Manjaro 0.8.10: el usuario es lo primero

Año y medio después de revisar por primera vez una versión de Manjaro, me vuelve a picar el gusanillo de la curiosidad y me apetece asomarme un poco al momento que vive la otrora muy popular distribución derivada de Arch Linux. El adverbio escogido no es casual, aunque no pretendo insinuar que Manjaro ya no goce de cierta reputación, es innegable que el furor causado en sus inicios que la llevara a los primeros puestos en la clasificación de distros más consultadas en Distrowatch no se mantiene hoy día. Me parece recordar, incluso, que llegó a superar en consultas a su distro madre.

Todos sabemos ya que el mencionado ranking no ha de tomarse más que como un mero indicador de popularidad y nunca como medida de uso. Ni mucho menos nos sirve para diferenciar la calidad de una distribución o su voluntad de tender puentes de ayuda al usuario final, que para eso ya estamos nosotros aquí. En cierto modo me sorprende un poco el lento ritmo de desarrollo que ha tenido Manjaro, hasta el punto de que, transcurrido tanto tiempo desde sus inicios, aún no nos han presentado una versión 1.0. Pero, como veremos en el artículo de hoy, la distro no ha hecho más que avanzar en pos de un objetivo: facilitar la vida a aquellos que desean disfrutar de las ventajas de Arch Linux, sin verse obligados a lidiar con tareas excesivamente complejas. Aquí es donde Manjaro marca, indudablemente, una importante diferencia. Veamos cómo.

Instalación
Manjaro comparte con Chakra sus primeras pantallas desde que iniciamos el entorno en vivo, con las únicas y obligadas diferencias derivadas del conjunto estético que cada una de ellas propone. Hablando en plata: todo idéntico, salvo los colores. Y una gran excepción: lo que en Chakra falla (en Euler, al menos), en Manjaro funciona, esto es, el inicio e instalación de los controladores gráficos propietarios de AMD. La resolución es la adecuada desde el principio y, tras el reinicio, podemos comprobar que no es un controlador vesa genérico el instalado, sino los genuinos Catalyst de la empresa de Sunnyvale.

El instalador no es Tribe, sino Thus, pero ambos comparten su estadio alfa. En el de Manjaro, sin embargo, todo se muestra en el idioma escogido salvo el «slide show» y la primera pantalla de ayuda o resumen. La instalación se realiza en muy poco tiempo (unos cinco minutos desde pendrive), tras lo cual se nos da paso, sin ningún tipo de complicación, a nuestro escritorio XFCE. Como suelo hacer he escogido la versión principal, aquella a la que todas las distribuciones prestan especial atención, que en el caso de Manjaro es la implementada con dicho escritorio. Están disponibles, empero, versiones oficiales con Openbox y KDE, además de las comunitarias con prácticamente todos los escritorios y gestores de ventanas más utilizados.

Después de un primer reinicio llega el momento de actualizar. Es aquí donde Manjaro nos muestra un error que puede resultar crucial para el usuario poco experimentado: el gestor Pamac falla en su primer intento. A los ojos del tipo de usuario final al que Manjaro se dirige, esta temprana necesidad de usar la consola puede verse como un tremendo impedimento, razón por la cual califico el error como de importancia moderada en la clasificación otorgada a la distro. La solución pasa por abrir un terminal y actualizar a la usanza habitual, con un «sudo pacman -Syu». Esto normaliza la situación y nos brinda la oportunidad de instalar… ¡487 nuevas actualizaciones!

Más de 700 Mb descargados después, además de varios paquetes de idioma que Manjaro me indica convenientemente que es preciso instalar, tras un nuevo reinicio compruebo que todo ha ido sobre ruedas y ya tengo mi escritorio preparado para utilizar.

Arranque y apagado
El inicio de Manjaro XFCE lleva 40 segundos, mientras que su desconexión toma apenas 9. Buenos tiempos, aunque se podría esperar algo más de rapidez al iniciar de un escritorio liviano como XFCE. El gestor de arranque localizó mi Ubuntu Trusty, permitiendo iniciar dicha partición sin inconvenientes. Para modificar el grub se puede emplear, entre otros, Grub Customizer, disponible en los repositorios.

Software
En el apartado de programas disponibles me voy a centrar en aquellos que hacen de Manjaro una distro tan amigable para el usuario. Para empezar, el gestor de paquetes Pamac nos permite instalar todo lo que queramos desde los «repos» de Manjaro, con la característica añadida de poder incluir AUR entre los mismos. Esto no es moco de pavo, pues pone a nuestra disposición una tremenda cantidad de paquetes con casi cualquier programa que podamos encontrar en GNU/Linux (si no está en AUR, es que no existe…). Esto tiene sus inconvenientes también, siendo el más notable que no se muestran los mensajes de error o de otro tipo que podemos ver si hacemos una instalación «a pelo», con yaourt o cualquier otro gestor de AUR. Así, nos puede ocurrir que pensemos que una instalación se ha colgado, por transcurrir un largo tiempo en que no sabemos qué está ocurriendo realmente, algo que me pasó mientras trataba de instalar el controlador foo2zjs para la impresora. Lo que yo tomé por un cuelgue de la aplicación no era más que el tiempo empleado en descargar más de 100 Mb de paquetería, pero al no haber ningún mensaje al respecto resulta sencillo pensar en lo peor.

