Instalar cdrecord para usarlo por medio de K3b

Artículo escrito por Bécquer Enrique Vera para este blog. La autoría no es de Enrique Bravo, cuyo nombre figura por error al traspasar el blog a un nuevo alojamiento.

 

Bueno, como recordarán en el anterior artículo titulado «K3b: ¿es el rey enla grabación de discos ópticos en GNU/Linux?» había comentado
sobre K3b y por qué lo consideraba el rey, también les había
comentado sobre cdrecord aunque de una manera no tan extensa, sin
entrar en muchos detalles, y ésa es la principal razón de este
artículo.
Cdrecord es una utilidad creada por
Jörg Schilling empleada para grabar discos compactos, ya sean de
datos o de audio. Es parte del paquete cdrtools.
Existen «ports» de esta
utilidad para los sistemas operativos más extendidos, incluyendo a
Microsoft Windows, GNU Linux, BSD y diversos Unix.

Con
esa información más o menos se tiene una idea general de lo que es
cdrecord, es un programa que está dentro de un paquete de
herramientas llamado cdrtools, que es una aplicación en línea de
comandos para grabar CD/DVD/Blu-Ray, que a su vez, cuando se instala
dicho paquete en nuestro sistema, este se puede integrar a K3b.

La
utilidad cdrecord se puede apreciar en K3b en su menú Preferencias –> Configurar k3b –> Programas –>cdrecord.
Bien, antes de comenzar a explicar la forma de instalar el programa quiero mostrarles las grabaciones de medios que hice con el K3b antes
de instalar la aplicación cdrecord en mi sistema operativo de turno, mi Mageia Linux.
Como
se puede apreciar en la captura aún no está instalado cdrecord, el
que si está es wodim, que es el programa por defecto para las tareas
de grabación.

Voy a grabar una carpeta
llamada cursillo cuyo peso es de 22.9 Gb en un disco Blu-Ray de 23.3
Gb a una velocidad de 4x como se puede apreciar en la siguiente
imagen:

Luego de que el proceso
de grabación culmine pues me mostrará el ya conocido mensaje de
error que es signo de que K3b no es capaz de cerrar la sesión de
forma correcta, pero claro, la información se grabó de forma
correcta, se puede comprobar con dvdisaster o copiando todos los
archivos del Blu-Ray al escritorio.
Ahora
miren el tiempo en que se demoró en hacer la grabación, casi una
hora, no sé si fue el tiempo real, la verdad no calculé el tiempo
con mi reloj de pared pero diré que demora, puedo tranquilamente ir
a tomar un café o irme a cenar para luego volver para no aburrirme
en la dulce espera.
Una prueba más, pero grabando una ISO
de 6.9 Gb en un disco DVD9 de 8.5 Gb:
Al
ser menos información hay una buena diferencia de tiempo y, claro, las
diferencias con el medio físico también deben influir en el tiempo
en que demora una grabación en un DVD9 y un disco Blu-Ray
respectivamente.
Lo
que toca ahora es instalar cdrecord, para
ver la diferencia en el tiempo de grabación.
Lo
primero es
abrir
una terminal, en mi caso usaré konsole, por defecto cargará en mi
carpeta de usuario, es decir /home/mi usuario, ya que si escribo el
comando
ls
va a listar los archivos y directorios que hay en mi carpeta de
usuario.
Ahora
se escribe lo siguiente en
la terminal:
El
comando wget lo que hace es ir al sitio ftp y descargar a nuestro
/home/usuario el archivo comprimido cdrtools-beta.tar.gz
Luego,
en la terminal (en mi caso konsole):
tar
xvf cdrtools*.gz
Con
el comando tar se descomprime
el archivo comprimido descargado con wget, seguimos
en la terminal y tipeamos:
cd
cdrtools*
Con
el comando cd y
el asterisco se
puede tener acceso al directorio /home/tu usuario/cdrtools-3.01.
Ahora
viene la parte divertida, se escribe el siguiente comando:
make
y
tendrás algo como esto:
Así
comienza a compilar, luego que termine escribes lo siguiente:
sudo
make install
Bien, parece que mi usuario no puede usar sudo en Mageia. Así
que investigando un poco encontré la solución en la wiki de Mageia:
Se
edita el archivo /etc/group como root en la terminal, en mi caso usé
nano para poder escribir en el fichero /etc/group. Para instalar nano
desde la terminal.
urpmi
nano
y
luego
nano
/etc/group
buscar
la linea donde dice wheel:x:10
y
agregar nuestro usuario, en mi caso :
wheel:x:10:becquervera
para
guardar los cambios en /etc/group hacer un ctrl + o (control y letra
o sin el más), ahora
sí, escribe:
sudo
make install
y ya
lo tenemos instalado en nuestro sistema en la carpeta
/opt/schily/bin.
Listo, está instalado, ahora debemos configurar K3b para poder usar
cdrecord. Vamos
a K3b, menú preferencias y luego a configurar K3b, damos un clic
en la columna de la izquierda donde dice Programas:
Como
se puede ver ya está con el «check» pero eso no basta. En
la columna izquierda, donde estaba Programas, vamos a Avanzado y se
procede a hacer lo siguiente:

