Sabayon 9: Gentoo para todos

Las últimas semanas han sido accidentadas para mí, desde el punto de vista informático única y exclusivamente, por suerte, de modo que tras varios ataques de distrohopping, un grave problema de cuasi-destrucción de preciados recuerdos de por medio y varios momentos de lucidez en cuanto a sentido común, llega por fin un nuevo análisis. Lo hace desde una máquina virtual dentro de SolusOS, único sistema operativo que queda en mi máquina principal, por cuanto incluso Windows 7 (que resultó ser una copia no original instalada por el vendedor del equipo) también ha sido eliminado.

Resumiendo el asunto, me disponía a grabar la iso de Sabayon 9 KDE dentro de Arch Linux cuando cometí el error de no apagar el disco duro externo USB en el que guardo todas las copias de seguridad. Acababa de reformatear el disco del ordenador, con lo que todavía no había restaurado dichas copias. Al preguntarme Imagewriter por la unidad donde debía copiarse la iso de Sabayon, me equivoqué de letra y escogí el disco externo. Resultado: se borra la tabla de partición de dicho disco y mis archivos, en su mayoría material fotográfico y de vídeo familiares, quedan «perdidos» en la inmensidad de los 500 gigas del mismo. Supongo que es conocida la expresión «quedarse más blanco que una pared», en alusión a los muros pintados de cal de antaño. Tal fue el color de mi cara cuando caí en la cuenta de lo que acababa de hacer.

Afortunadamente existen programas como Testdisk, además de que disponía de una copia de muchos de los archivos en el portátil Acer que usa principalmente mi mujer. Esto es lo que me ha salvado, básicamente. El quid de la cuestión al que pretendo llegar es que este incidente me ha servido de «distrohopper stopper», pues de no haber sido por encontrarme en pleno cambio de distribución (borrado de Chakra y SolusOS para volver a instalar Arch, eliminación de Windows, cambio de tamaño de la partición de datos) el problema hubiera quedado en nada. Me planteo entonces dejar de saltar, y por mucho que sea un arquero incorregible, Arch se encuentra en plena época de cambios y no parece el mejor momento para ser usada como único sistema estable. Estoy seguro de que volveré a Arch algún día, pero ahora mismo me he planteado como reto personal (ya saben, a lo «Veintiocho días«) estabilizarme con SolusOS y en plena faena me hallo.

Vamos al grano. Analizo en este artículo una nueva entrega cuatrimestral de los desarrolladores italianos de Sabayon, versión KDE. Para los que, como yo, nunca han sido capaces ni siquiera de intentar montar una Gentoo, esto es lo más parecido al rendimiento que se supone obtendrían con ella. Y es bastante satisfactorio, la verdad. Sabayon mejora un poco con cada nueva edición. Veamos lo que nos puede ofrecer.

Instalación
Al haberme decantado por las pruebas en máquina virtual, usando Virtualbox para Debian bajo SolusOS 1.1 Eveline, no tuve necesidad de grabar la iso de Sabayon. Obviamente, los tiempos de instalación se acortan sobremanera usando este sistema. Al iniciarse la instalación se nos permite escoger el idioma y podemos elegir también la descarga de los paquetes de lenguaje correspondientes a las aplicaciones ya instaladas de inicio. La estética de Sabayon ha variado poco con respecto a la anterior edición, sigue apostando por tonos azulados y negros y se ve elegante y con acabado profesional. Insisto, y ya son tres las veces que lo comento, en la necesidad casi obligada de eliminar ese penoso «Debian Stable? Pffft, old!» con el que los «ingeniosos» desarrolladores italianos nos obsequian durante la instalación. Alguna vez tendrán la deferencia de suprimir semejante chiquillada que afea un trabajo muy bien terminado en todos los demás aspectos.

La detección de sistemas en Grub no la he podido realizar, ya que no había nada instalado en la máquina virtual. La próxima vez, puesto que estará Sabayon, se podrá evaluar sin problemas. En cualquier caso, la edición número 8 sí detectaba todo. Al iniciar por vez primera nos da la bienvenida una página abierta en Chromium y un inquietante mensaje sobre alguien intentando hacerse con el control de nuestra configuración ???? No pasa de ser una anécdota, probablemente referida al script de instalación que modifica la página de inicio de Chromium, pero puede haber quien piense que su seguridad está en entredicho y hackers anónimos pretenden entrar en su equipo… Nada de esto, de verdad. También se abre la ventana de KWallet para su primera configuración y se nos advierte de la existencia de gran cantidad de actualizaciones para Sabayon que se recomienda instalar.

Se abre, pues, una ventana con Rigo Application Browser (única novedad destacable de esta Sabayon) que nos indica lo que vamos a actualizar y nos avisa de tres errores conocidos: algo acerca de iconos que faltan en Gnome, algo sobre Libreoffice colgándose al abrir no-se-qué documentos y una alerta sobre la incompatibilidad de los drivers privativos de Nvidia con el xorg 1.11. Se agradece el detalle.

Tras la rápida puesta al día del sistema, entramos en materia.

Navegación
Sabayon apuesta por Chromium 19 como navegador predeterminado y Konqueror como segunda opción. Todos los plugins necesarios están instalados, de modo que se puede navegar desde el principio con rapidez y sin problemas.

