Kubuntu 12.10: esto es otra cosa

Con mayor o menor apoyo por parte de la comunidad, lo cierto es que parece existir consenso en el paso atrás que supone la última versión de Ubuntu, que veíamos hace unos días en este blog. Aunque bien es verdad que muchos de los errores que se reprodujeron en mis sistema parece que tenían que ver con la no instalación por mi parte de algún paquete. Mis dotes de adivino nunca han hecho su aparición y en este caso no iban a hacer una excepción… Los desarrolladores deciden dejar de instalar un paquete imprescindible para el buen funcionamiento de los drivers propietarios a la vez que también deciden esconder un poco la opción de instalar dichos drivers, cualquiera sabe con qué extraña intención. Resultado: Ubuntu se arrastra de manera lamentable y la culpa la tengo yo por no leer las notas de la versión.

Logo de Kubuntu

Problemas personales aparte, estoy convencido de que los creadores y mantenedores de Gnome nunca imaginaron la tremenda repercusión que su decisión de reescribir por entero el escritorio iba a tener para Linux en general. De haber sido así tal vez no hubieran dado el paso, supongo. Lo queramos o no, Gnome ha sido la entrada al mundo de Tux para la gran mayoría de personas que hoy usan Linux en todas partes. Un cambio tan drástico como ha supuesto Gnome 3 respecto a su anterior versión ha revolucionado – en sentido negativo – a más de uno, dejando a muchos usuarios con sensación de desamparo y a la búsqueda de un entorno con el que sentirse más confortable o más identificado. Ello nos ha hecho caer a muchos en un distro hopping compulsivo sin llegar realmente a encontrar, en algunos casos, lo que se busca.

Lo anterior lo traigo a colación a propósito del cambio, obligado para muchos desarrolladores, en el escritorio de referencia de determinadas distribuciones. Debian saldrá ahora con XFCE por defecto. Ubuntu eligió desarrollar su propia herramienta paralela a la shell de Gnome. Dicha herramienta, de nombre Unity, va mejorando en algunas cosas y empeorando en otras, pero de cualquier modo se ha convertido en la imagen que identifica a Ubuntu, y eso no va a cambiar, al menos, no en un futuro próximo. Hay mucha gente que se ha acostumbrado a Unity y la encuentra atractiva y sencilla de utilizar, a la par que productiva. No les alabo el gusto pero reconozco que sí, que con algo de tiempo uno se puede habituar a Unity y usarla sin problemas.

Pero, ¿qué ocurre cuando no nos gusta Unity o se nos cuelga a cada instante? Podemos iniciar la interminable búsqueda de una nueva distribución, claro. O podemos mirar justo al lado y fijarnos en Kubuntu. La otrora versión llena de fallos y lenta de Ubuntu se ha convertido actualmente en la mejor alternativa a la distro de Canonical, alcanzando su madurez junto a la de KDE, su escritorio por defecto. Analicemos qué nos trae esta Kubuntu Quantal Quetzal:

Instalación
Nada ha cambiado en el proceso de instalación de Kubuntu. El sistema inicia con los controladores libres de ATI y nos muestra el típico slideshow de la distro, que como ya he indicado en otras ocasiones, resulta más completo y descriptivo que el de Ubuntu. Además, la descarga de los códecs y demás software propietario lleva unos diez minutos, nada que ver con el procedimiento interminable que veíamos en el análisis de la versión principal de la distro.

Con estas premisas, la instalación de Kubuntu se completa en poco menos de veinte minutos. Tras reiniciar veo… la nada. El sistema no llega a presentarme el gestor de entrada KDM, tan solo se queda en una pantalla gris de la que no se puede salir sin pulsar el dichoso botón de apagado del ordenador. «Empezamos bien», pienso. Pero en esta ocasión no se va a cumplir aquello de «lo que mal empieza, mal acaba», pues tras un segundo reinicio todo marcha como debe y así va a ser en las horas de prueba que dediqué a la distribución. Ignoro qué provoco el error, el caso es que no se reprodujo en los siguientes inicios o reinicios del sistema. Al segundo intento consigo llegar al escritorio, limpio y claro, de esta versión de Kubuntu. Tal vez se podría incluir algo en el plasmoide de carpeta, un recuadro con la frase «esta carpeta está vacía» resulta algo pobre, en mi opinión. Así como un fondo de escritorio personalizado para la distro, en lugar del predeterminado de KDE. Cuestión de gustos.