Marcar
la casilla donde dice Mostrar elementos avanzados.

Cuando
agregamos una o mas carpetas para grabar en un disco y le damos un
clic al botón de grabar, aparecerá lo siguiente:
En la pestaña Varios en el modo
multi-sesión se debe seleccionar la opción Sin multi-sesión, para
que se pueda utilizar cdrecord.
Ahora
sólo quedaría seleccionar en la etiqueta que dice Escribiendo app
en el control donde por defecto está seleccionado Auto, reemplazarlo
por cdrecord y por las razones de este experimento, en
mi caso, selecciono
la Velocidad en 4x:
Y
pues voy a grabar la misma carpeta que grabe en el primer Blu-Ray, el
mismo proyecto. Sólo toca darle al botón grabar y se obtiene esto
luego del proceso de grabación.
Y
pues el mismo proyecto pero en menos tiempo de espera. Bueno no es
una obligación instalar este programa, sólo les comento mi
experiencia, más o menos podría pronosticar que en el DVD9 se
demoraría en finalizar el proceso de grabación en la mitad del
tiempo que en la primera prueba que hice, haría la prueba para
asegurarme pero me quede sin discos DVD9 xd.
Ahora
esto debería tener un final feliz y lo tiene, por supuesto, pero
ocurrió lo inexplicable, en Mageia, que es el sistema operativo
donde hice el experimento, tengo un sistema de archivos ext4 y tengo
otra partición para datos con ext4, la carpeta «mis cursillos» que
grabé pesa 22.9 Gb viéndolo desde Mageia Linux:
Pero
viéndolo desde Ubuntu 13.04 con ext4 como sistema de archivos veo
que la carpeta tiene un peso de:
Pero la máxima capacidad de
almacenamiento es de 23.3 Gb y esto es que por seguridad de mis datos
grabo como máximo a 22.8 Gb, en este experimento llegué a los 22.9
Gb para ver cómo iba la cosa y por lo visto fue bien. Bien, este es un
misterio sin resolver «tarara rarara…»
Actividad
paranormal, o quizá Scooby Doo y la máquina del misterio tengan
algo que decir al respecto, en fin esto acabó bien pero lo otro me
dejo intrigado, como recomendación de ahora en adelante grabaré en
un máximo de 22.8 Gb, pero les diré que los datos son legibles, he
revisado cada subcarpeta e ISO con el gestor de archivadores y no he
encontrado alguna falla en que los datos no se hayan escrito
correctamente en los discos. En fin, como dije, un misterio, saludos
con todos.
Fuentes :
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Parted Magic: una navaja suiza

Artículo escrito por Samuel Duarte para este blog. La autoría no es de Enrique Bravo, cuyo nombre figura por error al traspasar el blog a un nuevo alojamiento.

Dicen que para gustos, los colores, y eso se aplica muy bien al mundo de Linux. Si de algo se disfruta (o sufre) es la diversidad. De todos sabores, para todos los gustos y exigencias. Algunos tienen favorita una distro, no muy “popular”, simplemente porque para ellos funciona, pero la regla es que casi siempre la distro de cabecera es Debian, Mint, Ubuntu, OpenSuse, Arch y unas cuantas más, con sus respectivos derivados.

Una vez escogida la distro de nuestra preferencia, a menos que se sufra distro hopping, no es raro quedarnos con ella un buen tiempo.

En mi caso particular, no sé como se llama el desorden del cual soy víctima, pero tengo por hábito coleccionar distros. Una buena parte de mi disco duro está dedicado a la biblioteca de distros, que no han pasado de ser probadas en CD/DVD live o de ser instaladas en una máquina virtual en Virtual Box, Vmware, o en PC Virtual (por lo visto, algo similar me pasa con los virtualizadores). Tal vez debería auto-proclamarme, “distro collector”.