Vídeo
Contamos con VLC para la reproducción de archivos multimedia en general, misión que cumple con creces y sin ningún inconveniente. Todos los tipos de archivo son reconocidos y mostrados a la perfección.

Música
El reproductor y organizador de colecciones musicales es Clementine. Poco más que añadir, salvo que funciona bien, con los códecs para mp3 ya preinstalados.


Ofimática
Libreoffice, para qué cambiar aquello que tan bien funciona.

Fotografía e imágenes
Escogen a Gwenview como único software de organización de imágenes, tal vez algo escaso de funciones. En cualquier caso, contamos con otros programas más válidos en los repositorios oficiales. Probé a instalar Shotwell y Gimp sin incidencias. Sí que me llamó la atención la versión de Gimp escogida, la 2.7.5 (una beta).


Gestor de programas
En esta versión de Sabayon se han olvidado de Entropy Store y apuestan por Rigo Application Browser. Me parece un gran acierto la inclusión de este programa, que funciona con mayor fluidez de lo que lo hacía el anterior, a mi juicio. Además permite incluir comentarios, crea colas de descarga (esto no lo había visto nunca), avisa de errores y, en general, cumple sobradamente. Muy buena elección.

Reconocimiento de hardware
Mi particular caballo de batalla en esta Sabayon ha sido la impresora. A pesar de aparecer, con el simple gesto de encenderla, entre los dispositivos disponibles para imprimir, mi Epson Stylus 685 no ha llegado a funcionar bajo este sistema operativo. Los intentos vía «configuración de impresora» en el centro de control de KDE fueron igualmente infructuosos, cuelgue de la aplicación incluido. El escáner, con la utilidad ya instalada Adquire Images, funciona perfectamente. La webcam también, aunque Kamoso no está en los repos y tuve que instalar Cheese.

Programas de uso habitual
Pleno en este apartado. Los repositorios oficiales de Sabayon ofrecen versiones actuales de Cheese, Simple Scan, Dropbox, Vagalume y Skype, todas ellas totalmente funcionales. La instalación a través de script de jDownloader transcurre sin sobresaltos.


Gestor de arranque
No he podido evaluar este aspecto en esta ocasión, ya que Sabayon inauguró mi disco duro virtual y no había ningún otro sistema que detectar. Destacar que se incluye una utilidad de configuración del Grub que, en anteriores ediciones resultó arruinar mi arranque. En esta Sabayon me quedo sin saber si funciona o no.


Estabilidad y suspensión a RAM
De la estabilidad no tengo queja, el sistema se comportó en todo momento con gran fluidez y sin cuelgues – salvo el de la configuración de la impresora, solucionado a golpe de «killall». De la suspensión no puedo opinar porque, sencillamente no me aparecía la opción en el menú de apagado. Ignoro el motivo, me inclino a pensar que tiene que ver con el hecho de estar corriendo bajo una máquina virtual. Por si a alguien le sirve, la hibernación funcionó correctamente.

Ciclo de desarrollo
Sabayon es una rolling release que publica una nueva versión para instalar desde cero – nuevos usuarios, se entiende – cada cuatro meses.

De esta revisión saco varias conclusiones. La primera es que no sé si merece la pena traer a este blog una nueva versión de la distro que sale con tanta frecuencia, cuatro meses es poco tiempo para apreciar cambios significativos. Quizás sería mejor espaciar un poco las revisiones de Sabayon. La segunda conclusión que saco es que siempre me va a quedar la duda, cuando algo no funciona, de si es la máquina virtual o la propia distro. Supongo que podría intentar usar mi disco duro externo como campo de pruebas real y, solo en último caso, cuando no exista otra alternativa, utilizar la máquina virtual. Pensaré en ello.


En lo que se refiere exclusivamente a Sabayon he vuelto a encontrarme una distro muy sólida, con un acabado perfecto en su versión KDE, única que he probado. Quitando el tema de la impresora, uno de los que me crean dudas sobre si el problema es virtual o real, todo lo demás se comportó muy bien. El cambio de programa de gestión de software es acertado y mejora ciertamente la distribución. Es un aspecto muy importante dado que se trata de una rolling release que se actualiza con frecuencia.

Y poco más, Gentoo sigue al alcance de unos pocos clics con esta Sabayon. Los no iniciados podemos disfrutar de sus ventajas sin tener que compilar cientos de paquetes, está claro que para los puristas no es ni jamás será lo mismo, pero para mí está bien. Es un KDE que recomiendo y que puntúo con un 8’86. Un saludo.

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Confesiones de un distrohopper

Hola, me llamo shadow y soy distro-hólico. Podría empezar así una hipotética reunión de adictos a la enfermedad de Linux, ésa que te obliga a ir cambiando de distribución cada cierto tiempo, en ocasiones por puro aburrimiento, a veces porque algo muy importante falla. Los pocos – pero bien avenidos – que leen este blog con asiduidad saben que una de las razones de su existencia es servirme de terapia para esta compulsión.

El caso es que hoy, para variar un poco la temática, voy a centrarme en reflexionar sobre el distrohopping mismo. Ya adelanto que he vuelto a Arch con KDE, lo cierto es que una vez leí que cuando te haces arquero ya lo eres para siempre, y va a resultar que sí. Aprovecho este nuevo «salto» de distribución para pensar un poco en las motivaciones y los resultados de la decisión.

