Como he podido constatar en varias ocasiones ya, la «maldición del archer» (así la llamó un lector del blog, fellsword, en sus comentarios en la entrada que dediqué al distrohopping) es de por vida. Sabía que era cuestión de tiempo, poco en esta ocasión, que volviera a disponer de una partición con Arch Linux en mi equipo. Ciertos problemillas con SolusOS 1, derivados en su mayoría de su base en Debian Stable, algo antigua para mi equipo, me han hecho aparcar por ahora, mientras espero a la versión 2, basada en Testing, a la distro de Doherty. Y, como siempre que me encuentro «huérfano» de distribución, regreso a Arch.
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Tux como arquero, imagen creada por Evert Heylen |
Los problemas con SolusOS no vienen al caso en esta entrada, pero los relato igualmente. En primer lugar fui incapaz de lograr que funcionase bien Skype: obtenía imagen, pero no sonido. Cada vez que iniciaba a SolusOS, un extraño sonido chirriante provenía de la webcam. La gestión de los puertos USB 3.0 en Debian Stable nunca me ha funcionado correctamente, tal vez tenga que ver con esto. Por otra parte está Virtualbox o mi incapacidad para conseguir que funcione a pantalla completa (a decir verdad, no lo he conseguido nunca más que en Arch). Luego está el hecho de que, aleatoriamente, al iniciar no se carga el tema de escritorio y me deja con un Gnome plano – esto no tengo ni idea de a qué se debe. Docky me tira errores con el plugin de Gmail y en ciertas ocasiones se desvanece solo (esto no es necesariamente problema de SolusOS, a lo mejor me conviene cambiar de dock). Resumiendo, las pequeñas excusas que todo distrohopper busca y en las que se escuda para dar el salto, una vez más. Culpable.
Bueno, voy al grano. Al instalar Arch por enésima vez he caído en la cuenta de que el tutorial que hice al respecto se encuentra algo desfasado, en concreto en su primera parte. Los cambios son una constante en Arch Linux y a veces son de tal magnitud que invalidan opciones anteriores y rompen sistemas otrora estables cuando no se tiene la precaución de leer las noticias de la web antes de usar «pacman -Syu». En cualquier caso, el tutorial es incorrecto a día de hoy en su primera parte, lo que me lleva a actualizar el contenido usando esta entrada.
Los dos cambios que afectan al modo de instalar Arch están referidos a la sustitución de ciertos directorios con enlaces simbólicos a los mismos, lo que hace que muchos paquetes busquen cosas en sitios donde ya no se encuentran. Es lo que provoca, explicado de modo muy simplificado, la ruptura del sistema. Para aquellos interesados en el tema, dejo los enlaces aquí y aquí.
El método para que esto no nos afecte al instalar es sencillísimo: usar el método «netinstall» para hacerlo. Referido a nuestro tutorial, como vemos en la imagen de debajo, elegíamos el repositorio core local. Ahora deberemos escoger el core remote, es decir, el que está en la red. A la hora de elegir los mirrors recomiendo los holandeses (terminados en .nl) por ser los que menos problemas me han causado. Al estar instalando así las últimas versiones de los paquetes ya nos podemos olvidar de los problemas antes mencionados.
El resto del tutorial sigue siendo válido actualmente. Respecto a mi nueva instalación he optado por XFCE. Intenté en un principio usar un curioso script llamado AUI (Archlinux Ultimate Install) que simplifica todos los pasos siguientes a la instalación del sistema base, lo que serían las partes dos y tres del tutorial. No voy a negar que es tremendamente completo y está muy trabajado, el problema es que no me funcionó del todo, pues el sistema no entraba a modo gráfico. En mi opinión no es aconsejable el uso del script, pues es absurdo instalar un sistema tan complicado de mantener si se desconocen las bases de su funcionamiento, a la par que se instalan multitud de paquetes que, al hacerlo paso a paso, no siempre son necesarios. Pero, como siempre, esto es a gusto del consumidor y se averigua probándolo.
Nada más, espero que esta entrada sirva para ayudar a quienes pretenden iniciarse en el complicado y a la vez satisfactorio mundo de Arch Linux. No voy a negar que conseguir instalar un sistema a partir de una pantalla negra con una consola me sigue produciendo una sensación muy agradable. Quizás en esto está el motivo que me lleva a regresar a Arch una y otra vez. Saludos.