Pero de las poco usadas y conocidas, tengo entre mis haberes Parted Magic.  Llegué a ella buscando trabajar particiones, en sustitución de Partition Magic, como parte de mi proceso de adaptación al software libre.

Puede descargarse en dos formas: contenida en una utilidad llamada Ultimate Boot CD (parecido a Hiren Boot CD), o de forma  individual; curiosamente ésta a su vez contiene a otra aplicación que también se puede descargar individualmente llamada Hardware Detection Tool.

Parted Magic ha cumplido y excedido mis expectativas en cuanto al particionado de discos. Es algo que se hace fácilmente, es como tener un bisturí, con todos los cuidados que ello también implica. Lo he usado ya hace algún tiempo en mis labores y, a excepción de alguna falta de precaución de mi parte, todo muy bien.

Pero la mencionada distro me ha ofrecido algunas cosas más adicionales al simple particionado, por ejemplo, viene preinstalado, Clonezilla, útil para hacer imágenes o para la clonación de discos duros o particiones, con lo cual se ahorra mucho tiempo de trabajo. Simplemente, trasladar todo un mundillo informático de un equipo a otro, sin mayores contratiempos.

En algunas ocasiones los discos duros presentan inconvenientes de tal naturaleza que es necesario recurrir al formateo y la reinstalación del OS respectivo. Acto este a veces tan sencillo y otras tan lleno de dramas cuando se lo indicas a tu cliente. El drama obvio va acompañando a la falta de previsión de un backup y de mantenerlo actualizado. A falta de backup y con problemas de inicio en Windows, a usar Parted Magic, para extraer los tesoros personales de la afectada PC por los canales no oficiales.

Sucede también que después de un formateo, ya sea este rápido o lento (demasiado), se reinstala el sistema operativo con todos sus aderezos y algunos días, unas horas y, a veces, unos momentos después, de nuevo inconvenientes.  Tomando esto en cuenta opto por borrar absolutamente toda la información del disco, crear nuevas particiones y formatearlas al respectivo sistema de archivos. A pesar de aplicar este procedimiento he sufrido dolores de cabeza.

Recientemente me sucedió eso con el disco duro de un cliente. Realicé varios intentos de reinstalación de sistema, todos terminados en la entrañable pantalla azul. Conozco un software del ambiente Windows, que permite hacer formateos de bajo nivel, con el cual recuperé un par de memorias, ya dadas por muertas y con boleto sin regreso al depósito de desechos y unos tres discos duros en iguales condiciones.

Pensé en aplicar el radical procedimiento, sin embargo recordé que en Parted Magic hay una herramienta llamada Eraser. Opté por el uso de la misma.

Trabaja en modo consola y es realmente muy intuitiva. El proceso dura, según el tamaño del disco duro. Uno de 120 gigas me tomó alrededor de una hora en concluir. Concluido el proceso, el cual es un formateo de bajo nivel, procedí a instalar el sistema sin inconvenientes. A la fecha no he tenido sobresaltos con ese equipo. De eso ya hace algunos meses.

Para las “infecciones” sufridas en el OS de Microsoft hago uso de ClamAV, para desinfectar al paciente. Acá solo se requiere un decente ancho de banda, para descargar la data y aplicarlo. Ignoro si tiene algún efecto sobre los llamados Bootkits, que tienen su alojamiento en los sectores de arranque.

Para la recuperación de archivos perdidos, o extraviados por manazas como yo, incluye Photorec, que algunas veces me ha salvado las castañas. La ironía del asunto es que me ha funcionado con otras personas, pero cuando necesité recuperar mis archivos no me sirvió de nada. Ingrato momento cuando dejé mi disco más limpio que novia para su boda.

Para encriptar información contenida en cualquier dispositivo se puede hacer uso de TrueCrypt. Útil si guardamos en nuestros equipos la fórmula de la fusión en frío y la cura para el cáncer, o cosas tan importantes como el vídeo del perrito de la vecina (o de la vecina). De implementación muy sencilla, dejando al conocimiento del usuario qué nivel de protección agregar a sus secretos y brindando con el nivel estándar mucha más protección de la que corrientemente tenemos la precaución de aplicar.