Me remonto al día en que a mi antigua instalación de Arch le da por no iniciar. Estaba empleando entonces la herramienta Appset para instalar software y actualizar el sistema, craso error que no se volverá a repetir. Tampoco tenía la recomendable costumbre de visitar la página principal de Arch antes de actualizar, pues siempre se publican potenciales problemas y sus soluciones. Para terminar de rematar la faena estaba usando los drivers Catalyst, privativos de ATI/AMD.

Fue entonces cuando, cabreado, me volví hacia Chakra y sus foros, donde se advertía del mal funcionamiento de Appset y se discontinuaba su uso en la propia distro. Pensé entonces que debía haber estado usando Chakra, y allá que me fui. Un poco asqueado de tanto cambio de distribución – asqueado conmigo mismo, que soy el que cambia – intenté por todos los medios crear raíces, lazos de unión con Chakra que me previniesen de volver a saltar a las primeras de cambio. Me registré en los foros, incluyendo los de Chakra Brasil, subí un paquete a CCR, escribí tutoriales y artículos de reafirmación y, lo más importante, renuncié al uso de ciertas aplicaciones que considero mis favoritas para adaptarme a la filosofía de la distribución.

Esto último, a la postre, es lo que ha resultado definitivo. Obligarse uno mismo a utilizar programas que no le convencen del todo, a sabiendas de que hay mejores opciones al alcance de su mano ha sido una estupidez. Me he llegado a sentir «prisionero» de Chakra. Es cuando uno cae en la cuenta y dice: «qué demonios, el único que se está obligando a usar Chakra eres tú».

La irrupción de SolusOS en el panorama linuxero también ha contribuido, es innegable. Volver a usar el viejo Gnome 2, en todo su esplendor, despertó en mí un ataque de nostalgia que me llevó, compulsivamente una vez más, a repetir la maniobra: registro en los foros, intento de ayuda a la comunidad, etcétera. Pensé que podía compatibilizar las dos distribuciones, de modo que una llenara los huecos que encontraba en la otra. Incluso me llegaba a plantear cuál de ellas iniciar al encender el equipo…

En resumidas cuentas, más y más tiempo perdido delante del ordenador que no tiene sentido alguno cuando deja de ser divertido. Entrar a los foros y ver que no tienes capacidad ni conocimientos suficientes para servir de ayuda lo convierte en una absurda obligación auto-impuesta que no conduce a nada. De manera que he vuelto a aquel entorno donde todo funcionaba (lo sigue haciendo) y donde podía emplear las aplicaciones que quisiera y bien integradas en KDE gracias a oxygen-gtk y qt-curve. Sé que si quiero mantener el escritorio en funcionamiento debo prestar atención a la hora de actualizar y usar los drivers libres, lo cual no me supone problema porque no utilizo la función de suspender a RAM desde hace tanto que ni me acuerdo – salvo en las revisiones, claro.

Así que, en referencia a los próximos artículos sobre las distribuciones que vayan saliendo, me siento obligado a informar de que se realizarán en una máquina virtual. He dejado el disco duro con solo cuatro particiones (Windows, Arch, la home y la de intercambio), de modo que cualquier ataque de locura distrohoppera obligaría al tedioso trabajo de tener que formatear, hacer copias de seguridad de la partición de datos y esas cosas. He creado una máquina virtual dentro de Arch donde he instalado SolusOS y Chakra, además de una tercera partición para hacer las pruebas, lo cual me asegura el poder recrear el entorno que tenía antes (a excepción de Windows, pero no lo considero un problema) tan fielmente que no creo que haya importantes diferencias en las revisiones a partir de ahora.

Sigo apoyando el uso de Chakra y SolusOS, porque sé que no todo el mundo se puede montar un entorno a su medida con Arch o Debian, o simplemente consideran su tiempo demasiado valioso para perderlo en estas tonterías. Chakra y SolusOS son rápidas, estables e innovadoras al mismo tiempo. Una tiene sabor KDE y la otra Gnome. Dos opciones muy válidas que recomiendo por encima de otras (son mis gustos personales, por supuesto). Fin del rollo, espero que entendais que un blog también puede y debe servir para reflexionar de vez en cuando. Saludos.

Bridge 2012.5: ¿un puente hacia Arch?

Las nuevas distribuciones Linux siguen apareciendo cual setas en otoño dentro de un ya de por sí cargado bosque de sistemas operativos. No falta el mes en que aparezca alguna variación o implementación diferenciada de las principales distros, y sigo sin poder resistirme a hacer una valoración de cualquiera de ellas basada en Arch Linux. Y tal es el caso de Bridge.

Se trata de un sistema Arch, con una variante somera del instalador de Archbang y que se presenta en cuatro sabores para descargar: Gnome, KDE, XFCE y LXDE con Openbox. Como ya hemos analizado el propio Arch con KDE y Nosonja, con XFCE, además de Archbang, creo que es el momento de probar el único entorno que nos resta con la distro canadiense de fondo. Decir que Bridge Linux es mantenida por una única persona (alguien bajo el nombre corporativo de Miller Technologies, que resulta ser Dalton Miller) y que su comunidad de usuarios es todavía bastante reducida, como se deduce de su modesta web y sus foros. El objetivo de Miller parece ser que es el común a casi todas las distribuciones basadas en Arch, esto es, poner el genial sistema al alcance de usuarios con menos conocimientos. Tal vez de ahí el nombre, pretende servir como un puente que facilite el acceso a Arch Linux. Buenas intenciones, pero vamos a ver en la revisión como aún le falta por construir parte de su pasarela.

