Un año de blog

Hoy nos toca estar de celebración. Hace justo un año comenzaba con el proyecto personal de un blog que me sirviera de entretenimiento y, a la vez, para expresar mis opiniones en distintos temas. El primer artículo versaba sobre la reaparición de uno de mis grupos favoritos de toda la vida, al que siguieron varios sobre temática variada que no tenían que ver con Linux. Era lo que entendemos todos por un blog personal.

Cuando hizo aparición mi enfermedad compulsiva de saltar de distribución en distribución pensé que era una buena idea tratar de usarla para difundir conocimientos sobre Linux y software libre. La primera revisión propiamente dicha, pues hasta entonces solamente había mencionado un par de veces a Arch, fue la que hice sobre Ubuntu Oneiric, donde expresaba mis reticencias a usarla por diversos problemas con mi equipo de entonces. Como a dicha revisión le siguieron otras me pareció una buena idea hacer una especie de clasificación, siempre centrada en la facilidad de uso para el usuario novel, de las distribuciones Linux que se me antojara probar, conocidas o no. De aquí surge el ranking de distros que adorna la columna derecha del blog, que durante muchos meses encabezó Zorin 5.2, seguido más recientemente por Linux Mint 13, apenas una semana por LMDE y que ahora lidera openSUSE 12.2.

Fue así, dada la buena respuesta de los visitantes del blog, como éste se fue centrando exclusivamente en Linux. A mediados del mes de mayo dejaba de ser un proyecto unipersonal para abrirse a colaboraciones gracias a las aportaciones de visesen. Luego comenzamos a trabajar en tutoriales, como el de instalación de Arch y a continuar con las pruebas de diferentes sabores del mundo linuxero. Y en esas estamos hoy día, aparcando por un tiempo las revisiones de distros para tratar de acabar con el distrohopping compulsivo.

Para los amantes de la estadística, entre los que me encuentro, dejo algunos datos sobre La sombra del helicóptero:

Visitas: 34.201

Artículos más vistos: Mint 13 (1.789 visitas), tutorial de Chakra (1.135) y Fedora 17 (671)

Fuentes de tráfico: Google.es (5.393), Google.com.mx (2.331) y Google.com (2.203)

Visitas por países: España (14.967), México (4.754) y Argentina (3.334)

Navegadores utilizados: Firefox (15.130), Chrome (12.248) e Internet Explorer (1.872)

Sistemas operativos: Linux (16.255), Windows (11.307) y Otro Unix (3.979)

Pues eso, que «me llena de orgullo y satisfacción» haber podido celebrar con vosotros este año de andadura del blog. Como se infiere del contador de visitas, menos de 100 al día, este es un sitio donde somos pocos, pero bien avenidos, que es lo importante. Me alegro mucho de que podamos disfrutar de un espacio sobre Linux con cabida para todas las opiniones y donde el respeto prima por encima de todas las cosas.

¡Muchas gracias a todos y un saludo!

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Confesiones de un distrohopper II

Creo que antes de ser distrohopper fui un «softwarehopper». Cuando Linux era un mundo desconocido para mí, en los tiempos en que Internet se limitaba al IRC y el TIN en un centro de cálculo de una facultad, la compulsión de probar cosas nuevas se centraba en Windows y su mundo infinito de programas. Ya fuera shareware, abandonware, freeware o directamente «pirataware» pasaba muchas horas de mi tiempo libre descubriendo todo aquello. Eran años en los que, efectivamente, tenía horas de asueto.

Digamos que hace más de quince años de todo eso. El imberbe que aporreaba teclas en casa y en la Facultad de Informática y Estadística ya peina canas y no es Informático. Desde que, en su forma ubuntera, Linux entrara en mi vida allá por 2007 se podría decir que he dedicado muchísimas horas a aprender, a ayudar y a probar distribuciones. Demasiadas, me temo. El blog está a punto de cumplir un año y, sinceramente, todo esto pesa. Me pesa a mí, consciente de que andar siempre de distro en distro, ya sea por gusto, compulsión o para tener material sobre el que escribir me crea un sentimiento desagradable. Lo apuntaba visesen en su excelente reflexión sobre esta enfermedad y es totalmente cierto: cuando te sientes agobiado, esclavizado por Linux, hasta el punto de que deja de ser divertido… es el momento de cambiar.

