Atendiendo a la sugerencia que me hacía INDX hace unos días voy a revisar hoy una distro de la que hasta el momento de mencionarla él apenas tenía idea de que existía. Se trata de una distribución de origen húngaro creada por uno de los antiguos colaboradores de Slackware, quien como tantas veces ocurre, al no estar de acuerdo con algún aspecto de dicho sistema decidió liarse la manta a la cabeza e iniciar su propio proyecto aparte. Ya se sabe, la gran ventaja y a la vez el gran problema de Linux: fragmentación por todas partes.
Me he tenido que contener para no titular esta entrada con algún calificativo peyorativo. No me gusta tirar por tierra el trabajo desinteresado de los demás aun cuando la experiencia habida con el sistema te lo pone bien fácil a la hora de hacerlo. Por resumir en una palabra mis vivencias con Frugalware Gaia diré que ha resultado exasperante. Problemas de toda índole han aflorado en la instalación y configuración del equipo con esta distribución que se precia de ser «lo más simple posible sin olvidarnos de mantenerse cómoda para el usuario». La primera parte de la frase la podemos dar por buena, la segunda, simplemente, no es cierta, al menos en mi caso.
Instalación
La primera impresión que uno se lleva de Frugalware por el aspecto de su instalador es que es una especie de híbrido entre Slackware y Arch Linux. Me refiero a la época en que Arch implementaba el script AIF, no a la actual. Es una instalación totalmente en inglés y en la que se deben tomar decisiones que muchos usuarios no están capacitados para tomar, en especial en lo referente a los grupos de paquetes que se van a instalar. Digamos que, por ejemplo, se incluyen por defecto tres escritorios (Gnome, KDE y XFCE), con lo que alguien poco habituado a lidiar con estos menesteres se podría encontrar con un sistema bien lejos de ser «frugal», más bien al contrario, con el triple de escritorios instalados.
En mi caso escojo instalar KDE guiado por la correspondiente entrada de la distribución en Distrowatch, que señala al escritorio alemán como el predeterminado. No deselecciono nada, sino que añado algunos grupos de paquetes más, aquellos que mis conocimientos me indican que debo instalar para no tener problemas luego… Menos mal que lo hice, pues de no haberlo hecho prefiero no imaginar con qué otros inconvenientes me habría topado.
A las dificultades inherentes a este método de instalación heredado de Slackware se añade el hecho de que, nada más iniciar el proceso el sistema parece quedar sin respuesta. No avanza ni da señales de actividad alguna. La solución: pulsar Enter, con lo que se inicia el script de instalación.
Después de un largo tiempo de espera, consecuencia de haber elegido la iso net-install que me obliga a descargar 1.334 paquetes (a buena velocidad, eso sí), termina el proceso y reinicio el ordenador. Lo siguiente que veo es una pantalla negra con el rótulo OSD de mi monitor rezando «Señal fuera de rango». Obviamente el gestor de arranque Grub se ha configurado para una resolución incorrecta, con lo que no puedo ver el menú. Pero el que no lo vea no quiere decir que no exista, de modo que pulso Enter (ya van dos veces) y consigo entrar, ahora sí, a mi nuevo Frugalware Gaia.
El aspecto general del escritorio KDE en esta distribución es lo que más me ha gustado de ella, por no decir lo único. Los desarrolladores escogen una combinación de colores más que acertada, con el azul-verdoso como tono principal y unas lineas suaves que transmiten tranquilidad. La fuente tipográfica Oxygen añade un toque distintivo al conjunto, al igual que los omnipresentes iconos Faenza. El fondo de pantalla, sin embargo, no aparece, de manera que me encuentro con un tapiz negro, fácilmente intercambiable con solo pulsar el botón derecho y escoger por nosotros mismos el wallpaper. Los efectos de escritorio vienen activados por defecto y el sistema recién iniciado únicamente consume 355 Mb de memoria, cantidad que, en efecto, podríamos calificar como «frugal» sobre todo en KDE.
Y hasta aquí lo poco bueno que puedo contar de Frugalware. A pesar de que se incluyen dos manuales en PDF, para usuarios y desarrolladores, la gran mayoría de las casi cien páginas de las que consta el primero se dedican a detallar la configuración de paquetes que en muchos casos no son de uso común. La utilidad del manual queda reducida a la nada si tenemos en cuenta que en la instalación de KDE no se incluye un lector de PDF, de modo que el usuario que pretenda acudir a él tendrá que pasar primero por el gestor de software e instalar Okular, por ejemplo.
