Antes de empezar el ciclo regular de revisiones que anunciaba en el artículo sobre la búsqueda de la tranquilidad y la calma en el ejercicio de bloguear sobre GNU/Linux he decidido respetar la «promesa» hecha en su día a un lector anónimo que deseaba ver revisada la distribución que usa en LSDH. Se trata de una distro neozelandesa, de la cual ni tan siquiera había oído hablar hasta el comentario de dicho lector, de nombre Linux Lite. Sus desarrolladores hacen hincapié en la idoneidad de su sistema, un Ubuntu con XFCE, para el disfrute de juegos en GNU/Linux, con la premisa de la ligereza y la compatibilidad. De modo que me he propuesto averiguar si es tan liviano como su nombre y la descripción que presentan en su web sugieren. Por no hablar de la pluma que esgrimen como logo…
Si bien he llegado a un punto en que, como bien saben los lectores habituales, me aburre revisar distros basadas en otras a su vez basadas en otras (como es el caso, derivada de derivada de Debian), creo que puede resultar un buen ejercicio de «calentamiento» para retomar el hábito. Vamos a ello, pues.
Instalación
Linux Lite cumple desde un principio con las expectativas creadas en torno a su rapidez y ligereza. El inicio de sesión en vivo es realmente veloz, no desmerece para nada a otras alternativas con entornos de escritorio más livianos. El instalador es el mismo de Ubuntu, con dos excepciones: un pase de diapositivas propio y un renderizado de fuentes horrible, para mi gusto, que nada tiene que ver con el de la distribución en que se basa. El tema principal del «slideshow» reincide de nuevo en las mismas características intrínsecas de la distro, que la hacen ideal para el uso y disfrute de plataformas de videojuegos, del estilo de Steam o Desura. En unos ocho minutos tenemos el sistema instalado en el equipo, lo cual me extraña mucho, habida cuenta de que he marcado las casillas de opción de instalación de codecs y actualizaciones.
Tras el reinicio, que ocurre solamente después de pulsar la tecla «Enter» sin que nada nos advierta que debemos hacerlo, nos aparece el Grub de Ubuntu (que es como se identifica esta distro), habiendo reconocido el resto de sistemas del equipo. La pantalla de entrada es realmente original, con nuestra foto (o lo que sea que hayamos escogido) en un círculo central. Eso sí, todo el escritorio se encuentra en inglés, a pesar de lo que elegí en las opciones de instalación, y para llegar al castellano hay que irse al Menú –> Settings –> Language support y desde ahí instalar nuestro idioma.
A este respecto, un par de pegas. Para empezar, no solo instala el español «de España», sino que se descargan todos los locales, de los correspondientes países de habla hispana. Y a pesar de todo esto, algunas partes del escritorio continúan en inglés, a la par que varias frases se traducen de forma un tanto extraña. Por poner un par de ejemplos, en el menú de XFCE aparece como «Administrador de archivos» algo que, en lugar de abrir Thunar, abre una consola que ejecuta un script de búsqueda de actualizaciones, mientras que la opción «Acerca de XFCE» directamente pone el equipo en modo bloqueo. Interesante mezcolanza de conceptos…
Como segundo problema a destacar, algo que sospechaba ya: no se han instalado los paquetes actualizados. De esto me percato por casualidad al ejecutar el script correspondiente, pensando que iba a abrir Thunar. Al menos, tras la susodicha actualización y el consiguiente reinicio no hay que lamentar más contratiempos. Como nota novedosa, Linux Lite incluye en el menú una serie de scripts para facilitar la instalación de diversos programas y utilidades como podemos ver en la captura de pantalla que acompaña a estas líneas.
En cuanto al aspecto general de la distro, con el tema Mediterranean Light y los iconos Faenza, podríamos catalogarlo de discreto y elegante, sin ser nada del otro mundo. En consonancia con el espíritu de la distro, realmente. El consumo de RAM al inicio se limita a 390 Mb en mi equipo.
Arranque y apagado
El sistema arroja unos tiempos de inicio y finalización bastante buenos, teniendo en cuenta que la base es Ubuntu 12.04, con 18 meses ya de antigüedad, lo que en Informática tiende a llamarse obsoleto, calificación con la que, dicho sea de paso, no estoy nada de acuerdo. 16 segundos para apagarse y 25 para encenderse son tiempos alejados de los modernos estándares de systemd, pero para mí son más que aceptables.
Software
El manejo de programas se realiza con el conocido gestor de paquetes Synaptic, mientras que las actualizaciones se instalan con el script que comentaba más arriba. Entre la batería de aplicaciones incluidas con Linux Lite tenemos Firefox 24, Thunar 1.2.3, VLC 2.0.8, Libreoffice 3.5 o Gimp 2.8, por señalar los programas que utilizo más.