Por otra parte contamos con una estupenda utilidad llamada «Gestor de configuración de Manjaro». Con este programa podemos controlar aspectos tan importantes de nuestra distribución como el kernel que estamos usando, los controladores gráficos o el idioma. Mención especial para los dos primeros, claro está. Un programa que permite al usuario cambiar de kernel con suma facilidad, algo que cobra gran importancia si se tienen en cuenta las regresiones que, desgraciadamente, siguen acechando tras alguna que otra liberación del núcleo principal de Linux. ¿Que con el último kernel pierdes funcionalidad? Pues aquí tienes este programa para volver a uno anterior, sin mayor problema.

Y lo mismo se puede decir de los controladores gráficos. En resumidas cuentas, una utilidad genial que no debería faltar en ninguna de las distribuciones que se suponen dirigidas a usuarios noveles o intermedios y por la que no queda más que aplaudir a los desarrolladores de Manjaro.

En lo que respecta al resto de programas, tan solo reseñar que contamos con las versiones más recientes de los mismos, un «pelín» por detrás de Arch, como suele ser habitual debido al tiempo de liberación superior de los paquetes en los repositorios de Manjaro. El kernel incluido por defecto, de la serie 3.12, es fácilmente reemplazable con la utilidad mencionada en el párrafo anterior, con lo que no supone un inconveniente, en realidad. Por lo demás, contamos con la colección habitual que suele incorporar Manjaro: Firefox, Xnoise, Viewnior, Steam, etcétera.

Reconocimiento de hardware
En este aspecto, con Manjaro he vivido casi un calco de lo acontecido con Chakra Euler: escáner y webcam perfectos, impresora un infierno. Y al igual que con mi distro preferida, en Manjaro aparecen mensajes de «configurando» y «lista para imprimir», que no se ajustan para nada a la realidad. En descargo de esta distro se puede decir que, tras el fallo en la impresión, se nos abre una ventana con título «Troubleshooting Printing» para tratar de arreglar el desaguisado, concluyendo, tras varias intentonas, que «no hay solución obvia».

Confieso que, tratándose de una revisión y no de una distro que voy a usar para mi día a día, no me he esmerado demasiado en poner remedio al problema. Baste reseñar que lo intenté en las dos únicas formas que conozco, fallando con ambas: hp-setup no reconoce a Manjaro como una distribución válida, mientras que el controlador foo2zjs, aunque al contrario que en CCR se puede compilar sin fallos, no hace funcionar la impresora tampoco. Fracaso absoluto.

Conectividad
Otro «deja vú» de lo ocurrido con Chakra. No hay manera de conectar con mi portátil con Windows 7. Samba no viene instalado por defecto, pero aunque lo instalo y sigo un tutorial disponible en el foro de Manjaro, no tengo éxito en la tarea. En cuanto a dispositivos extraíbles, nada que objetar, al reconocerse y montarse de modo automático tanto el pendrive, como el disco duro externo y la micro tarjeta SD. El tiempo de copia al primero y la tercera es notablemente más largo que en Ubuntu, mientras que la copia al disco duro USB acontece un poco más rápidamente.

Experiencia de uso
Otro de los aspectos en los que resulta obvio que el principal objetivo de Manjaro es facilitar la vida de quien lo usa. Desde la instalación, con solo abrir Xnoise podemos reproducir todos los formatos de vídeo y audio que se nos ocurran, incluyendo el vídeo digital (.dv) que en otras distribuciones me ha dado problemas. También podemos leer nuestros documentos, descomprimir nuestros archivos, reproducir vídeos en el navegador… insisto, sin instalar ningún programa adicional. Muy buena implementación de lo que se entiende por «out-of-the-box», o en castellano, «instalar y usar».

Estabilidad
Ni cuelgues, ni ralentizaciones, ni nada parecido. Tratándose de una distro que roza el «bleeding edge», no se puede pedir más. Destacar, como comentaba anteriormente, que en caso de problemas con el kernel por defecto podemos optar por otro más moderno o anterior, incluyendo aquellos que han sido catalogados como versiones de soporte extendido «LTS», como el 3.10 o el 3.14.

Fluidez
La inclusión de XFCE como escritorio por defecto en la edición principal de Manjaro asegura que la distro correrá bien en ordenadores con menos recursos disponibles. En mi caso, nada que objetar. Tan solo recordar que también se puede optar por algo más liviano como Openbox, o algo más pesado y completo como KDE. Para gustos, colores, y en Manjaro han pensando en todo tipo de equipos para ofrecer una experiencia lo más fluida posible.