El problema alcanza tal magnitud que, habiendo adquirido un nuevo equipo hace algunos meses ya calculo que he debido pasar el 95 porciento del tiempo empleado en él probando distribuciones. Cambiando, configurando, trabajando a cambio de nada. Es la sumisión de la persona al ordenador y no al revés. El sistema operativo como fin, no como medio. Estaremos de acuerdo en que algo falla en esta actitud, los sistemas nos permiten usar el ordenador, pero si es el sistema lo único en lo que se fundamenta dicho uso, mal vamos.

Pongamos todo esto en perspectiva analizando solo los últimos meses de distrohopping. Estaba establecido por fin en Arch Linux, como escribía en este artículo de marzo. Un mes después, el sistema se rompe, lo que me lleva a saltar a Chakra. Entonces ya empezaba a vislumbrar un problema en tanto cambio de distribución, de modo que intenté implicarme todo lo posible con la distro y su filosofía (que nunca he compartido, para qué engañarnos) de centrarse en KDE y dejar de lado todo lo que huela a gtk. A continuación irrumpe con fuerza en el panorama linux la distro de Ikey Doherty, SolusOS, que me trae todo lo que estaba echando en falta en Chakra. Y vuelta a saltar…

Decido entonces escribir una primera parte de estas confesiones, agobiado ya por el hecho de tener que elegir entre Chakra y SolusOS. Agobiado, lo leo y no lo creo… pero así era. Vuelvo entonces a Arch, la distro en la que todo funciona siempre a cambio de unas horas de configuración. Unas semanas después, poniendo a mi cuñado como excusa, retorno a Chakra. No había problemas reales con Arch, esto es un salto compulsivo de manual. Entra entonces en escena una revisión de una excelente distro, LMDE, que de nuevo sirve como refugio para escapar de aquello que nunca me ha gustado de Chakra. Y así se inicia de nuevo el bucle infinito del que no puedo salir.

Si a estas alturas del tocho sigues leyendo, te doy las gracias. Continúo, pues. Se obra finalmente el «clic» mental del que hablaba visesen en su artículo, el ser consciente de que esto es una adicción como cualquier otra y que hay que acabar con ella. Cortar por lo sano, sin medias tintas, como haría si alguna vez hubiera fumado y lo fuese a dejar. Visesen eligió Ubuntu, yo elijo Arch. Sin alternativas, es Arch Linux o Windows 7, no hay más. No me ha costado más de un día volver a aquel escritorio donde todo funcionaba bien, mejorado incluso gracias a systemd. Y, en caso de futuros problemas, en tanto los arreglo recurriré al sistema de Microsoft.

Hasta ese punto ha llegado mi necesidad de acabar con esto, hasta volver a instalar Windows en el equipo. Pero así debe ser, tengo 35 años, un trabajo, una familia y responsabilidades. Y, qué demonios, sentirse mal por un comportamiento anómalo no es una de ellas. Supongo que comprenderán, los pocos pero fieles lectores de este blog, que las revisiones se han terminado. Os pido disculpas si era eso lo que os mantenía por aquí pero a partir de ahora pienso seguir la línea de artículos sobre Linux en general o sobre Arch Linux en particular. Esto no es óbice para seguir recomendando una serie de distros, pero para mí no existe más Linux que Arch desde este momento. El seguir revisando otras distribuciones se me antoja como llevar un bar cuando se es alcohólico (y que nadie se moleste, no estoy comparando una adicción tan grave con mis tonterías de ordenadores, es solo un ejemplo).

Gracias por aguantarme, una vez más. Un saludo.

OpenSUSE 12.2: el retorno del Rey

Tenía muchas ganas de volver a tener la oportunidad de analizar una versión de openSUSE. La revisión de la anterior fue tan decepcionante en todos los aspectos que en cierta manera esperaba con entusiasmo la nueva, la cual supuse que devolvería a la distro de Gecko a tiempos de más esplendor. Leí muchos comentarios negativos, especialmente en las primeras semanas de uso de la versión 12.1, en el sentido de que parecía haber sido sacada del horno antes de tiempo, como aquellas tristes ediciones del primer KDE 4 o el reciente Gnome 3. La otrora robusta y amigable distribución del camaleón había pasado a fallar en demasiadas cosas.