Escritorio limpio de Kubuntu Quantal

Como es habitual, lo primero es lo primero, y en mi caso esto se refiere a instalar los controladores propietarios de AMD/ATI para mi «querida» Radeon. Ya me temía que la cosa no iba a ser sencilla, pues al igual que en Ubuntu no aparece la ventana que advierte de esta posibilidad nada más iniciar. Nuevamente, me equivocaba. En el menú de KDE –> Aplicaciones –> Sistema tenemos, en primera posición, la entrada «Additional Drivers». Y, contrariamente una vez más a lo que ocurrió en Ubuntu, la instalación funciona a la primera sin darme más quebraderos de cabeza. Simple y eficaz. Y aquí es donde me pregunto por qué en Ubuntu no puede ser igual.

Drivers de ATI en Kubuntu Quantal

La notificación automática de actualizaciones, por el contrario, no cumple con su cometido. Entrando en el gestor de actualizaciones se puede configurar, si bien aparentemente está todo correcto. Al salir del gestor ya me aparece el correspondiente icono en la bandeja del sistema.

Instalando actualizaciones en Kubuntu Quantal

Una vez se produce la actualización, todo ha ido bien. Los efectos de escritorio vienen activados por defecto y funcionan perfectamente, cosa que con los drivers libres no era así del todo (algunos fallos gráficos). Lo único que me resulta un poco chocante en la sensación global que me da Kubuntu son las tipografías. Recuerdo anteriores versiones con un renderizado de fuentes mejorado, cosa que ahora no aprecio. Aunque también es posible que me haya acostumbrado al impresionante aspecto de SolusOS, la cual tengo por escritorio principal ahora mismo, y de ahí venga el «problema». No lo sé, pero yo diría que en mi Arch con KDE las fuentes, a las que aplicaba el patch Infinality, se veían mejor.

Para colmo, en un intento de arreglar este tema usando las Preferencias del Sistema de KDE, lo que hago es empeorarlo. Tras activar el suavizado de fuentes la tipografía empeora sensiblemente y, si lo vuelvo a desactivar, tras reiniciar, no mejora. De cualquier modo es un problema menor que se puede solucionar con algún tiempo de configuración o cambiando las fuentes, posiblemente. Nada preocupante.

Navegador
En Kubuntu apuestan por Rekonq, un fork de Konqueror que en sus inicios solía emplear en Chakra con no muy buenos resultados. Lo cierto es que parece mejorar a pasos agigantados, pues no me ví en la necesidad de instalar Firefox, ya que todo funcionaba con corrección y fluidez. Si a pesar de todo queremos el navegador de Mozilla existe un enlace directo en el menú –> Internet –> Instalar Firefox.

Vídeo
Nada que destacar, si acaso un extraño comportamiento de Dragon Player: al pulsar el botón de cerrar de la ventana, desaparece y vuelve a aparecer la aplicación por un segundo. Por lo demás, reproduce todo correctamente.

Música
Amarok, como suele ser habitual. Sin ningún problema, de hecho, creo que inicia más rápido de lo que lo recuerdo en anteriores versiones. Nótese en la imagen de debajo como el renderizado de las fuentes ha cambiado respecto a las capturas previas.

Amarok en Kubuntu Quantal


Ofimática
Libreoffice, bien integrado y con funcionamiento impecable. Perfecto.

Libreoffice en Kubuntu Quantal


Fotografía e imágenes
El gestor de fotos escogido para Kubuntu es Gwenview. En los repositorios de la distribución tenemos el resto de alternativas, así como Gimp para poder retocar y mejorar las fotografías.

Gestor de software
El programa de gestión de programas, valga la redundancia, es Muon. Aunque en sus primeras versiones era bastante inestable, en la actual no he encontrado problema alguno digno de mención. Salvo, quizás, el hecho de no notificar las actualizaciones tras la instalación de Kubuntu cuando estaba configurado para ello. Pero esto, como hemos visto, es muy fácil de solucionar.

