Linux Lite 1.0.6: Xubuntu en peso pluma

Antes de empezar el ciclo regular de revisiones que anunciaba en el artículo sobre la búsqueda de la tranquilidad y la calma en el ejercicio de bloguear sobre GNU/Linux he decidido respetar la «promesa» hecha en su día a un lector anónimo que deseaba ver revisada la distribución que usa en LSDH. Se trata de una distro neozelandesa, de la cual ni tan siquiera había oído hablar hasta el comentario de dicho lector, de nombre Linux Lite. Sus desarrolladores hacen hincapié en la idoneidad de su sistema, un Ubuntu con XFCE, para el disfrute de juegos en GNU/Linux, con la premisa de la ligereza y la compatibilidad. De modo que me he propuesto averiguar si es tan liviano como su nombre y la descripción que presentan en su web sugieren. Por no hablar de la pluma que esgrimen como logo…

Si bien he llegado a un punto en que, como bien saben los lectores habituales, me aburre revisar distros basadas en otras a su vez basadas en otras (como es el caso, derivada de derivada de Debian), creo que puede resultar un buen ejercicio de «calentamiento» para retomar el hábito. Vamos a ello, pues.

Instalación
Linux Lite cumple desde un principio con las expectativas creadas en torno a su rapidez y ligereza. El inicio de sesión en vivo es realmente veloz, no desmerece para nada a otras alternativas con entornos de escritorio más livianos. El instalador es el mismo de Ubuntu, con dos excepciones: un pase de diapositivas propio y un renderizado de fuentes horrible, para mi gusto, que nada tiene que ver con el de la distribución en que se basa. El tema principal del «slideshow» reincide de nuevo en las mismas características intrínsecas de la distro, que la hacen ideal para el uso y disfrute de plataformas de videojuegos, del estilo de Steam o Desura. En unos ocho minutos tenemos el sistema instalado en el equipo, lo cual me extraña mucho, habida cuenta de que he marcado las casillas de opción de instalación de codecs y actualizaciones.

Tras el reinicio, que ocurre solamente después de pulsar la tecla «Enter» sin que nada nos advierta que debemos hacerlo, nos aparece el Grub de Ubuntu (que es como se identifica esta distro), habiendo reconocido el resto de sistemas del equipo. La pantalla de entrada es realmente original, con nuestra foto (o lo que sea que hayamos escogido) en un círculo central. Eso sí, todo el escritorio se encuentra en inglés, a pesar de lo que elegí en las opciones de instalación, y para llegar al castellano hay que irse al Menú –> Settings –> Language support y desde ahí instalar nuestro idioma.

A este respecto, un par de pegas. Para empezar, no solo instala el español «de España», sino que se descargan todos los locales, de los correspondientes países de habla hispana. Y a pesar de todo esto, algunas partes del escritorio continúan en inglés, a la par que varias frases se traducen de forma un tanto extraña. Por poner un par de ejemplos, en el menú de XFCE aparece como «Administrador de archivos» algo que, en lugar de abrir Thunar, abre una consola que ejecuta un script de búsqueda de actualizaciones, mientras que la opción «Acerca de XFCE» directamente pone el equipo en modo bloqueo. Interesante mezcolanza de conceptos…

Como segundo problema a destacar, algo que sospechaba ya: no se han instalado los paquetes actualizados. De esto me percato por casualidad al ejecutar el script correspondiente, pensando que iba a abrir Thunar. Al menos, tras la susodicha actualización y el consiguiente reinicio no hay que lamentar más contratiempos. Como nota novedosa, Linux Lite incluye en el menú una serie de scripts para facilitar la instalación de diversos programas y utilidades como podemos ver en la captura de pantalla que acompaña a estas líneas.

En cuanto al aspecto general de la distro, con el tema Mediterranean Light y los iconos Faenza, podríamos catalogarlo de discreto y elegante, sin ser nada del otro mundo. En consonancia con el espíritu de la distro, realmente. El consumo de RAM al inicio se limita a 390 Mb en mi equipo.

Arranque y apagado
El sistema arroja unos tiempos de inicio y finalización bastante buenos, teniendo en cuenta que la base es Ubuntu 12.04, con 18 meses ya de antigüedad, lo que en Informática tiende a llamarse obsoleto, calificación con la que, dicho sea de paso, no estoy nada de acuerdo. 16 segundos para apagarse y 25 para encenderse son tiempos alejados de los modernos estándares de systemd, pero para mí son más que aceptables.