Reconocimiento de hardware
Cualquier derivada de Ubuntu juega con ventaja en este apartado, Linux Lite no es una excepción. Salvo por un problema con el reconocimiento de la contraseña de acceso a la red Wifi casera, el resto se ejecuta de forma incólume: la impresora es reconocida y auto-instalada, el escáner ídem de lo mismo, la webcam también y la red cableada, efectivamente, funcionante desde un inicio.
Conectividad
Todo perfecto en este sentido, Samba se ejecuta bien, si bien no conseguí hacer streaming de modo directo desde mi portátil. Por lo demás, el reconocimiento de dispositivos externos es más que correcto.
Experiencia «out of the box»
Al igual que ocurre con el reconocimiento de hardware, al ser una derivada de la distro de Canonical obtenemos una experiencia de uso muy amigable para el usuario novel. Todos los archivos multimedia, pdf y de oficina se pueden abrir sin dificultad alguna. El pequeño «pero» viene en esta ocasión por la vía del applet de sonido de XFCE, que escoge por defecto HDMI en lugar del sonido estándar y requiere de intervención del usuario para su corrección.
Estabilidad del sistema
Durante las pruebas realizadas a Linux Lite no se produjo ningún cuelgue o mal funcionamiento de aplicaciones. Un comportamiento impecable en este sentido.
Fluidez
Uno de los puntos clave a la hora de analizar esta distro, toda vez que hacen de esta característica su seña de identidad. Y no, no falla en cumplir lo que promete, una experiencia muy fluida y un desempeño ligero.
Gestión de energía
La suspensión a RAM y el reposo de la pantalla funcionan bien, no así la hibernación (desconozco, ciertamente, si alguien sigue usando esta función hoy en día), pues no existe diferencia alguna entre apagar e hibernar para Linux Lite,ya que no se mantienen las aplicaciones y procesos abiertos tras el reinicio.
Personalización
Siendo sincero, no me apetecía en demasía configurar esta distribución como si fuese a hacer uso de ella a diario. Las pocas tareas de personalización que llevé a cabo se limitaron a la instalación del soporte para 32 bits, imprescindible en las pruebas de rendimiento de Phoronix, y a los controladores propietarios. Curiosamente, tras instalar estos últimos vía jockey, encontré que el consumo de RAM bajaba hasta los 345 Mb al inicio. Eso sí, a costa de perder el Plymouth de la silueta de Tux (una baja sin importancia, en realidad).
También probé algunos de los scripts antes mencionados que pretenden facilitar la instalación de elementos a los usuarios menos duchos. Si bien son perfectamente funcionales he de advertir que se encuentran sin traducir.
Rendimiento
Las pruebas efectuadas con la Phoronix Test Suite arrojan muy buenos resultados. Linux Lite supera a Xubuntu (referencia más próxima que se me ocurre, dadas las características) en tres de los cinco apartados estudiados, algunos de ellos de forma holgada (Apache y Unigine Valley).
La sensación que me deja la prueba de Linux Lite 1.0.6 es que se trata de una distribución enfocada prioritariamente al público «gamer», algo en lo que ya insisten los propios desarrolladores. Para ello se aseguran de mantener la compatibilidad con la mayoría de juegos posibles (la base Ubuntu es un buen punto de partida) y eliminan el «factor Unity», con lo que aumentan los recursos disponibles para jugar. Ignoro si se podría haber hecho algo similar tomando a Xubuntu directamente, la verdad.
En cuanto al usuario normal, entre los que me encuentro, creo que no hallará en Linux Lite nada especial o novedoso. Es cierto que las modificaciones, cualesquiera que sean, realizadas al código por los creadores neozelandeses arañan algunos megas de RAM, pero teniendo en cuenta las configuraciones de la mayoría de equipos que se gastan en la actualidad, al fin y al cabo terminan por resultar una cantidad nimia en comparación con Xubuntu, la cual deja un poso de gran profesionalidad y un acabado más redondo para mi gusto. Ello no es óbice para que los usuarios con equipos más modestos, sobre todo si son jugones, le den un vistazo a esta Linux Lite. Saludos.
LINUX LITE 1.0.6 | LSDH |
---|---|
Instalación | 9,40 |
Arranque y apagado | 7,50 |
Software | 7,50 |
Hardware | 8,00 |
Conectividad | 8,33 |
Out of the box | 9,58 |
Estabilidad | 10,00 |
Fluidez | 10,00 |
Gestión de energía | 6,67 |
Pybench | 3.135,00 |
Apache | 24.492,65 |
Encode-flac | 8,58 |
Unpack-linux | 18,05 |
Unigine Valley | 438,00 |
Corrección por rendimiento | 0,36 |
CALIFICACIÓN | 9,32 |