Debo agregar que si bien es posible instalar la distro en tu equipo, no es tan sencillo como dar clic en «Install Parted Magic» en el escritorio, se puede hacer a través de lo que los desarrolladores llaman «frugal installation». Un par de comandos. Al momento no lo he hecho, por esa mi bendita manía de la fidelidad de mi distro. Suelo utilizarla en equipos de pocos recursos, con más de 128 megas de RAM, tiene la utilidad de cargarse en la misma y cuando concluí ese proceso, devolver el CD, con lo cual se puede usar uno solo en varias máquinas. Con 128 o menos funciona en modo live. Y si es del gusto del usuario trae la opción de únicamente cargarse el editor de particiones, lo cual hace más sencillo el uso de esa funcionalidad y además le da sentido al nombre de distro, Parted.

En la versión más reciente agregaron la utilidad de permitir usarlo en 32 o 64 bits, según tus particulares gustos.

Hay diversidad de herramientas más, algunas de las cuales, siguen en proceso de análisis en mi laboratorio de los desastres.  Sin lugar a dudas, como distro de cabecera, la gran mayoría no llegaría a usarla, pero como herramienta de trabajo es excelente.

El espíritu de la distro es su uso portátil, como navaja suiza, y cada quien sus gustos, pero yo al menos doy fe de sus cualidades y utilidades.

Recuerdo haber leído en un blog, cuando alguien preguntaba sobre como solventar un problema en Windows con una distro. Un colaborador le respondió que fuera a buscar soluciones, con Microsoft, puesto que ellos le habían vendido el software, igual que le resolvieran los inconvenientes.

No estuve de acuerdo con ese comentario, al menos en mi caso particular, si bien, trabajo sobre ambientes Windows y me toca demasiadas veces lidiar con sus problemas y limitaciones he encontrado en ésta y otras distribuciones una solución eficiente y sencilla a situaciones que a veces se complican sin necesidad alguna.

¿Es adecuado el hacer uso de herramientas de una distro Linux para la recuperación de los horrores en Windows? O igualmente, ¿son del criterio de que no se debe resolver problemas de un OS con otro solo porque el otro es muy superior en diversidad de aspecto?

Reflexiones a la hora de partir

Artículo escrito por Vicente Seguí para este blog. La autoría no es de Enrique Bravo, cuyo nombre figura por error al traspasar el blog a un nuevo alojamiento.

Hola Enrique:
En primer lugar creo que
lo que te mereces, y lo pido aquí públicamente, es un aplauso. No
sé como se podría hacer un aplauso en un artículo, pero en
cualquier caso, el mío lo tienes. En principio este texto iba a ser
un comentario, pero cuando iba por la mitad, se me ha ocurrido que
creo que era mejor hacer de él una entrada. Bueno, a ello voy…
Ha sido de admirar tu
esfuerzo y tesón, igual que ha sido de admirar lo bonito de la
comunidad que se ha montado alrededor de LSDH, con tu persona como
eje. Queda ahora la oportunidad de ver como reaccionará ésta, en
ausencia del líder. Quiero decirte que ha sido un placer estar a tu
lado durante un tiempo en este blog, y que las charlas que hemos
tenido “off the record”, me han ayudado muchas veces a tomar
decisiones.

En mi opinión, creo que
este micro-cosmos (LSDH y blogs amigos/afines) ha reflejado la
problemática del mundo Linux actual. Muchos micro-proyectos, muchas
veces con pocos recursos o medios, esfuerzos titánicos que acaban
por agotar al que en un principio lo emprendió… y finalmente
abandono.

