tenemos instalada la versión 12 de Firefox para navegar por Internet. La única diferencia que se aprecia en un principio es que el motor de búsqueda por defecto no es Google, o DuckDuckGo, sino Yahoo, cosas de los acuerdos particulares de cada distribución. En cualquier caso es algo que se puede modificar de manera sencilla gracias a la opción de añadir nuevos motores de búsqueda que el propio navegador ofrece. Firefox funciona a la perfección y reproduce flash.
Vídeo
Se puede elegir entre Tótem y VLC para la reproducción de archivos de vídeo. Ambos van bien y soportan todos los formatos.
Música
Banshee sigue siendo el reproductor de audio de cabecera de Linux Mint. Como siempre, va de maravilla y todas sus funcionalidades están activadas.
Ofimática
La suite que casi todas las distribuciones incluyen, Libreoffice, viene instalada y en español. Todos sus módulos funcionan bien.
Fotografía e imágenes
El gestor fotográfico elegido es gThumb, el cual en sus últimas versiones ha visto aumentadas sus capacidades hasta asemejarlo algo más a otros programas de su categoría. Nos permite, entre otras cosas, publicar directamente fotografías en servicios online como Facebook. También tenemos Shotwell en los repositorios. Gimp viene instalado, aunque en su versión anterior a la última, la 2.6.
Gestor de programas
El estupendo mintInstall, muy parecido al Centro de Software de Ubuntu. En realidad ambos ofrecen básicamente lo mismo: descripciones detalladas de los programas, posibilidad de realizar comentarios y puntuar el software, búsquedas… La actualización del sistema corre a cargo de mintUpdate, el clásico escudito de Linux Mint que se aloja en la barra de tareas.
Reconocimiento de hardware
Absolutamente impecable. La impresora no solo se reconoce automáticamente al encenderla, sino que además se configura a una velocidad impresionante. El escáner, con Simple Scan instalado de inicio, funciona sin problemas e ídem ocurre con la webcam, que desde el momento de la instalación ya nos ofrece tomar una fotografía para nuestro perfil. Brillante en el reconocimiento de hardware, como es habitual.
Programas de uso habitual
Con Simple Scan ya instalado, Cheese, Skype, Vagalume y Dropbox están disponibles mediante el gestor de programas y jDownloader se instala con su clásico script, que se obtiene en la web del programa. Curiosamente, Dropbox incluye entre sus dependencias Nautilus (que no Caja), con lo que se instala el tradicional navegador de archivos y es éste el que se abre al pulsar sobre el icono de Dropbox. Sin duda, no es más que una anécdota que resulta redundante y que se podría corregir creando un paquete Dropbox-Caja, o algo así, para entornos con MATE.
Gestor de arranque
Se instala Grub, que reconoce Windows 7, Ubuntu Precise y Chakra Archimedes a la primera. A diferencia de en Ubuntu no se ha eliminado Startupmanager de los repositorios, con lo que podemos instalar el programa para modificar a nuestro antojo el gestor Grub.
Estabilidad y suspensión a RAM
Un sistema de una enorme estabilidad, sin duda, que funciona con gran rapidez, la misma con la que inicia y apaga. La suspensión también funciona, eso sí, debemos elegir el controlador privativo de ATI si tenemos una tarjeta gráfica de dicha compañía o no podremos disfrutar de esta funcionalidad.
Ciclo de desarrollo
Como distribución basada en Ubuntu que es, al menos de momento y mientras no progrese su excelente versión de Debian (LMDE), Linux Mint aparece poco más de un mes tras el lanzamiento de cada distro de Canonical y provee del mismo tiempo de soporte que ésta. Por lo tanto, Linux Mint Maya ofrece cinco largos años de actualizaciones de todo tipo.
Con absoluta objetividad, como intento siempre, se puede afirmar que Linux Mint Maya ofrece la mejor distribución de escritorio de cara al usuario novato, puliendo los pocos bordes dificultosos que se puedan encontrar en Ubuntu. Sé, porque leo bastantes webs sobre Linux, que Mint tiene sus detractores que la acusan de simplemente aprovechar el trabajo de Canonical o de incluir enlaces «malvados» a Distrowatch en su Firefox para que aumente la popularidad de la distro de forma poco ética. No comparto estas opiniones, como no creo en el fanboyismo. Ubuntu tiene sus complicaciones, empezando por Unity. Linux Mint tiene las suyas, pero en mi experiencia se limitan al mal funcionamiento de los efectos Compiz, algo totalmente prescindible, la verdad.
Intentando profundizar en el uso de la distro, me aventuré a instalar Docky (no iba el plugin de Gmail, mi favorito en dicho dock) y luego Avant Window Navigator, cuya configuración a su vez me fastidió el escritorio entero y me obligó a crear un nuevo usuario. Compiz no terminaba de arrancar, pese a los tutoriales sobre su instalación en Linux Mint que pululan por la red. Sospecho que el problema con AWN vino provocado por el propio Compiz, con lo que resumo las dificultades de Mint Maya en no poder usar los efectos de escritorio. Punto.
Para todo lo demás, Linux Mint. Un sistema excelente, que prescinde de cosas como Unity que se notan claramente orientadas hacia otro tipo de uso que en nada se parece al de un ordenador de sobremesa o un portátil normal. Y, sobre todo, la sensación de que la comunidad es escuchada y tomada en consideración por Clem y los suyos, quienes tras sacar una primera versión con Gnome 3 decidieron que no era lo suficientemente bueno para su distribución, confiaron en MATE y se dedicaron a desarrollar Cinnamon, que dicho sea de paso, promete una barbaridad.
En lo que a mí respecta, la experiencia con MATE, Compiz aparte, ha sido realmente satisfactoria. De hecho, pienso aventurarme en una instalación de Arch con MATE, a ver qué sale de ahí, aunque sea en una máquina virtual bajo Chakra (que me gusta una novedad, no lo puedo remediar). Y en cuanto a Linux Mint Maya, poco más que añadir, la distro habla por sí sola. Recomiendo instalarla y disfrutar de la reconfortante sensación de un entorno de escritorio conocido. Hay MATE para rato. Un 9’66 para Maya, empatando con Zorin en la cabeza de la tabla. Saludos.