Muon en Kubuntu Quantal


Reconocimiento de hardware
Kubuntu no ha empeorado un ápice en este apartado. Impresora, escáner y webcam funcionando de primeras. Se incluye Skanlite y Kamoso para la gestión de los dos últimos, respectivamente.

Skanlite en Kubuntu Quantal


Navegador de archivos
A estas alturas pocos no estarán de acuerdo en que Dolphin es el navegador más avanzado y que más características incluye de entre todos los disponibles en Linux. La integración con samba, para compartir archivos con otros equipos Windows, funciona de maravilla sin tener que configurar nada. Tanto disco duro externo como pendrive y tarjeta de memoria SD son reconocidos y montados al insertarlos. El único inconveniente lo protagonizó Dragon Player, al ser incapaz de reproducir los archivos de vídeo remotos aduciendo la falta de un complemento que, pese a ser ofrecida su búsqueda e instalación, no conseguí encontrar. La solución, chapucera (lo reconozco) pasa por copiar previamente el archivo a nuestro equipo para así poderlo reproducir. O instalar VLC, que no presenta este problema.

Problema con Dragon Player en Kubuntu Quantal


Gestor de arranque
Grub reconoce todos los sistemas que actualmente conviven en mi equipo, que son Windows 7 Profesional, SolusOS Eveline y Manjaro 0.8.2 (sí, volví a instalarla y persiste el molesto error gráfico). Si deseamos personalizar este gestor de arranque será necesario recurrir a programas como Grub customizer, que podemos añadir mediante su correspondiente repositorio personal o PPA.

Grub customizer en Kubuntu Quantal

Estabilidad y suspensión a RAM
A excepción del cuelgue del primer reinicio no he tenido problemas durante las horas que he probado Kubuntu. Ni fallos de plasma, ni molestas ventanitas advirtiendo de un error interno que a nadie le importa, ni nada de nada. Cero problemas. Suspensión a RAM perfecta, como siempre recalco, a instancias de los controladores propietarios de mi AMD/ATI, pues con los libres sigue sin ser posible volver al sistema después de suspender.

Ciclo de desarrollo
Kubuntu es una distribución puramente comunitaria, o al menos lo era, pues actualmente su mantenimiento recae en la misteriosa Blue Systems en forma de esponsorización. Esta misma compañía contribuye con fondos en proyectos como Firefox KDE, Rekonq o Netrunner (el fork de Kubuntu auspiciado por los desarrolladores de Mint). Independientemente de quien la patrocine, Kubuntu mantiene el ciclo de soporte y desarrollo. Saldrá una nueva versión en mayo de 2013, junto con Ubuntu Raring Ringtail. La actual versión 12.10 estará soportada hasta abril de 2014, siguiendo con el ciclo habitual de dieciocho meses.

Kamoso en Kubuntu Quantal

Así pues, la instalación y prueba de Kubuntu Quantal ha resultado muy diferente a la de la versión homónima de Ubuntu. La diferencia está en que los desarrolladores de Kubuntu me han facilitado las cosas a mí y a otros muchos sufridos usuarios de AMD/ATI en cuanto a la instalación de los dichosos controladores propietarios. Eso por una parte, por otra está la gran seguridad y garantía de estabilidad que ofrece, a día de hoy, KDE como sistema de escritorio. Cosa que Unity y Gnome 3, insisto, a día de hoy, no pueden igualar.

Sea por la razón que fuere, Kubuntu parece mejorar con cada entrega, ya se trate de una versión de soporte extendido o no. En realidad no se me ocurre ningún buen motivo para actualizar de Kubuntu Precise a Kubuntu Quantal, ambas versiones son tan parecidas en cuanto a solidez y buen desempeño, que no veo argumentos suficientes para cambiar la una (soportada hasta 2017) por la otra. Si acaso la consabida «versionitis» que nos ataca a muchos usuarios linuxeros (vamos a incluirnos todos). Se opte por lo que se opte, tenemos un sistema fácil de instalar y de usar, con muchísimo software disponible, con un soporte excelente y donde todo funciona casi sin tocar nada. Realmente poco más se puede pedir. Un merecido 9’43 para Kubuntu (lástima de ese primer cuelgue) y, una vez más, mis felicitaciones a la comunidad que se encuentra tras este gran sistema operativo. Saludos.

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