Software
El manejo de programas se realiza con el conocido gestor de paquetes Synaptic, mientras que las actualizaciones se instalan con el script que comentaba más arriba. Entre la batería de aplicaciones incluidas con Linux Lite tenemos Firefox 24, Thunar 1.2.3, VLC 2.0.8, Libreoffice 3.5 o Gimp 2.8, por señalar los programas que utilizo más.


Reconocimiento de hardware
Cualquier derivada de Ubuntu juega con ventaja en este apartado, Linux Lite no es una excepción. Salvo por un problema con el reconocimiento de la contraseña de acceso a la red Wifi casera, el resto se ejecuta de forma incólume: la impresora es reconocida y auto-instalada, el escáner ídem de lo mismo, la webcam también y la red cableada, efectivamente, funcionante desde un inicio.


Conectividad
Todo perfecto en este sentido, Samba se ejecuta bien, si bien no conseguí hacer streaming de modo directo desde mi portátil. Por lo demás, el reconocimiento de dispositivos externos es más que correcto.


Experiencia «out of the box»
Al igual que ocurre con el reconocimiento de hardware, al ser una derivada de la distro de Canonical obtenemos una experiencia de uso muy amigable para el usuario novel. Todos los archivos multimedia, pdf y de oficina se pueden abrir sin dificultad alguna. El pequeño «pero» viene en esta ocasión por la vía del applet de sonido de XFCE, que escoge por defecto HDMI en lugar del sonido estándar y requiere de intervención del usuario para su corrección.


Estabilidad del sistema
Durante las pruebas realizadas a Linux Lite no se produjo ningún cuelgue o mal funcionamiento de aplicaciones. Un comportamiento impecable en este sentido.


Fluidez
Uno de los puntos clave a la hora de analizar esta distro, toda vez que hacen de esta característica su seña de identidad. Y no, no falla en cumplir lo que promete, una experiencia muy fluida y un desempeño ligero.


Gestión de energía
La suspensión a RAM y el reposo de la pantalla funcionan bien, no así la hibernación (desconozco, ciertamente, si alguien sigue usando esta función hoy en día), pues no existe diferencia alguna entre apagar e hibernar para Linux Lite,ya que no se mantienen las aplicaciones y procesos abiertos tras el reinicio.

Personalización
Siendo sincero, no me apetecía en demasía configurar esta distribución como si fuese a hacer uso de ella a diario. Las pocas tareas de personalización que llevé a cabo se limitaron a la instalación del soporte para 32 bits, imprescindible en las pruebas de rendimiento de Phoronix, y a los controladores propietarios. Curiosamente, tras instalar estos últimos vía jockey, encontré que el consumo de RAM bajaba hasta los 345 Mb al inicio. Eso sí, a costa de perder el Plymouth de la silueta de Tux (una baja sin importancia, en realidad).

También probé algunos de los scripts antes mencionados que pretenden facilitar la instalación de elementos a los usuarios menos duchos. Si bien son perfectamente funcionales he de advertir que se encuentran sin traducir.

Rendimiento
Las pruebas efectuadas con la Phoronix Test Suite arrojan muy buenos resultados. Linux Lite supera a Xubuntu (referencia más próxima que se me ocurre, dadas las características) en tres de los cinco apartados estudiados, algunos de ellos de forma holgada (Apache y Unigine Valley).

La sensación que me deja la prueba de Linux Lite 1.0.6 es que se trata de una distribución enfocada prioritariamente al público «gamer», algo en lo que ya insisten los propios desarrolladores. Para ello se aseguran de mantener la compatibilidad con la mayoría de juegos posibles (la base Ubuntu es un buen punto de partida) y eliminan el «factor Unity», con lo que aumentan los recursos disponibles para jugar. Ignoro si se podría haber hecho algo similar tomando a Xubuntu directamente, la verdad.

En cuanto al usuario normal, entre los que me encuentro, creo que no hallará en Linux Lite nada especial o novedoso. Es cierto que las modificaciones, cualesquiera que sean, realizadas al código por los creadores neozelandeses arañan algunos megas de RAM, pero teniendo en cuenta las configuraciones de la mayoría de equipos que se gastan en la actualidad, al fin y al cabo terminan por resultar una cantidad nimia en comparación con Xubuntu, la cual deja un poso de gran profesionalidad y un acabado más redondo para mi gusto. Ello no es óbice para que los usuarios con equipos más modestos, sobre todo si son jugones, le den un vistazo a esta Linux Lite. Saludos.