Lo cierto es que no es
culpa de nadie, la libertad de poder elegir caminar un camino es eso,
aceptar que todo es y será de una manera u otra, dependiendo de la
senda que tomes. Sin embargo, a nivel global, se puede decir que el
mundo Linux, está todavía «verde», muy joven* para
afrontar los retos que se le suponen. No importa, es cuestión de
tiempo.
Lo que muchas veces no
entendemos es que, cuando se trata de cooperar, las reglas del juego
son diferentes a las que se atienden cuando hay que competir, y
parece que el mundo Linux (empresas, expertos, comunidades y
novatos), tratan de cooperar, pero compitiendo. Es aquí donde creo
que se encuentra la razón del «fanboyismo» y demás
trolerías que se pueden ver. Si el barco se hunde, nos hundimos
todos los que estamos dentro. Así de sencillo. Pero no nos damos
cuenta.
Últimamente se ha visto
como varios proyectos de la blogosfera Linux latina e hispana han
desaparecido, se han quedado en punto muerto o se han tomado unas
merecidas vacaciones. Exactamente igual que las distros.
Otro tema que hay que
plantearse en serio es el distro hopping o distro loving,
yo el primero, en ocasiones me he sentido «un enfermo», y
sé de varias personas que también han tenido parecidas sensaciones,
probablemente tengamos patrones en común, pero como mínimo, es como
para pararse a pensar lo «sana» que puede llegar a ser esta
afición (¿o adicción?).
Sin embargo, este no es
un post para meter caña, es un post para de agradecimiento y
homenaje a Enrique, a todos los comentaristas y visitantes, y también
un post para la reflexión, para que el adiós de Enrique no quede
como uno más, sino que haga reflexionar a la comunidad sobre hacia
donde tiene que ir. Las preguntas que debe hacerse la comunidad son
simples, pero de difícil respuesta y más difícil acción. ¿Este
es el Linux que queremos? ¿Cómo nos gustaría que fuese? ¿Qué hay
que cambiar para que llegue a ser así?
No he podido evitar darme
cuenta, en el eterno debate sobre la fragmentación de Linux, que la
comunidad, a nivel general, ya empieza a avanzar lenta pero
inexorablemente hacia una postura, que a su vez es la más lógica,
dada la evidencia. “La fragmentación es excesiva”, nadie lo
dice, posiblemente porque todavía es tema tabú (¿cómo la libertad
puede ser mala? O mejor dicho ¿cómo la libertad puede afectar
negativamente?) pero ya se puede leer entre líneas cuando te das la
vuelta por los comentarios de algún post que versa sobre este tema.
Creo que la comunidad debería tomar una postura pro-activa al
respecto de la decisión, aceptación, sin rasgarse las vestiduras,
que no pasa nada. Tomar una decisión y avanzar hacia ella es señal
de decisión y madurez. *Quejarse y no hacer nada es señal de
inmadurez.
Siempre
me gusta aportar ideas, y esta entrada no iba a terminar siendo
menos. Me gustaría proponer un proyecto a la comunidad y a sus
piezas fundamentales (líderes de los blogs hispanos linuxeros y
demás expertos en el tema). Creo que podría ser bonito, al menos
intentarlo. Oiga usted, ¿por qué no practicar con el ejemplo? ¿Por
qué no unificar los 5, 6 o 7 blogs más seguidos en uno solo? ¿Por
qué no unir los foros de éstos? ¿Por qué no comportarse como un
equipo? Menos esfuerzo, más producción, más ilusión, mayor número
de visitantes, más difusión… es una cuestión de sentarse y
hablar, y hablar, y hablar, hasta que todo quede claro. El todo es
mayor que la suma de las partes.
Quizás
no sea un proyecto para ahora, sino para un poco más adelante,
quizás se necesite un poco más de madurez, o quizás de energía.
Quizás ahora nos hemos hundido, hemos tocado fondo y necesitamos
reposar… y quizás probablemente, volveremos a subir, algún día,
más fuerte que la última vez.
Un
saludo Enrique, hasta pronto. Y gracias.
(Aplausos
en pie)

Al final de la espiral

Si en algo me he especializado a lo largo de mi vida es en postergar. Comencé a practicar de niño, cuando más fácil hubiera sido lanzarse a la piscina en cantidad de circunstancias, siempre existía algo que hacer, alguna causa que abanderar, alguna falacia que argumentar, con tal de no seguir la senda que de sobra sabía que debía de caminar. Por culpa de esa trampa psicológica, de ese dejar pasar el tiempo sin hacer lo que se tiene que hacer, me perdí muchas cosas. Y a algunas personas, también. A la «edad del pavo» postergaba usando mi imaginación, daba vueltas a pensamientos y a hechos, reales o no, sucedidos o por suceder, lo mismo era. Todo valía con tal de permanecer inmóvil, sin actuar, sin mejorar. Y, de este modo, dar paso a la auto-compasión y continuar con la maldita espiral.

El tiempo pasa y a todos nos alcanza, llega un momento en que uno madura, o al menos, queda medianamente hecho el carácter y cuenta con la perspectiva que dan años de experiencia haciendo la misma cosa una y otra vez. Los agentes que ayudan a postergar van variando. En los últimos dos años escogí usar el distro hopping en GNU/Linux, con este blog como excusa, para acumular horas ante la pantalla configurando un sistema que al día siguiente ya estaría sentenciado y eliminado del disco duro. En varias ocasiones hemos tratado el tema de la enfermedad del distro hopper, ya sea aquí o en otros blogs, y si en algunos momentos ha dado la impresión de que para mí era divertido ha sido por no hacerlo parecer más absurdo de lo que es. Me dirijo a aquellos que no sois profesionales de la Informática o estudiantes tratando de aprender: el distro hopping es una adicción cuando deja de ser entretenido y apasionante y se convierte en una carga que pesa sobre los hombros.