Gestión de la energía
Volvemos a repetir lo visto en Chakra Euler. Gracias a los nunca suficientemente vilipendiados controladores Catalyst, no puedo ni suspender a RAM ni hibernar. «¡Viva AMD!», dicho con todo el sarcasmo posible, claro. La función de reposo del monitor funciona como debe, destacando la inclusión de los salvapantallas, actualmente en desuso en la gran mayoría de las distribuciones GNU/Linux.

Pruebas de rendimiento
De las diez pruebas a las que someto a las distribuciones que analizo, Manjaro supera a Ubuntu en 4 de ellas, mientras que lo contrario sucede en 5 ocasiones. El test «Pybench» de la suite Phoronix no pude llevarlo a cabo debido a un error desconocido, por lo que su valor se ha despreciado en la nota final. Destacar que Manjaro fue mucho más rápido codificando un archivo de audio que Ubuntu, mientras que fue tremendamente lento a la hora de copiar a la tarjeta micro SD.

Manjaro sigue haciendo muy bien su trabajo. Cogemos un Arch Linux y le añadimos algo más a su paradigma, con lo que tenemos un sistema muy fácil de instalar y mantener para un usuario novel. Arch también lo es, pero para un determinado tipo de usuario más avanzado. Del mismo modo podría decirse que al aumentar el tiempo de liberación de los paquetes de los repositorios de pruebas a los definitivos se está disminuyendo la probabilidad de que se pasen por alto errores que son inherentes a distribuciones «rolling release». Los que llevamos algún tiempo en esto sabemos, porque la vivimos en su día, de la polémica que esto suscitó entre los desarrolladores de Arch (McRae a la cabeza) y los de Manjaro, aludiendo a la problemática de seguridad que suponía.

Las aguas se calmaron, o eso parece. En lo que a mí respecta solo puedo destacar a Manjaro como una distribución que merece mucho la pena. Montones de felices usuarios que la siguen empleando en su día a día parecen darme la razón, pese a que el ambiente que he palpado en sus foros no es el de gran entusiasmo que solía. Da la impresión de que algunos desarrolladores están abandonando el barco (¿de qué me suena esto?) Pero esta es una apreciación muy personal y no tiene porqué ser del todo cierta, ya que no soy un usuario habitual de la distribución y muchas cosas se me escapan.

Sea como fuere, centrándonos en la usabilidad y rendimiento, Manjaro sigue avanzando y consolidándose como una distribución a tener muy en cuenta en un futuro. Un sistema que probablemente, si no se tiene un hardware como el mío (AMD y HP, vaya par), os dará muchas horas de gran rendimiento y escasos problemas. Enhorabuena a los desarrolladores por fijar el objetivo de su distribución en facilitar las cosas al usuario partiendo de una base tan aclamada como Arch. Doble mérito el suyo.

Salud

LO MEJOR

  • Programas propios que facilitan la vida al usuario

LO PEOR

  • Error en la primera (y crucial) actualización con Pamac

FICHA TÉCNICA

Distribución: Manjaro 0.8.10
Entorno de escritorio: XFCE 4.10
Kernel: 3.12.29
Xorg: 1.16.1
Controlador gráfico: fglrx 14.20.7
OpenGL: 4.4.12968
GCC: 4.9.1

 

MANJARO 0.8.10 LSDH
Instalación 9,80
Arranque y apagado 7,50
Software 10
Hardware 7,50
Conectividad 5,00
Out of the box 10
Estabilidad 10
Fluidez 10
Gestión de energía 3,33
Pybench N/D
Apache 20.567,54
Encode-flac 7,65
Unpack-linux 17,35
Unigine Valley 469
Browsermark FF 2.966
Browsermark GC 3.976
Transf. pendrive 4,55
Transf. disco USB 1,13
Transf. SD-card 6,05
Corrección por rendimiento -0,23
Corrección por errores -0,50
CALIFICACIÓN 7,77
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Chakra Euler: conocimos tiempos mejores

Bienvenidos a una nueva etapa de revisiones en el blog. Motivado por un renovado espíritu curioso y unas tremendas ganas de retomar la principal y más demandada actividad de LSDH, me dispongo a relatar mis experiencias con un nuevo lanzamiento de la que siempre consideré mi distribución favorita: Chakra Euler. Como muchos ya sabéis, Chakra es una distro tipo «semi-rolling», que publica una imagen con el estado de los repositorios cuatro veces al año, aprovechando habitualmente para actualizar los paquetes centrales y críticos. Pero el continuo lanzamiento de nuevas versiones no es óbice para que, de cuando en cuando echemos un vistazo escrutador, siempre con cariño, eso sí, al momento en que se encuentra la distro.