 

FICHA TÉCNICA
Distribución: Linux Lite 1.0.6
Entorno de escritorio: XFCE 4.8
Kernel: 3.2.0-48
Xorg: 1.11.3
Driver gráfico: fglrx 8.96.4
OpenGL: 4.2.11627
GCC: 4.6

 

LINUX LITE 1.0.6 LSDH
Instalación 9,40
Arranque y apagado 7,50
Software 7,50
Hardware 8,00
Conectividad 8,33
Out of the box 9,58
Estabilidad 10,00
Fluidez 10,00
Gestión de energía 6,67
Pybench 3.135,00
Apache 24.492,65
Encode-flac 8,58
Unpack-linux 18,05
Unigine Valley 438,00
Corrección por rendimiento 0,36
CALIFICACIÓN 9,32
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Chakra: cambiador de tareas

Artículo escrito por Daniel de la Rosa para este blog. La autoría no es de Enrique Bravo, cuyo nombre figura por error al traspasar el blog a un nuevo alojamiento.

Lo admito, soy un fanático del alt+tab. Sí, esa sencilla combinación que permite ir rotando las aplicaciones abiertas, sencillamente una genialidad para manejar gracias a los atajos de teclado cuando tenemos muchas ventanas abiertas y optimizar tiempo de trabajo.

En Chakra, y por extensión en KDE, tenemos muchas opciones para escoger, pero ¿qué sucede si no nos sentimos a gusto con ninguna de las que están por defecto?

Aquí es donde interviene este artículo 😉

Seré mas específico, resulta que siempre me ha gustado cómo distribuye MacOS dicha combinación, y a partir de ello he reducido a dos mis opciones:

Con Iconos Grandes

Esta en particular me encanta pero, como pueden ver, resulta que no coincide con todos los programas, sobre todo si el paquete de iconos no lo soporta. En mi caso uso Nitrux, quien a mi humilde criterio es el más completo (tal vez no el más bonito), pero sí quien tiene mayor cantidad de iconos, pero como todas las cosas, no es perfecto; así que solo me queda ir cambiando los iconos que no se encuentran por su tamaño manualmente, algo tedioso y nada productivo.

Con Miniaturas

Aquí la cosa se pone interesante, pues aunque sí coinciden todos bien (los iconos aquí salen más pequeños), resulta que no me muestra todas las previas de las ventanas que están abiertas en un solo cuadro; es decir, si aprecian bien en el panel inferior tengo abiertas 7 ventanas, por lo cual si soy un poco despistado (cosa que sí soy, jejeje) o no me doy cuenta de ellas o las paso por alto. La cosa es que me gusta que se vean todas sin necesidad de ir pasando.

Hasta aquí me había resignado, pues aunque las otras opciones de KDE por defecto sí lo hacen, a mí solo me gustan esas dos por ser más “bonitas”… pero les faltaba algo.

Y ahí es donde entra Scaling, un cambiador de tareas desarrollado por el usuario aheinecke el 15 de Mayo de 2013 (http://opendesktop.org/content/show.php?content=158648), que sí hace lo que quiero. A la muestra:

Bonito y Funcional

Para instalarlo es muy sencillo, abren krunner (ALT+F2) y digitan cambiador de tareas, luego se van al pequeño cuadrito de visualización y le dan “Obtener nueva disposición de ventanas” y buscan scaling, y listo 😉

 

Chakra: conky sobre las ventanas

Artículo escrito por Daniel de la Rosa para este blog. La autoría no es de Enrique Bravo, cuyo nombre figura por error al traspasar el blog a un nuevo alojamiento.

Siempre me ha gustado monitorear permanentemente los cambios del sistema, principalmente los que corresponden a consumo de RAM/CPU y el tiempo de uso. En KDE la forma más sencilla es mediante el plasmoide <Monitor del sistema>, pero al estar “pegado” al escritorio me hace estar permanentemente regresando para ver los cambios o, en su defecto, a través de la combinación ALT+F12 (Tablero de mandos), algo que, aunque sencillo si es algo engorroso.
Por lo cual me puse a la tarea de buscar el plasmoide perfecto para que permaneciese visualizando los datos que necesitaba. Al principio opté por colocar los plasmoides individuales, pero no me gustaba como se integraban a mi panel inferior; luego me decanté por el plasmoide TextMon (Link: http://opendesktop.org/content/show.php?content=148797) pero, aunque sí es altamente personalizable, el cómo distribuye los datos no me terminaba de convencer. Así que, viendo su configuración, recordé mi amado conky, aunque de inmediato caí en cuenta que solo lo mostraba en el escritorio, o ¿era cierto? Así que me puse a investigar y encontré que no. Conky podía permanecer encima de todas las ventanas, y eso era justo lo que necesitaba.