Instalación
No tengo problemas de ninguna clase desde que empleo SUSE Imagewriter bajo Chakra para crear los usb arrancables. Cierto es que me ha quedado un pendrive inservible salvo para estos menesteres, que a decir verdad es para lo único que lo utilizo, así que no cabe queja alguna. El menú de arranque nos deja la agradable sorpresa de incluir una opción predeterminada para iniciar el sistema con los socorridos parámetros «force-vesa + nomodeset» que tan bien van para usuarios de tarjetas gráficas Nvidia o ATI/AMD. En cualquier caso, el autor recomienda iniciar primero en modo normal y usar la segunda opción si no funcionara la primera. Para mi ordenador no presenta inconveniente, el driver libre es perfectamente operativo si obviamos los parpadeos habituales al iniciar.

La instalación al completo se plantea en inglés y con el instalador de Archbang. O lo que es lo mismo, el puente aquí se torna en peligroso puentecillo de tablones de madera… si se me permite la analogía. Es muy difícil que un usuario con pocos conocimientos de Arch, incluso con la wiki delante, sea capaz de poner en pie este tipo de instalación. A decir verdad, como en el caso de Archbang, no aprecio diferencias suficientes como para que este instalador cobre gran ventaja sobre el del propio Arch Linux.

En caso de concluir el proceso con éxito nos toparemos con la dificultad añadida de que Grub no reconoce ningún otro sistema más que el propio Bridge. Y Windows, si nos tomamos la molestia de editar manualmente el archivo de configuración. Nuevamente, no sirve de gran ayuda para el usuario novel, que a estas alturas es muy probable que haya huido despavorido hacia opciones más amigables. Pero sigamos, en pro de los linuxeros con más conocimientos que sean capaz de solventar esto o de los que no necesitan más sistemas operativos que el que se está instalando.

Al intentar reiniciar, Bridge me arroja hacia una consola. Dado que desconozco el usuario de la sesión live y que no tengo la contraseña de root de la misma, la única opción que conozco es pulsar el botón de reiniciar en el ordenador. Tras hacerlo nos encontraremos con el gestor GDM para iniciar a Gnome 3, pudiendo escoger el entorno puro y duro o su variante Cinnamon. Aunque en principio elijo la primera de las opciones, me basta un rato de trastear por aquí y por allá para no encontrarme nada cómodo en este entorno. De modo que decido reiniciar y probar Cinnamon, dicho sea de paso es la primera experiencia que tengo con dicha solución.

Decido no instalar los drivers privativos, pues necesitaría añadir los repositorios de [xorg111] que sé por experiencia que romperían el sistema al tratar de actualizar, de manera que me voy a por la solución alternativa al problema de no poder suspender el equipo: la extensión de Gnome que previene esto mismo. En principio intento instalar la conocida «Presentation Mode«, pero no tengo éxito al no aparecer la opción deseada en el panel. Hago una segunda intentona con «Yet Another Inhibit Suspend«, que pese a mostrarse y permitir activarla, compruebo pasado un rato que no funciona para nada. Me temo que voy a tener que dar la razón a Linus Torvalds en sus apreciaciones sobre el errático comportamiento de algunas extensiones de Gnome 3.

Para colmo de estos molestos inconvenientes, todo intento de instalar la distribución de teclado española no tiene éxito (salvo el escribir en consola «setxkbmap es»). Como tampoco me es posible alterar la hora del sistema, pese a pedir la contraseña y desbloquear la aplicación de configuración, una vez se modifica y se cierra ésta la hora vuelve, erre que erre, a su valor inicial equivocado. En fin, problemas por todas partes.

Navegación
Tenemos a Chromium, versión 19 y pico, como navegador de cabecera. Es un problema recurrente en este navegador el «quejarse» de que no está instalado Flash, cuando no es cierto. Reproduce bien los vídeos de youtube y la experiencia de navegación es bastante buena.

Vídeos
El reproductor elegido es Tótem. Aunque todos los formatos se ven, encuentro un problema en determinados vídeos avi que se muestran sin sonido. Parece ser que el problema es la falta del paquete gstreamer0.10-ugly-plugins.


Música
Banshee, gran reproductor para entornos Gnome. No vamos a poder escuchar música en mp3 salvo que hayamos instalado, como vimos en el paso anterior, el paquete que contiene el soporte para ello. Y me pregunto, si tenemos preinstalados «el bueno y el malo», ¿por qué no «el feo»? Más info sobre estos plugins aquí.

Ofimática
Otra vuelta de tuerca a lo surrealista ocurre con la suite ofimática. Libreoffice aparece como instalada, pero si se intenta abrir un archivo de texto o de hoja de cálculo, no se encuentra el programa que lo haga. La respuesta a este embrollo es que, efectivamente, está instalado libreoffice-base (en holandés, por cierto, o algo parecido como se aprecia en la captura)… pero no está ni libreoffice-writer ni libreoffice-calc ni nada de nada. Es decir, tenemos Libreoffice pero no lo tenemos. Extraña decisión del desarrollador, pues no creo que esto se deba a un despiste. La solución pasa por usar pacman:

sudo pacman -S libreoffice-writer libreoffice-calc libreoffice-impress libreoffice-es

Esto instala el procesador de textos, la hoja de cálculo y la utilidad de presentaciones, junto al paquete de idioma español.