Antes de comenzar a probar las aplicaciones hay dos pasos habituales que suelo dar en cada revisión. Uno es poner el sistema, si no lo está ya, en castellano. En el caso de Frugalware hay que instalar primero el paquete kde-l10n-es, con el gestor de programas o con la instrucción pacman-g2 -Sy kde-l10n-es. Si optamos por lo segundo deberemos hacerlo como root (orden su), puesto que sudo no se encuentra configurado por defecto. Una vez se realiza este paso vamos al menú –> System settings –> Locale y allí escogemos el español.
El segundo paso que acostumbro a dar es el correspondiente a la instalación de los drivers propietarios de AMD/ATI para mi APU A8. Frugalware me simplifica, aparentemente, la tarea con la inclusión de un paquete llamado catalyst en los repositorios oficiales. Sin embargo, si lo instalamos descubriremos dos cosas: por una parte se trata del driver beta, como nos recuerda continuamente la marca de agua en la esquina inferior derecha. Por otra, es la peor implementación que he visto, y mira que he probado sistemas, de dicho driver. Lento hasta decir basta, el simple hecho de mover una ventana se nota inflado y a saltos. Un horror. Si se ha cometido el error de instalarlo habrá que «apechugar» y seguir adelante, pues de intentar poner en práctica las instrucciones del manual para su eliminación (pacman -g2 -Rd catalyst && pacman-g2 -Sy ligl libglx xf86-video-ati) nos vamos a encontrar con que no podemos entrar al sistema nunca más. La cosa, decididamente, promete una barbaridad…
Navegación
Para nuestras excursiones por la red tenemos dos opciones preinstaladas: Konqueror y Firefox 14. La antigüedad de la versión del navegador de Mozilla no es algo que me preocupe, pues sacan actualizaciones como churros y no hay tanta diferencia entre ellas. Al menos esto es algo que funciona perfectamente, con Flash ya instalado y andando con fluidez y con sonido. Lo único negativo en este apartado es el horrible aspecto, pues no se ha configurado la apariencia de las aplicaciones gtk en KDE. Podemos hacerlo en menú –> Objetos perdidos –> GTK Styles and fonts.
Vídeo
Este es posiblemente el campo más desconcertante de todos. Suponiendo que el sistema es, por definición, sencillo, no se entiende que al instalar KDE se acumulen hasta ¡cuatro! programas que hacen lo mismo… ¡y ninguno funcione! Tenemos MPlayer, Kaffeine, VLC y Dragonplayer. Casi nada. El primero se queja de la no existencia de un «skin default» y se cierra sin reproducir el archivo. El segundo se hace un lío con las tildes del nombre del fichero y dice no encontrarlo. El tercero reproduce sin sonido con un inquietante «Audio device default could not be used». El cuarto no muestra mensaje de error, pero, oh sorpresa, no reproduce nada de nada. Nuevamente el manual no me sirve de ayuda.
Música
En este apartado el asunto ya alcanza un cariz irritante. Abro juK, el reproductor que incluye y pretendo añadir una carpeta de música, hasta aquí todo correcto. Al hacer clic en la primera canción para reproducirla se inicia un bucle infinito consistente en abrir una y otra vez una ventana de error con el mensaje «no se pudo reproducir por la siguiente razón: //». Efectivamente, dos barras inclinadas. El bucle sigue y sigue hasta abrir cientos de ventanas y obligarme a apagar el equipo para terminar con el desaguisado. Realmente impresentable.
Ofimática
Al fin, algo que funciona como debe. A Libreoffice versión 3.5.7 no se le puede poner pega alguna. Solamente reseñar que se debe instalar el paquete libreoffice-l10n-es para tenerlo en español.
Fotografía e imágenes
No se incluye de inicio un gestor de colecciones fotográficas, pero Shotwell y Digikam están en los repositorios de Frugalware y funcionan. GIMP sí que viene instalado, con una curiosa pantalla de inicio tematizada para la distro, aunque en inglés. Todo bien.
Gestor de software
Frugalware emplea una herramienta escrita en C, Pacman-g2, para instalar desde consola. Se trata de una implementación diferente del famoso gestor de paquetes de Arch. Pese a que recomiendan usar la terminal para estas tareas se incluye un programa propio, llamado Gfpm, una interfaz gráfica de Pacman-g2. De aspecto algo rudimentario y en ocasiones dando la sensación de que no responde, debo constatar, sin embargo, que no funciona mal del todo. En una ocasión tan solo se cerró inesperadamente. Si queremos notificaciones de actualizaciones del sistema tendremos que iniciar una instancia aparte, el Frugalware Update Notifier, que se instala en la bandeja del sistema y nos avisa llegado el caso.