Rápidamente encontré el conky que quería y como lo quería.. Gracias yoyo 😉 (http://yoyo308.com/2012/11/06/quieres-el-conkyrc-de-manjaro-0-8-0-aqui-lo-tienes/).

Luego, a personalizarlo, y en esto seré claro, quería que se acomodase lo más posible al gran tema Caledonia de Chakra Linux; y después de muchos devenires salió algo, lo más parecido con mis limitados conocimientos, claro. Para quien le interese, está alojado en http://pastebin.com/SCB8Snuk para su mayor comodidad.

Ahora, los pasos siguientes están condicionados para Chakra, pero debe funcionar con cualquier otra distro Linux:

Primero instalar conky, pufffff:

$ sudo pacman -S conky

Crear el archivo .conkyrc en home.

Rellenar el contenido con lo compartido en pastebin.

Para que se inicie automáticamente al sistema deben crear este symlink:

$ ln -s /usr/bin/conky ~/.kde4/Autostart/conkylink

Cerrar sesión para que se visualizan correctamente los cambios.

Eso es todo, ahora a disfrutar y editarlo de acuerdo a sus gustos.

ANTES

DESPUÉS 

 

Un blog tranquilo

Me guste o no, no soy una persona multi-tarea. Dejando a un lado mi condición masculina, que ya de por sí me inhabilita para hacer más de una cosa al mismo tiempo – absténganse de calificativos despectivos hacia mi persona, para mí es un hecho comprobado que las mujeres nos dan mil vueltas en eso – pertenezco a una generación donde predomina la gente que hace una cosa cada vez. O, al menos, así era antes. Hoy día lo que se considera normal es estar viendo una serie en la televisión mientras se escribe lo que sea en el cliente Twitter y se mantiene una «conversación» por Whatsapp. Tiempos modernos.

Como digo, para mí esto no es viable. Ni tan siquiera cuando era estudiante y disponía de mucho más tiempo que ahora era capaz de llevar adelante demasiadas tareas. Tenía compañeros para los que el día parecía tener más de veinticuatro horas por la cantidad de cosas que eran capaces de hacer, mientras yo me movía despacio, pensaba despacio, actuaba… pues eso, despacio. Con la excepción obligada de las horas que paso en mi trabajo, donde moverse-pensar-actuar despacio puede costarle la vida a una persona, en el resto de situaciones continúo con mi «minusvalía». Y ello, mal que me pese, incluye a este blog y a mi relación con GNU/Linux.

Os hablaba en uno de mis últimos artículos de una pequeña recaída en el distrohopping. Nada grave. Lo traigo a colación para poner en valor lo que significa el tiempo perdido para una persona tranquila y que piensa y actúa a mi ritmo. Horas y horas perdidas en un ritual infinito de instalar y configurar. Horas de un tiempo que escasea: la casa, el trabajo, mi mujer, mi hijo, la comunidad de vecinos, el coche, mi familia, mis otros hobbies… GNU/Linux ocupa en la actualidad muchos de los minutos que quisiera dedicar a estas otras personas y cosas, que con perdón de Tux, son para mí muchísimo más importantes.

Ya saqué este tema a principios del verano y, a decir verdad, conseguí lo que me proponía. Durante la época estival he sido un feliz y despreocupado usuario normal del ordenador, con su Ubuntu Precise para, valga la redundancia, hacer las cosas precisas y punto. Pero he de admitir que no era capaz de dejar de leer a todos y cada uno de los excelentes blogueros que nutren mi lista de la derecha, esa de «Sitios de interés». Tampoco era capaz de dejar de colaborar con el proyecto Chakra, que me necesitaba a mí y a cualquiera capaz de aportar lo que fuese, dada la escasez de desarrolladores y simpatizantes activos. Y fue así como, sin darme apenas cuenta, volví a desordenar mi lista de prioridades.