Fotografía e imágenes
En este apartado Bridge Linux cumple todas mis expectativas, no en vano escoge mis dos programas favoritos para tratar con gráficos y fotografías: Shotwell y Gimp.

Gestor de software
Al estilo de casi todas las distribuciones basadas en Arch, la única opción para instalar paquetería se sigue confiando a la consola (con buen criterio, añadiría). De modo que para instalar cualquier cosa, como veíamos con Libreoffice, se precisa pacman. Las actualizaciones se realizan por parte del usuario con «sudo pacman -Syu».

Reconocimiento de hardware
Aunque entre las aplicaciones del menú de Cinnamon se encuentra una relativa a la impresora, es imposible que sirva para algo si no viene preinstalado y funcionando el servidor de impresión. Ni rastro de cups en Bridge Linux si no lo instalamos nosotros y lo añadimos al fichero rc.conf, como se indica aquí.  Por otra parte, no hay problemas con el escáner ni la webcam, tan solo debemos instalar algún programa que los gestione, como Simple Scan y Cheese.

Programas de uso habitual
Al basarse en Arch y compartir sus repositorios ya presuponemos de antemano que cualquier programa que precisemos se va a poder instalar. Algunos estarán en el repositorio comunitario de Arch, el conocido AUR, pero tampoco se nos ha facilitado la tarea de poder acceder a él en Bridge. Nuevamente deberá ser el usuario, igual que en Arch (no hay puente tampoco para esto), el que añada el repositorio [archlinuxfr] e instale yaourt y base-devel. Instrucciones sobre cómo hacer todo esto en el tutorial de Arch.

Cheese y Simple Scan están en los repositorios oficiales de Arch. Dropbox y Vagalume están en AUR. También está jDownloader, pero para que funcione debemos instalar antes jre7-openjdk. Por último, para que esté disponible Skype se debe descomentar el repositorio [multilib] en /etc/pacman.conf en caso de que nuestro sistema sea de 64 bits. Como vemos, mucho que hacer para una distribución que trata de acercar a Arch al usuario final.

Gestor de arranque
Un Grub que no reconoce ningún sistema no sirve para nada. Es el caso que nos ocupa, tuve que declinar su instalación y dejar que SolusOS se encargase, con un «sudo update-grub» de manejar el arranque. Ni que decir tiene que este último sí que reconoció a Bridge Linux y la añadió a la lista de sistemas. Podemos instalar en Bridge los programas startupmanager y grub-customizer desde AUR, pero si es otro sistema el que maneja el arranque esto no nos va a servir para mucho.

Estabilidad y suspensión a RAM
No tuve que sufrir ningún cuelgue durante las pruebas con Bridge Linux. La suspensión a RAM no fue posible al no instalar los drivers privativos, que son incompatibles con la actual versión de xorg, la 1.12. Me pregunto si alguna vez AMD se decidirá a dar soporte a estos drivers, porque ya quedan pocas distribuciones donde se pueda recurrir a versiones más antiguas del xorg-server.


Ciclo de desarrollo
Del ciclo de desarrollo de Bridge Linux no tengo idea, en su web no aclaran nada al respecto. Parece ser una rolling release, ya que comparte los repositorios de Arch y ésta lo es.

Si algo me ha causado buena impresión de Bridge Linux Gnome ha sido Cinnamon, me parece una muy buena solución de escritorio para hacer más amigable y personalizable la de otro modo agreste Gnome 3. Pero claro, no es algo achacable a Bridge, sino a los creadores de Cinnamon, que no son otros que los de Linux Mint. Por tanto, ciñéndonos a lo que Bridge nos puede ofrecer, tengo que concluir que aporta más bien poco al mundo Linux. Si una distribución pretende acercar a Arch Linux a usuarios más novatos y únicamente presenta un sistema cuya única ventaja sobre la propia distribución es que tiene un entorno de escritorio instalado… no parece suficiente.

Y es lo que ocurre con Bridge, como con Archbang, que son tantas las cosas que hay que configurar antes, durante y después de la instalación que un usuario novel no va a ver ninguna utilidad en darle una oportunidad. Casi merece la pena coger la wiki de Arch y liarse la manta a la cabeza. Pero bueno, son opiniones y esta es la mía, en favor de Bridge puedo constatar que al menos simplifica algunos pasos a los usuarios que ya tenemos cierta experiencia con Arch Linux. Me quedo con el buen desempeño de Cinnamon y poco más, por desgracia. De momento es lo que hay, el pretendido puente hacia Arch se queda en pasarela tambaleante, pero se agradece la buena intención. Veremos cómo evoluciona este proyecto, que obtiene un 6’43 en nuestra particular escala de valoración. Saludos a todos.

