Artículo escrito por Samuel Duarte para este blog. La autoría no es de Enrique Bravo, cuyo nombre figura por error al traspasar el blog a un nuevo alojamiento.
En cuanto a aspectos como la música y el vídeo, ningún problema. No recuerdo si en esa versión venía ya implementado VLC o tuve que instalarlo, pero de hecho ya lo usaba en Windows, así que me encontré con un viejo conocido.
Ya hace buen tiempo, quisieron implementar StarOffice en la empresa donde laboraba, y así tuve mi primer contacto con paquetes ofimáticos alternativos al Office. De tal forma LibreOffice no me era del todo ajeno. Di una revisión a vuelo de pájaro de lo que podía hacer con el procesador de textos, la hoja de cálculo, las presentaciones. Lo necesario y más.
Las dificultades empezaron cuando trabajé con unos documentos elaborados en Office2007, con algunos formatos establecidos para poder imprimir en formularios. Al trabajarlos en LibreOffice, y aún tomando la precaución de guardarlos en el formato de .xls respectivo, se me desconfiguraron. No soy de darme por vencido tan fácilmente, pero la obligación de entregar los documentos en un plazo límite, me llevó a buscar la forma de usar Office2007 en Linux.
Eso de usar software del OS de donde vienes al OS donde llegas, supongo que es como llevar fotos de la ex-novia a la casa que compartes con tu esposa, con los respectivos peligros a la integridad que ello implica, pero no quedaba de otra.
¿Es posible usar programas de Windows en Linux? ¡Sí!, con Wine. Determinado el procedimiento de implementación del emulador y con toda la gana de trabajar sin inconvenientes, lo instalé desde el Gestor de Software, en la Compac nx6310, con Mint Lisa escritorio Xfce. Probé Teamviewer, otro software cuyo nombre se me escapa y al llegar el turno de Office2007, instalado sin problemas. Quedé supeditado a pasarme al otro OS, únicamente para imprimir, ya que mi impresora, una Lexmark Z645, a la fecha con unos 7 años de uso, no pude configurarla.
Cuando cambié de equipo al Compac CQ43 con escritorio Mate y Mint Maya, igualmente Wine instalado sin problemas (aparentemente), desde el Gestor de Software. De nuevo hice algunas pruebas, pero en esta ocasión no todo salió bien. Cuando le tocó su turno a Office2007, no pude instalarlo. Intente de nuevo y nada. Documentándome sobre el caso, determiné desinstalarlo e instalarlo desde consola. Es posible que desde el Gestor de Software algo no estuviese bien.
De nuevo a pruebas, y otra vez problemas. Documentación. Probar con desinstalar, de manera de no dejar el mínimo rastro de Wine en mi sistema y reinstalar. Desde la consola y con los comandos sugeridos, manos a la obra. Es posible que al desinstalar la primera vez, algo quedó rezagado y ése era el inconveniente. Especulaciones de novato.
Va de nuevo el intento de instalar Office. Aparentaba un exitoso proceso de instalación, pero simplemente no funcionaba. Tocó darse por vencido ese día y dedicarme a atender los pendientes.
La vida tiene un sentido del humor tan negro que, cuando algo no te resulta, todavía es posible que algo peor suceda; y a mí me toco uno de esos días. Al buscar mis documentos personales para al fin ponerme a trabajar, como dice una canción: “Solo el vació responde”. Ni siquiera una nota de despedida de mis archivos, supongo que si me hubiesen dejado una, diría algo como: “Nos fuimos con Wine, por meterte a tocar lo que no debes”. Mi disco duro sin rastro de haber alojado alguna vez, mis heterogéneos documentos. ¡¡Pánico!! En mi afán de eliminar definitivamente a Wine, en los intentos de desinstalación-instalación me lleve de corbata mi información. Un comando erróneo, un teclazo, un misterio que engrosa el universo de lo que nunca se sabrá.
Ahora tocaba investigar de qué forma recuperar mis archivos. Lamentable, no era día de logros para mi, San Photorec, y San Rlinux nada pudieron hacer. No recuperé pero ni el aliento.
Para no complicarme la vida, y por aquello de las prisas, a echar mano de mis copias de respaldo (de lo importante y de lo innecesario). Recurrí a mí siempre fiel backup, restauré mis archivos y listo.
Evidentemente un día de frustraciones. No pude con Wine y borré todos mis archivos personales. Hago un desastre y soy incapaz de repararlo.
Uno de esos días que te preguntas, ¿Vuelvo a lado oscuro de la fuerza? ¿Esto no es para mí? La respectiva dosis de autoconsuelos, que no siempre sirven, pero que nunca faltan.
Wine sigue instalado en mi equipo, le veo con recelo y me aseguro de tener mi backup al día. Recién leí en otra fuente, que el Wine emula muy bien todo, hasta los virus. Pero en mi caso, sencillamente no quiso prestarme sus servicios.
¿Cuál es la forma correcta de borrar definitivamente Wine de mi sistema? ¿Es tan complicado instalar Wine y que funcione correctamente o fue mucho para un novato?
Por si alguien se preguntó: ¿Cómo solucioné lo de Office? Arranque dual, ni más, ni menos.