No sé si espoleados por el aluvión de críticas o, simplemente, porque la comunidad que anda detrás de openSUSE siempre se ha destacado por presentar una distro muy trabajada y con aspecto profesional, el caso es que solo encuentro una palabra para definir a la nueva entrega: impresionante. La versión que he probado, con KDE 4.8, se integra fabulosamente con dicho entorno de escritorio, sin bordes rugosos, entregando una experiencia de usuario fenomenal. Ignoro cuan estrecha es la colaboración entre openSUSE y AMD/ATI, y si de ella se beneficia mi equipo, la cuestión es que se compenetran a la perfección. Esperaba, insisto, una mejoría, lo que no imaginaba es que fuera a dar con una distribución que, tan solo unos días después, desbancara a LMDE de su pedestal en la clasificación. Lo vemos:

Instalación
Descargo la iso del DVD de openSUSE y directamente la grabo, con Brasero, en un soporte físico. Escojo el DVD virgen en lugar del pendrive, pues no dispongo de tanta capacidad como los 4’7 Gigas que ocupa openSUSE en esta presentación. Me llama la atención que, al iniciar, no es posible probar la distribución en modo live. Caigo entonces en la cuenta de que existe la versión en CD para eso, disponible en la misma página de descargas que el DVD. A decir verdad me es indiferente, pues nunca suelo emplear el modo live para nada, no arroja conclusiones y no le encuentro utilidad a la hora de revisar una distribución.

Lo que sí me molesta y no tiene visos de que vaya a cambiar es el problema de los drivers de ATI/AMD, que en una distro «partner» de la compañía de Sunnyvale es imperdonable. Al poco de iniciar al módulo de instalación, la pantalla pasa a modo reposo sin vuelta atrás posible. No cuesta nada añadir la expresión «nomodeset» a la línea de inicio del kernel, pero menos aún les costaría hacerlo a los desarrolladores. Al menos eso, si bien lo ideal sería que se incluyeran los drivers privativos, con su acuerdo de licencia correspondiente, faltaría más, como ocurre en el Tribe de Chakra.

Superado el escollo inicial, no sé si insalvable para alguien recién llegado a Linux, nos encontramos con el instalador más completo que existe. Rotundamente. La gran cantidad de opciones disponibles podrían asustar un poco al usuario novel, si bien se complementa con un excelente sistema de ayuda que se echa de menos en muchas otras distros. El proceso en sí tiene un «look» muy profesional y un cuidado lenguaje, traducción impecable incluida. Son las pequeñas cosas que hacen de una distro (gratuita, no lo olvidemos) una alternativa real al sistema de Microsoft.

De hecho creo que es el instalador que más recuerda al de Windows, con reinicio automático y cuenta atrás al final incluidos. El proceso propiamente dicho lleva unos diez minutos que podemos pasar viendo el cuidado slideshow o leyendo las notas de lanzamiento de la versión. «Muy profesional», que diría Pazos.

El reinicio nos lleva a un bonito Grub2 tematizado para openSUSE, donde comprobamos que nos detecta al otro sistema instalado, en mi caso Linux Mint Debian Edition. Chakra ya se ha marchado del ordenador principal, pero sigue presente en el portátil donde comparte disco con el lado oscuro… La configuración de la resolución de pantalla no se realiza correctamente, sin embargo, pues me presenta un extraño valor (1152 x 864) que hacen que el escritorio se vea descuadrado. La solución a este problema la conozco de sobra y se llama driver propietario de AMD, aka Catalyst o también fglrx.

Instalación de los drivers de ATI en openSUSE

Es en este preciso momento cuando se echa de menos un enlace más directo a los primeros pasos de la configuración de openSUSE. No me refiero al icono de ayuda que se nos presenta en el escritorio, pues nos llevará a una wiki que, para mi gusto, es algo confusa y está lejos todavía de la facilidad de uso de la de Arch. Una rápida búsqueda me arroja un enlace de gran utilidad (siguiendo sus primeros pasos todo me funciona de maravilla) en la web de La mirada del replicante.

Siguiendo cada paso explicado ahí por Tannhausser no tuve ningún problema. La actualización fue larga, unos treinta minutos de descarga e instalación de paquetes. Tras añadir los indispensables repositorios de la comunidad, sin los que openSUSE prácticamente no nos sirve para nada (códecs, flash, etc.) aparecen más actualizaciones. Finalmente, con el utilísimo sistema de instalación de un solo click consigo tener los drivers propietarios de ATI y, siguiendo el consejo de Tannhausser, elimino por mi cuenta el paquete con el driver libre para evitar problemas posteriores.