Mi experiencia con SolusOS 1.1 Eveline

Como ya he expuesto en anteriores artículos, me gusta mantener un par de particiones con mis sistemas preferidos más allá de las constantes idas y venidas, instalaciones y borrados, a los que me obligan mis revisiones para el blog. Es una forma de mantener a raya el distrohopping, en cierta manera, y tener la seguridad de poder acudir a distribuciones preparadas para hacer lo que se precisa en cada momento sin que salte una ventana de error. Sirva el presente artículo como homenaje a Ikey Doherty y su equipo de trabajo y a la magnífica distribución que me fue presentada por visesen en su análisis de hace unos días: SolusOS.

Con SolusOS he encontrado un perfecto complemento a mi distribución de cabecera, que sigue siendo Chakra. Si con la distro centrada en KDE tengo las últimas versiones de los paquetes en un entorno rápido y con la belleza de las librerías Qt, con SolusOS lo que obtengo es un suplemento excelente a todo lo anterior: estabilidad a prueba de bombas, ya que la base es Debian Stable, y un entorno con Gnome (actualmente la versión 2, próximamente Gnome 3 con sus propias variaciones) donde disfrutar de todas las aplicaciones que no se adaptan a Chakra.

Ikey Doherty, como ya aclaraba visesen en su revisión, es un antiguo colaborador del proyecto LMDE y de Peppermint. Su razón para abandonar la versión de Linux Mint basada en Debian fue, según comentó el propio Doherty, su disconformidad con el estancamiento que estaba sufriendo la distribución, algo que fue ampliamente comentado en los foros de LMDE, donde mucha gente acusaba a los desarrolladores de mentirles al proponer una distro rolling-release que a duras penas se actualizaba una vez al mes. No he usado LMDE lo suficiente como para tener conocimiento de causa para emitir un juicio sobre quién hizo o dejó de hacer qué, de modo que no entro a valorar lo acertado de la decisión de Doherty. Lo que sí valoro, y ese es el objetivo de este artículo, es su gran trabajo en transformar Debian Stable en SolusOS.

Con su sistema operativo, Doherty elimina el principal escollo de usar una distribución basada en la rama estable de Debian, que no es otro que no disponer de las versiones más modernas de los programas. Parece una incongruencia, pues se supone que estabilidad y novedad no pueden ir de la mano, pero eso depende de cómo se mire. Mientras se mantenga el corazón del sistema estable, nada malo hay en poder usar, como estoy haciendo ahora mismo, Firefox 13 en lugar de Firefox 3. Algo parecido a la filosofía que esgrime el equipo de Chakra, quien proporciona actualizaciones para muchos paquetes pero mantiene aquello más susceptible de provocar fallos graves (kernel Linux, servidor gráfico, etc.) en versiones seguras, por así llamarlas. SolusOS proporciona un Debian Stable con backports y preparado para su uso desde la instalación, incorporando códecs y demás parafernalia como suele ocurrir en Linux Mint.

La cuestión es que, tras leer la revisión de visesen, no pude evitar probarla. Y me encantó, supongo que por echar de menos un entorno con mis aplicaciones favoritas (todas gtk, por suerte o por desgracia) corriendo además con Gnome 2, mi añorada solución de escritorio que pasó a mejor vida. O tal vez no, pues según anuncian en su web los desarrolladores, SolusOS integrará en su próxima versión (la alpha ha salido hoy) un Gnome 3 fallback personalizado para que se comporte y se vea igual que Gnome 2. Veremos qué tal se les da la tarea, pues quienes conocen a Doherty lo tienen como alguien que hace posible lo imposible dentro del mundillo linuxero.

En lo que a mí respecta, por el momento ha conseguido hacerse un hueco en mi disco duro como sistema estable. Tengo lo que un día tuve con Debian Testing, incluyendo un Compiz operativo al cien por cien, cubo de escritorio (lo sé, es una tontería y no sirve para mucho) incluido. Tuve que instalar los controladores privativos de ATI/AMD para mi APU A8 con gráficos Radeon, pero no fue en absoluto algo complicado. Bastó con la descarga del driver desde aquí y seguir las instrucciones que se ofrecen en la wiki de Debian. Una cosa muy importante para los poseedores de gráficas ATI: existe la posibilidad de que no se pueda iniciar el live cd de SolusOS salvo que añadamos a la línea del kernel el parámetro radeon.modeset=0 (aquí no funciona el típico nomodeset). Al parecer no ocurre con todos los modelos de tarjetas ATI/AMD, pero lo comento por si alguien se encuentra en la tesitura de no ver más que una pantalla negra al intentar iniciar SolusOS.

Estaré muy atento al desarrollo de SolusOS 2. Desearía disponer de tiempo y conocimientos para colaborar en las pruebas y en la corrección de errores. No tengo ni lo uno ni lo otro. Al menos, espero que este artículo y el de visesen ayuden a la difusión de una fantástica distribución. Saludos.

Xubuntu 12.04: una buena solución

Desde hace algún tiempo intento mantener a raya mi extraña enfermedad, conocida en el mundillo Linux como «distro-hopping», literalmente «saltar de distro en distro». Una de las estrategias que uso es precisamente este blog, pues probar sistemas se convierte así en un hobby y mi experiencia sirve, a la vez, para que los interesados de verdad en una distribución sepan de primera mano qué les va a deparar su instalación. La otra táctica se basa en mantener únicamente cuatro particiones en mi disco duro: una destinada a Windows, otra a realizar las pruebas y otras dos, sin contar la de intercambio y la home, que tengo dedicadas a los que yo llamo «sistemas estables», aquellos con los cuales trabajo y me siento más cómodo, a la par que me dan una cierta seguridad de no fallar gravemente. Por poner un ejemplo, que una actualización no te impida iniciar el servidor gráfico.