Reconocimiento de hardware
Otro talón de Aquiles de la distro. A pesar de que el manual advierte de la necesidad de instalar el paquete pipslite para que funcionen las impresoras Epson, pues resulta que dicho paquete no existe en los repositorios. Para colmo el manual termina el apartado correspondiente a este asunto con una frase lapidaria: «nadie ha confirmado que dicho paquete funcione». Esto, en serio, no hay por dónde cogerlo. Si a pesar de todo hacemos oídos sordos a la advertencia e intentamos al menos configurar cups por ver si suena la flauta, nos topamos con que no es posible acceder a la interfaz web de éste. En una última intentona lanzo como root el programa system-config-printer, solo para encontrarme desactivada la opción de «Añadir impresora».
Al menos consigo hacer funcionar el escáner tras instalar Skanlite sin necesidad de tocar nada más. Kamoso no está en los repos, de modo que opto por el popular Cheese para probar mi webcam. La aplicación se cierra con un escueto mensaje de «error en el programa». Una gozada…
Navegador de archivos
Dolphin no consigue conectar con mi portátil con Windows 7 aduciendo un problema en la configuración del cortafuegos. A estas alturas de la película ni se me ocurre tratar de meterme a configurar iptables, la verdad no me quedan fuerzas. Los dispositivos externos conectados al equipo son reconocidos y montados por el sistema automáticamente.
Gestor de arranque
Grub reconoce todos los sistemas que tengo en este momento instalados, que son legión ya: SolusOS en sus dos versiones (1.1 y 1.2), Manjaro 0.8.2, Linux Mint Nadia, Xubuntu 12.10, openSUSE 12.2 y, por supuesto, Windows 7. El problema es que la resolución a la que se instala no me permite ver el menú. Al menos los desarrolladores han tenido la deferencia de incluir Startupmanager en los repositorios para poder modificar el archivo de configuración del Grub… pero, lamentablemente, todo lo que veo al iniciarlo es una ventana vacía. ¿Por qué no me sorprende?
Estabilidad y suspensión a RAM
Si el lector ha tenido la paciencia de llegar a este punto entenderá que no se puede hablar de estabilidad en este sistema (por llamarlo de algún modo) que he montado en mi equipo. Es obvio, visto lo visto, que no soy un usuario con conocimientos intermedios, a los que los desarrolladores señalan como público «diana» de su distribución. Lo que he confeccionado aquí funciona fatal, no permite hacer las más básicas operaciones que se esperan en un sistema operativo y se salpica con continuas ventanas que muestran errores genéricos que orientan más bien poco a la causa de los problemas. El lamentable driver beta de AMD, por lo menos, sí que permite suspender a RAM.
Ciclo de desarrollo
Frugalware comenzó su andadura allá por el año 2004 y desde entonces mantiene un ritmo de un par de versiones estables por año, aproximadamente. Es posible descargar desde su web una versión «current», algo así como la «testing» que recalco, para que conste, que no es la que yo he descargado. Toda la revisión la he hecho con la actual versión estable, publicada en Agosto de 2012, llamada Gaia, al menos es la iso que escogí. El hecho de que dicha iso sea una net-install me confunde un poco, solo espero que los repositorios los traiga apuntando a la susodicha versión estable.
«Un sistema lo más simple posible, sin olvidarse de la comodidad del usuario. Para usuarios intermedios sin miedo a usar la consola, que sepan cómo particionar un disco o qué es el MBR». En estos términos se refieren los desarrolladores a su sistema. Yo, la verdad, no sé con qué quedarme de esta experiencia, si sentirme un cero a la izquierda en Linux o no. Como usuario no sabría ponerme un calificativo, lo que sí sé es que llevo usando Linux de forma exclusiva desde 2007 y nunca me he topado con una distribución que me haya provocado tantos problemas.
Pero, como señalaba al principio de la revisión, no es plato de mi gusto desprestigiar el trabajo de los demás. Diré, sencillamente, que los desarrolladores se equivocan al proponer su distribución para usuarios con conocimientos intermedios. En mi humilde opinión, y es eso, una opinión, esta distribución está un punto de dificultad por encima de lo que en el manual se marca. Y, desde luego, es cualquier cosa menos cómoda para el usuario por la gran cantidad de dificultades que se encuentran en el camino. Claro que, como no me cansaré de repetir, lo que para mí y mi hardware ha resultado un auténtico fiasco, puede ser que para otros usuarios sea un camino de rosas. Ojalá, de momento tengo que calificar a Frugalware 1.7 con un 6’21, mal que me pese. Saludos.