Un nuevo reinicio y… voilá. Resolución adecuada, renderizado de fuentes ideal (esto no lo esperaba, la verdad, atendiendo a pasadas versiones) y un desempeño gráfico adecuado, aunque algo por debajo del que consigo con LMDE. Las pruebas con glxgears me dan un FPS de 2.500, aproximadamente. Terminada por completo la instalación, vamos a dar un repaso al escritorio.

Escritorio KDE en openSUSE

Navegación
Tras realizar la actualización tenemos al navegador Firefox 15 a pleno rendimiento. Gracias a los repos comunitarios se habrá instalado el plugin para flash, con lo que el funcionamiento ya está completo. Fluidez y rapidez absoluta en la navegación. Si lo deseamos, también está Konqueror, aunque sus limitaciones con respecto al navegador de Mozilla son evidentes.

Firefox 15 en openSUSE

Vídeos
Contamos con el reproductor Kaffeine como única aplicación para ver vídeos. En mi caso no presenta problema alguno, salvo que se queja de falta de plugins cuando se intenta reproducir un archivo vía samba, dificultad que no aparece al hacerlo de manera local. Todos los tipos de archivo son soportados.

Kaffeine funcionando en openSUSE

Música
Como casi siempre que revisamos una distro con KDE nos encontramos con Amarok como organizador de colección musical y reproductor por defecto. Funcionamiento perfecto, como ya esperaba.

Amarok en openSUSE

Ofimática
De nuevo Libreoffice es la suite ofimática con la que se presenta openSUSE. Es quizás la única parte del sistema que «chirría» un poco desde el punto de vista gráfico, pues la integración con KDE no es tan buena como en el resto de programas.

Libreoffice en openSUSE

Fotografía e imágenes
Un escritorio completo cuenta con todas las herramientas que podamos necesitar y ello incluye el organizador de colecciones fotográficas, Digikam en este caso, y el editor y manipulador de imágenes, que no es otro que Gimp.

Digikam en openSUSE

Gestor de programas
Podemos usar, además de la línea de comandos con zypper, dos formas para la instalación y búsqueda de aplicaciones. La que recomiendo, a través del genial centro de control Yast, y la alternativa, el gestor de software Apper. Este último se encuentra integrado con el resto del sistema y nos alerta de actualizaciones automáticas para nuestro equipo.

Apper en openSUSE

Reconocimiento de hardware
Cuando enciendo la impresora, si bien no recibo notificación alguna el parpadeo del led del disco duro me indica que algo está ocurriendo. En efecto, transcurridos unos segundos abro el editor Kate con un archivo de texto y al escoger la opción de imprimir me aparece directamente como predeterminada mi Epson Stylus Color 685. La impresión es correcta.
Con el escáner la cosa se complica un poco, pero nada que no se resuelva con Yast. Si intento usarlo mediante Skanlite me aparece un mensaje de que el sistema no detecta ningún dispositivo de imagen. Voy a centro de control –> hardware –> escaner y ya lo detecta, si bien se ofrecen tres posibles drivers. Con el procedimiento de ensayo/error descubro que el que funciona es el llamado sane-backend. Para la webcam no es preciso más que instalar un programa que haga uso de ella, Kamoso en mi caso, y compruebo su perfecto funcionamiento.

Configurar el escaner en openSUSE
Kamoso en openSUSE

Navegador de archivos y dispositivos
Al abrir Dolphin e intentar conectar con mi portátil en red, el propio navegador me advierte de que no se encuentra ningún grupo de trabajo debido a la existencia de un cortafuegos. Tan fácil de arreglar como ir al centro de control –> cortafuegos y desactivarlo momentáneamente. Una vez hecho esto funciona sin problemas la copia y reproducción de archivos a través de Samba. El pendrive y la tarjeta de memoria tipo SD también son reconocidas por Dolphin, si bien la última de ellas no hace saltar el notificador de dispositivos de KDE, ignoro el motivo. En cualquier caso es accesible desde Dolphin sin mayor dificultad.

Gestor de arranque
Reconozco que con la inclusión de Grub2 en la mayoría de distribuciones se ha dado un salto de calidad (gráfica seguro, en lo demás carezco de conocimientos para opinar) respecto al anterior gestor de arranque. El de openSUSE, con su tema verde, se integra muy bien con el resto de la distro. Además reconoce otros sistemas y se puede editar desde la entrada habilitada para ello en el centro de control Yast.