Hasta hace bien poco, la terna estaba integrada por Windows, Arch Linux con KDE y Ubuntu Lucid (y su bonito tema Macbuntu). Ya comenté en anteriores artículos el problema que se llevó por delante mi Arch, el cual fue sustituido por Chakra. Ubuntu Lucid encontró su sustituta natural en Ubuntu Precise, la cual ya analicé y a la que mantenía instalada sin darle mucho juego, siendo sincero, pues Unity y yo no nos llevamos demasiado bien. Pues bien, el problema surge tras una actualización de Ubuntu que me impide entrar, desde GDM, a mi cuenta de usuario. Ni tan siquiera entrar como root me era posible, ni en modo gráfico ni desde la consola. Podría haber profundizado en el asunto más de lo que lo hice, pero ciertamente en un mundo lleno de distribuciones, perder el tiempo con algo tan básico en un sistema que se presupone seguro de usar, dada la gran base de clientes que posee me parece absurdo. Borrón y cuenta nueva.

Quería que mi nuevo sistema de producción, vamos a llamarle así, estuviese centrado en aplicaciones Gtk. Sí, soy un usuario de Chakra un poco forzado por las circunstancias, pues por mucho que me esfuerce en apreciar KDE, que lo hago, la gran mayoría de aplicaciones que se adaptan mejor a mis necesidades, para mi desgracia están escritas con las librerías gtk. Prefiero Firefox a Qupzilla, prefiero Thunderbird a Kmail, Transmission a Ktorrent, me encanta usar Docky, Shotwell me va mucho mejor que Digikam y así podríamos seguir un buen rato. El problema, lo que principalmente me forzó a apostar por Chakra, fue la deriva a la que yo creo que se encamina Gnome y mi falta de adaptación a su nueva versión y sus diferentes shells o forks o como quiera que se les llame. Todo esto ha cambiado gracias a visesen, que me descubrió la maravilla que es SolusOS, pero entre tanto no sabía de su existencia decidí llenar el hueco dejado por Ubuntu con su derivada centrada en XFCE, Xubuntu. Y aprovechar para revisar esta distro, que lejos de defraudarme ha resultado ser un sistema al que me resulta mucho más fácil adaptarme que a Ubuntu.

Antes de ir al grano de una vez, y como el hombre es el único animal que tropieza n veces con la misma piedra, traté de montar un sistema Arch con XFCE en mi «partición gtk». Estuve un día entero configurando, montando, preparando y dejando el escritorio a mi gusto. Lo siguiente que hice, una vez todo estaba perfecto para mí, fue escribir las palabras mágicas «sudo pacman -Syu». Y lo que pasó, de nuevo, es que justo ese mismo día Arch estaba sustituyendo udev por systemd. Esto no tiene mayor importancia salvo que uno sea un sufridor de ATI/AMD y se le ocurra tener el repositorio [xorg111] habilitado en su Arch. La consecuencia: desastre total e incapacidad para iniciar el sistema. Los desarrolladores de Arch dirían que la culpa es mía, por confiar en repositorios no oficiales, y tendrían razón. Lo que yo concluyo de esta nueva experiencia es que Arch no está hecho para usuarios de gráficas ATI/AMD que quieran sacar todo el jugo a sus tarjetas, porque los problemas con Catalyst te rompen el sistema a las primeras de cambio.

Paso, finalmente, a relatar mi buena experiencia con Xubuntu.

Instalación
Xubuntu no difiere prácticamente en nada en su instalación de Ubuntu. Lo único en lo que no coinciden es en el slide show que muestra el escritorio en todo su esplendor. Por lo demás, todo igual. Sufro algunos pequeños fallos gráficos durante esta fase, como ventanas cuyos contornos se quedan en el escritorio tras cerrarlas o los molestos parpadeos fruto del driver libre de la Radeon. Poca cosa, en realidad. El proceso se completa bastante más rápido que en la distro con Unity, incluyendo la parte correspondiente a la descarga de paquetería.


El aspecto del escritorio rememora lo que Ubuntu fue antes de Unity. Un XFCE sencillo pero potente, en colores azulados y negros. Los problemillas gráficos desaparecen con el reinicio y tras la instalación de los drivers privativos. En general, el aspecto está muy cuidado, con colores y tipografías suaves que aportan serenidad y facilitan el trabajo. El panel inferior se asemeja a un dock y se oculta automáticamente. Por ponerle un pero al resultado global, el texto bajo los iconos del escritorio luce horrendo debido a que se presenta con fondo opaco, algo habitual en cualquier distro con XFCE y que se puede solucionar.

El primer inicio al escritorio ya ofrece actualizar el sistema e instalar los drivers privativos correspondientes al hardware particular de cada cual. Destacar que la versión de XFCE que incluye Xubuntu es la 4.8 y no la 4.10, si bien existen repositorios desde los que es posible actualizar para quien lo desee. Tanto una versión como la otra cumplen de sobra los requisitos que pido a un sistema de escritorio: facilidad de uso y personalización. Atrás quedaron los tiempos en que XFCE era considerada casi como un gestor de ventanas por sus pocas funciones, actualmente es todo un señor escritorio que ofrece una excelente experiencia al usuario.