Antes de comenzar considero importante hacer un par de puntualizaciones sobre las clasificaciones. He introducido algún cambio en los parámetros, confiriendo mayor importancia al rendimiento ofrecido, de modo que a la tradicional batería de pruebas de la Phoronix Test Suite se viene a añadir un «benchmark» de navegadores (Browsermark 2.1) que ejecuto sobre los dos más utilizados (Firefox y Chrome), a la par que incluyo el tiempo de transferencia de archivos a dispositivos externos como indicador de calidad.

También contamos a partir de ahora con una corrección por errores (leves, moderados o graves), con la idea de reflejar fallos de la distribución que no entran en ninguna de las categorías estudiadas. Podéis consultar el remozado sistema de calificaciones en este enlace. Por pura lógica y sentido de la justicia, se hace necesario hacer tabla rasa y volver a comenzar la clasificación desde el principio. Pues bien, Chakra ha de ser la primera en someterse a revisión con nuestro particular sistema, el cual, os recuerdo, hace especial hincapié en la facilidad de uso, la estabilidad y la experiencia de usuario. No son nimiedades, desde luego. Vamos al turrón, pues.

Instalación
Tribe sigue y seguirá en estado alfa. Se trata, pese a ello, de un instalador muy bueno, de los mejores que podemos encontrar ahí fuera, pero sigue adoleciendo de características que son cada vez más comunes en sus «competidores» (nótense las comillas, por favor). Y cuanto más tiempo pasa más inexplicable resulta la ausencia de mejoras… hasta que uno lee que han decidido prescindir de Tribe para futuras versiones, sustituyéndolo por Calamares, un nuevo marco de instalación que se prevé implementar en muchas distribuciones. No sé qué aspecto tendrá, pero con el nombre se podían haber esmerado un poco más. En cualquier caso, una forma de acercamiento y de convergencia entre distribuciones que no seré yo quien desmerezca: me parece una gran idea.

Entre las cosas que me enervan de Tribe está una que nunca he comprendido por qué ocurre: la mezcla de textos en inglés y en español. Como usuario colaborador en la traducción de la distro y sus herramientas, vía Transifex, simplemente no puedo entender por qué, lanzamiento tras lanzamiento, si uno escoge el idioma de Cervantes siempre surgen múltiples párrafos de texto en Tribe que no se muestran traducidos, cuando me consta que sí hemos trabajado sobre ellos. Puede parecer una tontería, pero afea mucho el aspecto profesional de la distribución.

Y luego está lo peor: la errática instalación de los controladores propietarios de AMD, los archiconocidos Catalyst. Chakra siempre fue una de las pocas (puede que la única, no estoy seguro) distribuciones que permitieron al usuario/sufridor de estas tarjetas y APUs poder disponer de los controladores propietarios desde el mismo momento de la instalación. En pasadas ediciones de Chakra ni siquiera se podía iniciar en modo controladores no libres, mientras que en la que hoy nos ocupa, se inicia e incluso se logra instalar, para luego descubrir que se está usando un controlador vesa que será fuente de no pocos problemas, como veremos a continuación.

La instalación la hice con una resolución de pantalla muy baja (1024×768). Tras el primer reinicio sí pude usar una resolución adecuada, pero a qué precio: los sucesivos reinicios colgaban el sistema, no era capaz de apagar el equipo (quedaba en bucle infinito y necesitaba de un «hard reset»), no se reproducía el vídeo con Dragon Player… Ya preveía un desastre en las puntuaciones cuando caí en la cuenta de que todo se debía a que estaba utilizando un controlador de vídeo genérico (vesa), en lugar del que yo creía que Tribe había instalado (Catalyst). La solución pasa por instalar manualmente los controladores, siguiendo las indicaciones de la wiki de Chakra.

Solventado este importante asunto, que provoca que Chakra inaugure, a mi pesar, las correcciones negativas por fallos graves (la distro queda casi inutilizable con el controlador genérico), me encuentro con un escritorio que presenta el familiar aspecto de siempre. Una estética inigualable, para mi gusto personal. Kapudan nos da, como otras veces, la bienvenida, aunque lo sigue haciendo a medias entre inglés y español (volvemos a lo mismo de antes). A destacar la inclusión de la posibilidad de activar el repositorio extra desde el propio Kapudan, así como las notificaciones de actualizaciones de software en la barra de tareas.

Arranque y apagado
El Chakra Euler instalado en mi equipo se inicia en 45 segundos y se apaga en tan solo 7. Son tiempos más que aceptables. El menú de elección de sistema en el arranque («aka» Grub) está en perfecta consonancia con el tono artístico del resto de la distribución, algo que, como siempre, debemos al fenomenal trabajo de Malcer. El sistema que habitualmente empleo, Ubuntu 14.04, es reconocido y se puede iniciar sin problemas.