Konqueror en openSUSE

Estabilidad y suspensión a RAM
Una vez más, el tema de la suspensión a memoria va supeditado a la instalación de los drivers propietarios de ATI/AMD. El prescindir de ellos hará imposible regresar de la suspensión. En cuanto a la estabilidad, cero problemas y cero cuelgues. Tan solo un error en plasma cuando se cierra Kaffeine tras reproducir un archivo en formato .dv que no ocurre más que con dicho reproductor.

Ciclo de desarrollo
No existe tal cosa en openSUSE. Han transcurrido muchos meses desde la última versión, si bien ha merecido la pena esperar, eso está claro. Existe la posiblidad de conseguir un efecto rolling release si apuntamos los repositorios a Tumbleweed, como se indica en esta entrada de la wiki de openSUSE. Advierten, no obstante, que no se aconseja su uso a los usuarios de drivers privativos que requieren ser recompilados con cada actualización del kernel, como es mi caso. 

Flash en openSUSE

Hete aquí que esperando una mejoría me encuentro con la mejor distribución hasta ahora analizada en este blog. Un KDE que inicia tan rápido o más que el incluido en Chakra. Un renderizado de fuentes que en nada se parece a aquel arcaico y feo de anteriores versiones de openSUSE. Una configuración de software y hardware rápida y efectiva, sin las complicaciones de antaño. Un equipo que inicia y apaga a toda velocidad, al nivel del mejor y más liviano de los sistemas. Una maravilla, vaya.

Supongo que poco más puedo añadir, el artículo está plagado de elogios que se me antojan más que merecidos, tanto como en su día los palos. Las cosas bien hechas merecen un reconocimiento y esta openSUSE está a un nivel excelente, un paso por delante del resto de distribuciones vistas hasta ahora. Esa al menos ha sido la experiencia en mi caso y con mi equipo, que ya sabemos que cada máquina es un mundo, y cada usuario también. Por mi parte quedo más que satisfecho con la vuelta de Gecko. Un 9’73 y a la cabeza de la tabla. Saludos.

Linux Mint Debian: sencillamente genial

Seis meses después de revisar por vez primera a la hermana debianita de Linux Mint y quedar bastante satisfecho con el resultado me propongo repasar en qué momento se encuentra la distribución. La idea viene motivada por la corriente de opinión que percibo en la red acerca del supuesto engaño por parte de Clem Lefebvre a los usuarios de LMDE por proponerles una distribución rolling-release y finalmente convertirla en otra cosa. Al parecer, cansados de las rupturas del sistema inherentes a la mezcla de repositorios entre Mint y Debian Testing, el equipo de desarrollo prefirió cambiar a un modelo a base de packs de actualización lanzados cada cierto tiempo. Una especie de semi-rolling, al estilo de Chakra pero con actualizaciones mucho menos frecuentes que en ésta, y desde luego nada que ver con una distribución rolling-release como la propia Debian Testing o Arch.

Logo Linux Mint Debian Edition

Antes de debatir lo acertado de la decisión y el modelo escogido he creído conveniente echar un nuevo vistazo a LMDE. La descargué, la instalé y podríamos decir que aluciné… Esperaba una pléyade de errores y encontré una distribución prácticamente perfecta. Paso a desgranar la experiencia:

Instalación
La iso escogida es la que se presenta con MATE y Cinnamon como entornos de escritorio, existiendo también la alternativa de una iso con XFCE. Todo el análisis lo he realizado con MATE, a mi parecer Cinnamon, siendo un proyecto que promete, se encuentra todavía lejos de funcionar correctamente, al menos con gráficas ATI y drivers privativos.

El instalador no tiene nada que ver con el de Debian, tampoco con el habitual de Linux Mint. Es un programa propio, sencillo y de buena presencia, a pesar de la ausencia de un slide-show. Una vez más el driver libre de ATI me obliga a estar pendiente de la pantalla durante todo el proceso de instalación para evitar que el equipo entre en modo de reposo, una situación que es irreversible con dicho driver. Así que, a mover el ratón de cuando en cuando. Es algo que ocurre en toda distro que no sea Chakra, donde los desarrolladores tienen la deferencia para con los sufridores de ATI de instalar los drivers privativos nada más iniciar al entorno en modo live.