Llegado el tiempo en que uno se da cuenta de que es un enfermo puede resultar sencillo recuperarse. O no, pues si se regenta un blog fundamentado en revisar distribuciones ya se tiene la excusa perfecta para seguir postergando el momento que ya se sabe que tiene que llegar. Cortar por lo sano antes de que se extienda la gangrena.

Amigos, el momento ha llegado. Al insoportable calor del verano sureño español (ver imagen de abajo para quien no lo conozca), que ya se ha cobrado la baja – temporal, eso sí – de Yoyo Fernández, he decidido que no postergo más. No voy a seguir con las revisiones, en cierto modo carecen de sentido desde el punto y hora en que las distros se comportan de manera distinta según el equipo en que se instalan. Y esto lo sé casi desde que empecé. ¿Por qué lo escribo ahora? Pues sí, por lo de siempre, por postergar. Los asiduos del blog sabéis que no me dedico a esto, y ésa es otra: mi profesión, la Enfermería, demanda de nosotros el aprendizaje continuo, la renovación de conocimientos, el ser un eterno estudiante. Algo que he dejado completamente de lado en los últimos años por dedicar mi escaso tiempo libre a comportarme como un autómata instalador de sistemas operativos libres.

No todo ha sido malo, por supuesto, aunque suene a horrible como lo he expresado hasta ahora. Hemos formado una pequeña comunidad y he tenido el placer de intercambiar muchos comentarios con muchas personas entusiastas del software libre. También he disfrutado de la satisfacción de ayudar a otros, con tutoriales o colaborando en la medida de mis posibilidades con algunos proyectos. Fue bonito, pero ahora siento la llamada más poderosa de otros asuntos que reclaman mi atención, como mi familia y un retoño que llega a edades en que necesita de mí mucho más de lo que puedo darle siendo un bloguero linuxero. En resumidas cuentas, quiero dedicar más tiempo a mi familia y a mi verdadera profesión que a GNU/Linux.

En el momento de abandonar el tren no quisiera hacerlo disparando a diestro y siniestro, despotricando contra lo menos bueno que he encontrado en este mundillo. Únicamente me gustaría resaltar que hay demasiados egos enfrentados en el software libre, demasiada necesidad de ir cada uno a lo suyo y demasiado «fanboyismo«. Pero esto ya lo sabéis casi todos. En mi universo personal creo que he alcanzado ya el punto de estar hastiado de tanto «Gnome vs KDE», «Ubuntu malo», etcétera. E igualmente harto de que con cada actualización de la mayoría de las distribuciones aparezcan errores nuevos que, en muchas ocasiones, requieren de horas ante la pantalla y pérdida de tiempo que nadie te va a devolver. Lógicamente, no es exclusivo del software libre, también hay muchos errores en el privativo, el problema lo tengo yo: ni ganas, ni tiempo, ni espíritu para seguir batallando contra los errores o saltando de distro cada vez que estos aparecen.

Y vamos acabando. Quisiera daros las gracias a todos por haber mantenido la compostura en vuestras intervenciones en el blog, creo que si por algo se ha caracterizado LSDH ha sido por la buena educación y la apertura de miras en los comentarios. Que yo deje de revisar distros no significa que el blog vaya a desaparecer, no soy el ombligo del mismo, hay más colaboradores a los que invito a seguir participando siempre que quieran con el envío de artículos que serán puntualmente publicados como hasta ahora. Igualmente, aunque tengo el firme propósito de olvidarme por un tiempo de los entresijos de GNU/Linux (escribo desde Ubuntu, a la que muchos ya consideran otra cosa), esto no quita que de vez en cuando me dé por aparecer para castigaros con alguno de mis tochos. Una mención especial para Vicente Seguí (visesen), quien se bajó en la estación anterior por parecidos motivos, decisión que aplaudí y que ha supuesto otro pequeño empujón para alcanzar, por fin y para bien, el final de la tortuosa espiral. Gracias por vuestra comprensión y hasta siempre.