Software
La colección de programas por defecto que incluye Chakra Euler es adecuada, con soluciones para la mayoría de tareas básicas que un usuario pueda precisar. Cabe recordar para los puristas de Qt que si no se activa el repositorio extra no se podrá instalar nada que incluya librerías Gtk. Es por ello que todos los programas que vienen con Chakra beben de las fuentes de las librerías Qt: el navegador Rekonq (2.4.2), la suite Calligra (2.8.6), el reproductor de medios Amarok (2.8.0) o el de vídeo Dragon Player (2.0) son solo algunos ejemplos. Considero un acierto la inclusión, en su momento, de Octopi para facilitar la instalación de software a usuarios poco cómodos con el uso de la terminal, si bien el propio programa llama a una instrucción que ejecuta el shell de comandos. Pese a esto, es sencillo de usar y cuenta con un indicador de actualizaciones, como comentaba antes.

Hardware
Comenzaré con todo lo que Chakra Euler reconoce con solo encenderlo: el escáner (probado con Skanlite), la webcam (ídem, con VLC, pues no funciona Kamoso) y el adaptador de red wifi (funciona desde el entorno en vivo pre-instalación). La impresora es caso aparte, por desgracia, al precisar de un software propietario (un «plugin» de HP), problema que en otras ocasiones logré salvar usando el controlador «foo2zjs», disponible en CCR. A día de hoy, dicho paquete no está actualizado (falla la suma MD5) y se debe instalar de modo manual. Pese a no ser excesivamente complicado (lo explico aquí), yo diría que excede los conocimientos de un usuario novel o medio, por lo que no puedo reconocer a Chakra el mérito de proporcionar una fácil instalación de la impresora que poseo, cosa que sí hace, por ejemplo, Ubuntu.

Todo ello ocurre a pesar de que, con solo encender la impresora, se nos muestra el mensaje de que se está configurando y que, tras unos segundos, queda «lista para imprimir». Pronto descubriremos que no es así: la impresora no imprime y se necesitan seguir los pasos anteriormente descritos.

Conectividad
En el apartado referente a la conectividad, Chakra Euler falla en la comunicación con mi equipo portátil con Windows 7 a través del protocolo habitual (samba). Pese a estar instalado de serie, el servicio correspondiente de systemd (samba.service) no parece funcionar, lo que provoca un mensaje de error en Dolphin al intentar acceder al equipo remoto. La copia de archivos a pendrive, disco duro externo USB y tarjeta de memoria SD-mini se produce sin contratiempos, aunque en todos los dispositivos la velocidad alcanzada es inferior a la lograda en Ubuntu.

Mas no todo es negativo, pues no queda ni rastro de las cuestiones comentadas en mi entrada «Solucionando problemas en Chakra» en lo que respecta a las congelaciones del escritorio y la bajísima velocidad de transmisión. Punto positivo para el equipo de Chakra.

Experiencia de uso
Como ya es habitual con esta distribución, se nos ofrece una experiencia «out-of-the-box» prácticamente perfecta en cuanto a reproducción de formatos de archivo. Podemos abrir casi todo lo que almacenamos en nuestro disco sin recurrir a la instalación de programas adicionales. El único pero está en que Dragon Player no abre el formato de vídeo digital (.dv), algo que se resuelve fácilmente con la instalación de VLC.

Rekonq, por otra parte, sigue presentando algunas lagunas en determinadas páginas. Si optamos por Firefox (que, recordemos, está en el repositorio extra), es altamente aconsejable instalar los paquetes oxygen-gtk2 y oxygen-gtk3 si no queremos que se vea realmente horrible.

Estabilidad
Más allá de lo referido anteriormente acerca del controlador de vídeo erróneo, cuando caí en la cuenta y puse remedio al tema se resolvieron todos los extraños comportamientos (impropios de Chakra, la verdad) que me habían acontecido. Abreviando: si eres el sufrido poseedor de una tarjeta gráfica o APU de AMD y deseas instalar Chakra Euler tienes dos opciones: quedarte con los controladores libres, que funcionan muy bien siempre que no vayas a utilizar el equipo para jugar o, como segunda posibilidad, instalar la distro con dichos controladores libres para luego recurrir a la wiki y pasar a los privativos.

Fluidez
Nada negativo que destacar en este apartado, lo normal cuando hablamos de Chakra. Un KDE liviano y, sin embargo, estética y funcionalmente perfecto, como es marca de la casa. Pasan los años, pasan las distros, y sigo sin encontrar una experiencia KDE parecida a la que ofrece Chakra.

Gestión de energía
Que los controladores privativos de AMD son cada vez peores es algo que, por desgracia, parece irrefutable. Hace ya varios meses que me resulta imposible, use la distro que use, suspender a RAM o hibernar. Únicamente se puede hacer en Windows, pues cualquier intento de hacerlo en GNU/Linux provoca que, inmediatamente tras entrar en estado de suspensión o hibernación, el equipo se reinicie. Si Nvidia mereció en su momento el famoso dedo de Linus, ¿cuántos dedos merece, por acumulación, AMD? Pues eso.