Otra cosa que me molesta, por su enorme tardanza, es la obligatoriedad de descargar los archivos de localización. Al igual que ocurre en Ubuntu y sus derivadas, el proceso se hace eterno cuando los servidores no van bien o se toma como espejo uno muy lejano. No estaría de más permitir al usuario decidir si esto se debe hacer durante la instalación o más tarde, en mi modesta opinión.

Tras la larga espera, toca el reinicio y la entrada a nuestro nuevo sistema. Disfrutamos ahora del premio por nuestra paciencia y tenemos un escritorio completamente en español, salvo Libreoffice, cuyo paquete de idioma no se ha descargado. Lo primero que hago, antes de actualizar, es cambiar el servidor por defecto. Para ello voy al menú –> administración –> gestor de actualizaciones –> editar –> orígenes del software –> servidor de descarga. Existe la opción de escoger el más rápido de los disponibles, que en mi caso es el francés. Sin embargo, debemos tener en cuenta que para muchos de los paquetes solamente existe un servidor (debian.linuxmint.com), el cual, por desgracia, es rematadamente lento o está muy saturado. La consecuencia es que, de nuevo, la actualización se hace eterna.

Escritorio de Linux Mint Debian Edition con MATE

El siguiente paso, habitual en mis probaturas, es habilitar el driver privativo de ATI para poder estar tranquilo respecto al desempeño del sistema. En el caso de LMDE abro Synaptic, escojo instalar el paquete fglrx (con todas sus dependencias) y en el mismo paso escojo desinstalar xserver-xorg-video-ati. MUY IMPORTANTE: antes de reiniciar el sistema hay que abrir un terminal y escribir sudo aticonfig –initial. De lo contrario no podremos entrar en modo gráfico cuando reiniciemos. Una vez que tenemos toda la potencia gráfica a la que podemos aspirar en Linux con ATI es la hora de habilitar Compiz y sus efectos de escritorio si lo deseamos, claro está.

Si es el caso comprobaremos que nuestro procesador se mantiene en torno al 50% con Compiz activado. Este es un problema conocido en MATE y que tiene una solución sencilla:

sudo apt-get install mate-conf-editor

sudo mateconf-editor (ojo a la ausencia de guión entre mate y conf)

En la pantalla que se abre vamos a ir a desktop –> mate –> session –> required_components y cambiamos, con doble clic, el valor de windowmanager de marco a compiz.

Y finalmente:

sudo mv /usr/bin/marco /usr/bin/marco-bak

Con lo que hemos renombrado marco para evitar que se siga ejecutando. Luego hemos de añadir compiz al inicio del sistema en menú –> preferencias –> aplicaciones al inicio. Allí lo añadimos con el comando compiz –replace, reiniciamos la sesión y listo. Todo debe ir sobre ruedas.

Navegación
En la versión actual de LMDE (Update Pack 4) tenemos Firefox 14, aún no ha llegado la última entrega. En cualquier caso funciona muy bien, realmente fluido y con flash habilitado y sin problema alguno. Noto un incremento importante en la velocidad de navegación con respecto a Qupzilla en Chakra, he de admitirlo.

Vídeo
Para reproducir vídeos contamos con Tótem y VLC. Los dos van muy bien y reproducen todos los formatos posibles sin instalar nada adicional.

Tótem en LMDE


Música
Banshee es el elegido. La versión que se incluye está algo obsoleta (2.2), incluso en Debian Testing cuentan con la 2.4. No sería problema salvo por la imposibilidad de instalar los plugins, que precisan una versión mayor. La solución, esperar al lanzamiento del Update Pack 5 o apuntar los repositorios a Debian Testing, como se indica en esta entrada del blog Com-SL. O bien, una tercera vía, que supone el uso de los repositorios donde se está probando el propio Update Pack, sin esperar a que sea movido a estable. Para ello habría que cambiar en nuestro sources.list (o usando Synaptic –> configuración –> repositorios) lo que tenemos:

deb http://debian.linuxmint.com/latest testing main contrib non-free
deb-src http://debian.linuxmint.com/latest testing main contrib non-free

Por esto:

deb http://debian.linuxmint.com/incoming testing main contrib non-free
deb-src http://debian.linuxmint.com/incoming testing main contrib non-free

Es decir, donde ponía latest ponemos incoming.

Banshee en LMDE

Ofimática
Contamos con Libreoffice. Si lo queremos en español hay que descargar el paquete libreoffice-l10n-es.