Navegación
Firefox 12 es el navegador que incluye de serie Xubuntu, con todos sus aderezos que permiten ponerse a navegar y ver vídeos en flash desde el inicio.


Vídeo
Contamos con el reproductor ligero Parole, que funciona bien y es capaz de descodificar todos los formatos.

Música
El reproductor y organizador de música se llama gmusicbrowser, un gestor que conocía muy poco y que pese a ser liviano ofrece gran cantidad de funciones, entre las que destaca por su originalidad la capacidad de mimetizar a otros conocidos reproductores. Podemos hacer que gmusicbrowser se parezca a Rhythmbox, a Exaile o incluso a iTunes. Curioso, cuando menos. En cuanto a aquello para lo que realmente debe servir, la reproducción de música, perfecto también.


Ofimática
Xubuntu opta por la solución más simple, Abiword para los textos y Gnumeric para las hojas de cálculo. Los más exigentes tenemos Libreoffice en los repositorios.

Fotografía e imágenes
Para organizar y ver fotos tenemos gThumb. Para editarlas, Gimp. Ambos instalados de serie, y como es habitual un arsenal de programas disponibles desde el gestor de software.


Gestor de programas
Nuestro ya conocido Centro de Software de Ubuntu, acompañado de Synaptic como opción más simple, se encargan de la instalación y desinstalación de software en Xubuntu. Las actualizaciones automáticas nos serán ofrecidas con regularidad.


Reconocimiento de hardware
Como era de esperar, sin dificultad alguna. Impresora, escáner y webcam reconocidos de serie y funcionando con solo encenderlos. Al igual que en Ubuntu y Kubuntu, podemos tomarnos una foto durante la instalación, usando la webcam, para que nos sirva como imagen predeterminada de usuario.


Programas de uso habitual
Simple Scan viene instalado. Cheese, Vagalume y Dropbox están en los repositorios. Skype viene en el centro de software de Ubuntu, solo que nos advierte que para poderlo instalar se debe añadir un repositorio adicional, acción de la cual se encarga el propio gestor de programas sin intervención del usuario. JDownloader se instala desde su web, debiendo nosotros instalar por nuestra cuenta el paquete default-jre desde Synaptic para tener la máquina virtual Java. En el caso de Dropbox, como ya ocurriera con Linux Mint 13, se instala Nautilus como dependencia y será éste en lugar de Thunar el navegador que se abre cuando hacemos clic en el icono de Dropbox.


Gestor de arranque
En el momento de instalar Xubuntu tenía en el equipo Windows 7, Chakra y Fedora (última distribución que probé). Precisamente fue ésta la que me dió problemas, no siendo reconocida por el Grub de Xubuntu. En los repos ya no tenemos startupmanager, pero he encontrado otro programa similar llamado Grub Customizer. Si queremos tener dicha utilidad, que edita el menú de arranque y nos permite añadir o quitar sistemas además de personalizarlo a nuestro gusto, debemos añadir un repositorio de terceros con:

sudo add-apt-repository ppa: danielrichter2007/grub-customizer

Estabilidad y suspensión a RAM
Sin problemas de cuelgues en el tiempo que he estado usando Xubuntu de forma regular. Sí han ocurrido dos o tres fallos de aplicaciones, que terminan con una ventana de error que crea una traza inversa y localiza el problema, permitiéndonos enviar la información a los desarrolladores para colaborar en la solución. Suspensión a RAM perfecta siempre que instalemos los drivers propietarios ATI/AMD los «sufridores» de este hardware.

Ciclo de desarrollo
Aunque Xubuntu comparte con su «hermana mayor», Ubuntu, el ciclo de desarrollo de seis meses, con una edición en abril y otra en octubre de cada año, ambas no ofrecen el mismo tiempo de soporte para sus ediciones LTS (como esta que nos ocupa). Si Ubuntu Precise estará soportada durante cinco años, su homónima en Xubuntu únicamente lo estará tres. Desconozco los motivos, pero así se especifica en la web corporativa xubuntera.

En resumidas cuentas, con Xubuntu podemos recuperar el estilo y el buen hacer que caracterizó a las mejores versiones, siempre en mi parecer, de Ubuntu: Lucid y Maverick. La llegada de Unity y Gnome 3 cambió por completo el panorama para los usuarios de Ubuntu. Algunos se adaptaron e incluso destacaron la mejoría. Otros no, y se vieron obligados a mirar hacia otra distribución. Los que no quieran salir de la familia Ubuntu lo tienen bien fácil, pues esta Xubuntu es una distro perfecta, basada en gtk 2 y que mejora en prestaciones y fiabilidad.

Sirva como alegato en favor del gran trabajo que desarrollan en XFCE, un escritorio relegado siempre a un segundo o tercer plano, y que al no apartarse de las líneas maestras que siempre ha venido manteniendo se ha convertido ya en refugio de muchos nostálgicos del escritorio tradicional. Mi enhorabuena a los desarrolladores de Xubuntu por una distribución muy conseguida. La puntuación es 9’32. Saludos.