Rendimiento
Como ya comentaba más arriba, me he propuesto dar mayor importancia a las pruebas de rendimiento a la hora de evaluar las distribuciones GNU/Linux. Contamos ahora con 10 puntos de prueba con los que estimar el mejor o peor desempeño respecto a Ubuntu LTS, en los que Chakra solamente es superior en 3 de ellos. Destaca la gran velocidad de codificación de formato FLAC, mientras que, por el contrario, se muestra bastante inferior en el rendimiento gráfico (pese a Unity, lo que son las cosas) y en la transferencia de datos a dispositivos externos.

Sienta bien volver a las revisiones, mejor de lo que esperaba. Lo cierto es que había llegado a un punto de saturación que aconsejaba descansar y dedicarse a otras historias. Superado el mal momento, he disfrutado con la evaluación y probatura de mi distro preferida, la que adorna la cabecera de este blog.

Y eso es así aunque actualmente no la use demasiado a menudo. Es una cuestión de practicidad y compatibilidad, a la par que de seguridad: el modelo «semi-rolling» está muy bien, pero KDE saca versiones como churros y va demasiado rápido para mis necesidades actuales. Casi siempre hay algo que falla. Chakra va dando pasos hacia la facilidad de uso (Kapudan y el repo extra, Octopi y las notificaciones…), si bien me parece que sigue sin ser adecuada para usuarios noveles, algo que, nunca está de más recordarlo, jamás fue el objetivo de la distribución ni creo que lo sea.

Chakra Euler es continuista, como no podía ser de otra manera, en la filosofía y carácter de la distribución. Centrada en KDE y dirigida a sus pocos pero fieles incondicionales, es el único refugio de los que desean una experiencia completa de uso de este popular escritorio y no pueden renunciar a las librerías de 32 bits (la gran limitación de KaOS). Pero aun así, me queda la impresión de que corrieron tiempos mejores para esta distro, unos en los que se podía instalar con los controladores privativos sin problemas y la impresora funcionaba sin comerse demasiado el coco, o en los que los paquetes en CCR eran mejor mantenidos.

Pero esto escapa a la capacidad de los desarrolladores. A la hora de buscar culpables: AMD y sus controladores, HP y los suyos, cada usuario de CCR y su tiempo para dedicar al repositorio. No obstante, la decisión de seguir incluyendo una opción de instalación con controladores propietarios o el error al cargar los servicios de samba sí pueden apuntarse en el demérito del equipo de Chakra. Que cada palo aguante su vela, pues. Chakra Euler sigue siendo una gran distribución gracias al trabajo de su pequeño pero dedicado equipo de desarrollo. Y que este 7’09 de puntuación no lleve a nadie a engaño. Tened en cuenta siempre, por favor, que la combinación del hardware de cada cual con la distro que se analiza produce un resultado muy variable. Sin esta premisa en mente todo el trabajo que aquí realizo vale para bien poco.

Salud

LO MEJOR

  • Como siempre, la experiencia KDE y la estética muy cuidada

LO PEOR

  • Error al instalar con los controladores propietarios AMD
FICHA TÉCNICA
Distribución: Chakra Euler
Entorno de escritorio: KDE 4.14.1
Kernel: 3.15.5
Xorg: 1.15.2
Controlador gráfico: fglrx 14.10.2
OpenGL: 4.4.12874
GCC: 4.9.0

 

CHAKRA EULER LSDH
Instalación 9,00
Arranque y apagado 8,75
Software 8,75
Hardware 7,50
Conectividad 5,00
Out of the box 9,58
Estabilidad 10,00
Fluidez 10,00
Gestión de energía 3,33
Pybench 3.802
Apache 19.389,79
Encode-flac 7,62
Unpack-linux 17,51
Unigine Valley 441
Browsermark FF 2.791
Browsermark GC 3.970
Transf. pendrive 4,17
Transf. disco USB 1,23
Transf. SD-card 5,43
Corrección por rendimiento -0,23
Corrección por errores -1,00
CALIFICACIÓN 7,09

Solucionar problema de batería en Cyanogenmod 11

Como comentaba recientemente he vuelto a instalar Cyanogenmod 11, versión Novafusion (también conocida como Maclaw, por su autor), en mi Samsung Galaxy S3 Mini. Mi primera experiencia con esta ROM no acabó demasiado bien, debido a que existía un problema de consumo excesivo de batería, con sobrecalentamiento añadido (ambas cosas relacionadas entre sí) que hacían inviable su uso. Confieso que, como en tantas ocasiones me ha ocurrido con las distribuciones de GNU/Linux, ciertos errores disparan en mí una sensación de malestar, seguida por la imperiosa necesidad de instalar otra cosa. En este caso lo que hice fue volver a la «stock ROM» del fabricante, que obtuve de la web de Sammobile.