Lo más fácil sería dar por terminada mi etapa de bloguero linuxero. Sin embargo, tras darle muchas vueltas – para variar – y consultarlo con algunas personas importantes para mí, he creído conveniente retomar la actividad con calma. Con mucha calma, para ser exactos. Creo que la temática que más interesa a la mayoría de seguidores del blog es la referida a la revisión de distribuciones GNU/Linux. Sabéis que andar instalando distros a cada momento ya no me divierte, sin embargo me parece que recuperar el modelo «12 meses 12 distros» que en su día puse en marcha solo durante un par de meses puede ser lo más acertado para guardar un equilibrio tan necesario ahora mismo.

De modo que espero que perdonéis este nuevo arrebato, esta nueva vuelta de tuerca al asunto. La vida, al menos la mía, es una cuestión de prioridades, y GNU/Linux ocupa ahora mismo un lugar que no le corresponde en la lista. Y hablando de listas, hace ya más de seis meses que coloqué una encuesta (también la tenéis a la derecha) sobre el sistema operativo de uso de los lectores del blog. Atendiendo al resultado obtenido, las distros que pretendo revisar con una cadencia aproximada de una al mes son: Ubuntu (octubre), Mint (noviembre), Debian (diciembre), openSUSE (enero), Xubuntu (febrero), Chakra (marzo), Fedora (abril), Manjaro (mayo), Kubuntu (junio), una distro a elegir por los lectores (julio), Zorin (agosto) y Mageia (septiembre). No he incluido a Arch, séptima preferida por los lectores, debido a que no obtendría una calificación justa por su condición de sistema a construir por el propio usuario, que la relegaría probablemente al último lugar a causa de su dificultad de instalación.

Y esto es lo que puedo ofrecer en este momento. Ni más ni menos. Aún siendo un asunto estrictamente personal, soy consciente de que este es un blog comunitario que siguen bastantes personas, por lo que me parece adecuado comunicar los derroteros por los que pretendo transcurrir a partir de ahora. Seguimos, eso sí, abiertos a colaboraciones, aunque os pido paciencia si tardo en responder o en publicarlas, quiero recuperar mi vida AFK, y voy a poner empeño en hacerlo. Hasta la próxima revisión, que será tranquila, pausada, meditada y mono-tarea, porque así soy yo y no sé ser de otra manera…

Actualización a KDE 4.11.2 en Chakra

Desde ayer por la tarde están disponibles en el repositorio estable de Chakra los paquetes correspondientes a la versión 4.11.2 de la KDE SC. Como es costumbre, Neo ha publicado el anuncio en la web oficial del proyecto, pero de momento, que se sepa, el desarrollador griego no domina el castellano, de modo que traduzco el anuncio para evitar problemas, pues dependiendo de la antigüedad de nuestra instalación es posible que se necesite realizar una intervención manual.

«KDE SC 4.11.2 está disponible en los repositorios estables. Se han registrado más de 70 correcciones de errores, junto con mejoras en el gestor de ventanas Kwin, el gestor de archivos Dolphin, la suite de gestión de información personal Kontact y otros. Hay muchas mejoras de estabilidad y las habituales en las traducciones. La lista completa de cambios está disponible en este enlace.

Además de lo anterior, se ha actualizado nuestro grupo de paquetes de compilación, incluyendo gcc 4.8.1 y glibc 2.1. Más todavía, boost se encuentra ahora en la versión 1.54, pykde4 se ha empaquetado con soporte para python3 y está disponible Libreoffice 4.1.2.

Tenga en cuenta que, si su instalación de Chakra es antigua, lo más probable es que exista una línea /dev/pts en su archivo /etc/fstab. Es preciso eliminar dicha línea, de lo contrario no va a funcionar Konsole.

Como siempre, recuerde hacer un mirror-check antes de actualizar, bien desde consola o desde el menú –> Aplicaciones –> Internet –> Mirror-Check.»

Poco se puede añadir, en mi caso la instalación de Chakra data de la versión del mes de mayo (Benz), y no ha sido necesario eliminar la susodicha línea del archivo fstab. Si vuestro caso es distinto, basta hacer:

sudo nano /etc/fstab

Y eliminar la línea que comienza por /dev/pts. Luego, como siempre, CTRL+O para guardar y CTRL+X para salir, reinicio al canto y a disfrutar. En el caso de que encontréis algún otro problema, algo que depende de los paquetes que cada cual tenga instalados, los mejores lugares para tratar de resolverlos son los habituales:

Foro oficial de Chakra

Comunidad de Chakra en español

Saludos