Fotografía e imágenes
El gestor de colecciones es el sencillo gThumb, pero también tenemos la opción de Shotwell o F-Spot en los repositorios. Para usar Gimp (eso sí, la versión 2.6) no hay que instalar nada, ya viene incluido.

gthumb en LMDE


Gestor de software
El excelente mintInstall hace las veces de centro de software, con el que podemos instalar o eliminar programas. Si bien, gracias al mintmenu, basta hacer clic con el botón derecho en cualquier entrada del mismo y podremos elegir eliminar el programa en cuestión. Con mintUpdate y su escudo de la barra de tareas se realizan las «infrecuentes» actualizaciones.

mintInstall en LMDE


Reconocimiento de hardware
Al encender la impresora aparece la notificación correspondiente a la instalación de la misma que, sin embargo, termina con un error al no poder encontrar un controlador compatible. Se nos da la opción de buscar uno, pero al pulsar el botón no ocurre nada. Es una situación extraña, por cuanto basta ir al menú –> administración –> impresión para encontrar que podemos añadir nuestra impresora sin problema alguno, escogiendo nosotros mismos el controlador disponible. Las pruebas con el escáner (Simple Scan viene instalado) y la webcam (instalando Cheese) fueron totalmente positivas.

Reconocimiento de impresora en LMDE

 

Escáner y webcam funcionando en LMDE

Navegador de archivos
El navegador de archivos es Caja, versión 1.2.0. Con las últimas noticias sobre la decadencia de Nautilus es un gustazo comprobar como su fork Caja mantiene el clásico sabor y sus funcionalidades intactas. La compartición de archivos viene bien configurada y no presenta problemas, lo mismo que el reconocimiento y montaje de pendrive y tarjeta SD.

Caja en LMDE


Gestor de arranque
Un grub sencillo que detecta Chakra y que podemos modificar a nuestro gusto gracias a la presencia de startupmanager en los repositorios de LMDE.

Startupmanager en LMDE


Estabilidad y suspensión a RAM
Sistema tremendamente estable, se aplica sin ningún género de dudas el término «rock solid» aquí. La suspensión solamente funcionará, como ya hemos visto hasta la saciedad, si contamos con los drivers privativos Catalyst para ATI/AMD.

Ciclo de desarrollo
Quizás el asunto más controvertido en LMDE. Si bien en un principio apuntaba a Debian Testing, con lo que se iba actualizando a la par que ésta, ahora solamente se actualiza con packs de actualización que no tienen una fecha fija de publicación, se lanzan cuando están listos y solo entonces.

Las pruebas de LMDE me dejan una sensación extraña. Por un lado obtiene la puntuación más alta entre todas las distros que he analizado (9’70), superando ligeramente a su hermana basada en Ubuntu. Una puntuación tan cercana al 10, que no obtiene por el pequeño problema con la instalación automática de la impresora, amén de la no inclusión del driver privativo de ATI de inicio (o, en su defecto, de Jockey para instalarlo), es un argumento de peso para calificarla como la distribución perfecta.

El problema viene dado con las actualizaciones. Software en ocasiones tan obsoleto que plantea dudas sobre la seguridad y problemas concretos como el señalado con Banshee. Por otra parte, quizás esto no sea en absoluto un problema y sí una prueba de la versionitis que todo distrohopper que se precie padece (parafraseando a visesen en su artículo sobre el tema). Si dejo de lado este asunto, un modelo con paquetes tan probados y analizados que apenas si producirá errores es bastante atractivo per se. Si le añadimos que Compiz funciona perfecto, cosa que no ocurría en mis pruebas de Mint Maya y que alcanzo FPS con glxgears que no he alcanzado ni siquiera en Arch o Chakra (alrededor de 4.500) pues… uno se plantea ciertas cosas.

glxgears en LMDE

Analizando pros y contras de LMDE podríamos concluir que si no te importa tener las últimas versiones de los paquetes tienes aquí una distribución perfecta para ti. Todo funciona de primeras y todo funciona bien. Se cuidan tanto de dar un paso que las actualizaciones pueden tardar meses. No hay más. Por estos motivos y por su increíble desempeño en mi equipo me veo obligado (con gran placer, por qué no) a declararla distribución «cuasi-perfecta», quien la pruebe es casi seguro que no se va a arrepentir. Saludos.