Pero tras regresar a la libertad del mundo sin Google con una nueva instalación de Cyanogenmod 11, y tras constatar que el susodicho error continuaba presente, se me ocurrió que lo adecuado sería investigar por qué sucede y tratar de ponerle fin.

Era obvio que algún proceso se encargaba de mantener al móvil «despierto» todo el tiempo, impidiendo que entrase en modo de reposo, y consumiendo batería sin parar. Para averiguar de qué proceso se trataba hube de instalar una aplicación disponible en F-droid: BetterBatteryStats. Gracias a ella pude indagar en el tema y descubrir que el proceso maldito estaba asociado al «widget» del reloj de Android, conocido como cLock. Dicho «widget» trataba de averiguar la localización actual del teléfono, a través de la red wifi, para determinar la meteorología y, por algún tipo de error, entraba en una especie de bucle.

El tal cLock provoca en ciertas ocasiones, para más inri, la congelación del reloj del sistema. Sí, es una aplicación completita, la verdad. Puesto que el «widget» no es desinstalable, la solución pasa por denegarle los permisos para usar la red wifi y de datos. Esto se hace en «Ajustes –> Privacidad –> cLock». Allí escogemos «Denegar» en la opción «Ubicación», con lo que el «widget» ya no tiene permiso para hacer sus tropelías. Posteriormente opté por descargar un nuevo reloj con meteorología desde F-droid, en concreto uno llamado «Dash clock«. El programa cLock forma parte de Android y no se puede eliminar, o al menos yo no he sido capaz, pues lejos de limitarse al «widget» controla también el reloj del sistema, razón por la que no basta con quitarlo de la pantalla de inicio.

Una vez realizados los mencionados cambios, ni el reloj del sistema se ha vuelto a congelar ni la batería a calentar, lo que me permite disfrutar de un sistema rápido, fluido y que consume mucho menos que el del fabricante, a la par que está actualizado a la última versión de Android. Y, por supuesto, libre de Google y demás. Espero que el «tip» le sirva a alguien.

Salud, amig@s.

Jaulas de oro

Normalmente cuando las ganas de escribir se hacen ya irrefrenables, las palabras suelen fluir de los dedos hasta el teclado y la pantalla con facilidad, como algo natural, que sigue su curso. Hoy, sin embargo, cuando tengo ante mí la inmensidad de una página en blanco, no sé cómo empezar. Oh, espera, si ya he comenzado… Pero dije que me retiraba del blogueo… ¿O eran unas vacaciones indefinidas? ¿Qué decir ahora? ¿Cómo vendo este enésimo cambio de parecer?

Espera, tranquilo, haz una pausa, respira. Es tu blog personal, no tienes que convencer a nadie más que a ti mismo. Casi lo había olvidado. Pues hala, convencido, vamos a continuar.


Os cuento hoy mi historia de resignación veraniega. Otra más, añadiría. Sabéis ya de sobra cuándo y por qué caí presa de la comodidad y la facilidad que da un sistema operativo propietario, uno que te lo entrega todo masticado a costa de pagar un doble precio: por un lado el dinero que cuesta y por otro el tener la seguridad de que tus datos son vendidos, reutilizados y tratados cual mercancía por varias empresas de renombre. Más adelante os explico cómo volví a tener conciencia de esto y el porqué no me apetecía seguir tapándome la nariz solo a cambio de… nada, en realidad.

Tras abrir la caja de Pandora linuxera en mi artículo de despedida comencé a hacer uso del sistema operativo propietario que mi distribuidor informático local me había instalado en el equipo de «aquella manera». Pronto descubrí que el tiempo le había afectado en muy mala forma a Windows 7, y era momento de probar la novedosa versión 8.1. El cómo conseguí probarla lo dejo a vuestra imaginación. No me siento orgulloso de ello, ciertamente, y ése es otro de los motivos para volver a GNU/Linux.

Usando Windows 8.1
En honor a la verdad, y esto es algo innegociable en mi forma de ser, tengo que admitir que la última versión de Windows constituye un buen sistema operativo. Por citar una virtud, aparte de las ya conocidas de tener acceso a la práctica totalidad de los programas, nos sirvan para algo o no (pero, ¿y lo bien que queda?), diría que se apaga muy rápido… si no fuera porque es una verdad a medias. La realidad es que hiberna en lugar de apagarse, lo que deja la partición NTFS en un estado de inestabilidad permanente que provoca errores a la hora de realizar el montaje desde GNU/Linux. Esto tiene solución, por cierto, desde el «Panel de control», pero no es algo que nos ocupe hoy.

Retomando el tono serio, es cierto que sí, que es un buen sistema. Ha mejorado mucho desde versiones pretéritas, lo admito. Además de resultar más fluido que sus predecesores, pude reencontrarme con una antigua afición: los videojuegos. Disfruté durante el verano de «The walking dead«, de Telltale Games, una especie de aventura gráfica muy conseguida, en la cual el peso de las decisiones que vamos tomando se nota sobre los hombros de un modo fantástico y a la vez turbador. Muy recomendable para los amantes del género y a un precio bastante asequible en la tienda de la compañía (en Steam es un poco más caro). Fin de la cuña publicitaria.

Resumiendo mi experiencia: me abandoné a Windows de un modo absoluto. Outlook y su calendario, junto con Onedrive, reemplazaron a ownCloud, tanto en mi equipo como en mi móvil. Google tomó el relevo de DuckDuckGo. Cero dificultades, todo comodidad. Vamos ahora con el precio a pagar.

El correo de Amazon
Una tarde del este año no tan cálido verano, me acordé de una sugerencia de un libro que había recibido unos meses atrás. Ni corto ni perezoso la introduje en Google y rápidamente tenía toda la información disponible ante mí. Al final, por razones que no vienen al caso, desestimé la lectura del libro y me dediqué a otros menesteres.

A la mañana siguiente, puntual cual lechero de los de antaño, tenía en la magnífica bandeja de entrada de mi correo Outlook un mensaje de la tienda de libros de Amazon con recomendaciones para comprar, siendo la primera, oh maravilla, el libro sobre el que buscaba información la tarde anterior en Google. Enseguida me surgieron preguntas con respuestas inconvenientes, como por qué Amazon conoce mi correo Outlook de reciente creación, por ejemplo. Y por qué Google cede los datos de mi búsqueda a dicha tienda, lógicamente a cambio de dinero. Y por qué cojones (con perdón) tengo que aguantar que me vengan a vender libros a mi correo electrónico. Sí, lamento la expresión, pero sirva para reforzar el tremendo cabreo que tenía en su momento.

Esta fue la razón número uno para replantearme la idoneidad de la herramienta que estaba empleando para poder usar mi ordenador. Incluso la de mi móvil, ya de paso, pues desde hacía varios días venía notando una actividad inusual de intercambio de datos en el teléfono que no parecía obedecer a algo legítimo. Todo ello con los servicios de Google corriendo en segundo plano… Buen momento para replantearse la instalación de Cyanogenmod.

Piratas del Caribe
Los que me habéis leído con asiduidad sabréis que tengo un niño de 7 años. Como rama dichosa que al árbol sale, siente bastante interés por la tecnología en general y los videojuegos en particular. En concreto, desde que anunciaran la última versión de un conocido simulador de fútbol en la tele me pregunta si no sería muy caro. En un primer momento vienen a mi mente tres palabras: «The Pirate Bay». Pero claro, luego hay que reflexionar: ¿qué educación quieres darle a tu hijo? Está en una edad en la que comienza a discernir con claridad el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto, lo moralmente aceptable de lo que no lo es tanto. Sé de buena tinta que el software, en demasiadas ocasiones, es exageradamente caro para lo que ofrece. Pero también tengo buenos amigos que desarrollan programas como modo de ganarse la vida. Descargar y usar software pirata no es éticamente aceptable, aunque sean creaciones de enormes compañías norteamericanas.

Y esa es la razón número dos. Quiero que mi hijo sepa que cuando uso algo lo hago con todo el derecho a usarlo. Lo que compro, porque lo he pagado. Y lo que la comunidad del software libre me ofrece desinteresadamente, porque disfruto usándolo y compartiendo mis experiencias con los demás.

Imagen de Píllate un Linux

Así que en ésas estamos. Ya no hay rastro de sistemas adquiridos de aviesas maneras en mi ordenador. Tan solo queda Ubuntu (libre de Amazon, claro) y una partición de pruebas a la que no sé si volveré a darle uso. Ya iremos viendo. En mi móvil, Cyanogenmod 11 ha regresado con renovados bríos y sin problemas de batería (los hubo, pero la solución a los mismos la dejo para otro artículo). En mi portátil, un Windows 7 legítimo que va más lento que el caballo del malo (4 años sin reinstalar, todo un récord, pero vaya como se arrastra el pobre sistema) con un Xubuntu 12.04 que apenas uso.

Tengo dos motivos para estar muy contento: por una parte han regresado las ganas de escribir en mi tiempo libre. Y los que han sido inoculados con esta enfermedad saben que solo se cura dando rienda suelta a lo que te pasa por la cabeza. Cuando uno tiene un blog, ese es el mejor lugar para hacerlo. Claro que, tampoco sé cuánto durarán, pero de momento ahí están. Y, por otro lado, por haber abierto la jaula de oro y piedras preciosas, que te da mucha comodidad, mucho instalar y usar, etcétera. Pero hay un precio, uno que se puede estar dispuesto a pagar o no. Yo, de nuevo, no lo estoy. Se acabaron las vacaciones.

Salud, amig@s.