Hola, «amigo» de Facebook. Hola, «tuitero» al que sigo. Este artículo es para agradecerte la información que contínuamente me aportas. Sí, esa que tú y yo sabemos. Creo que tu dedicado esfuerzo a iluminarme sobre los malvados que nos acechan tras las próximas elecciones bien merece unas líneas de complacencia. Sin ti, sin tus sagaces comentarios y acertadas reflexiones que se apoyan en artículos publicados en medios tan imparciales como el diario de las tres letritas o el que se otorga la razón directamente desde su cabecera, ¿qué sería de mí, y por ende, de mi valioso voto?
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Imagen: Shutterstock |
Tú te arengas el derecho a ejercer del nuevo centinela de occidente, que nos protege para quitarnos de la cabeza la más mínima intención de servir a intereses oscuros, a conspiraciones del rojerío y los masones. En tu opinión, tan diáfana, tan clarividente, nos está comiendo el coco el diablo, que ahora ya no se viste de Prada, sino de Alcampo. De ahí tu interés en hacerme ver la luz. En comparar prácticas comunes del mundo universitario con tramas enteras de corrupción. En definitiva, en pretender que 1.800 euros son lo mismo que miles de millones defraudados y robados. Claro, va a ser eso, que yo no lo veo pero tú sí.
Pues permíteme responderte. Oye, que a lo mejor llevas tú razón. Lo mismo Pablo Iglesias habla con el mismo pajarito que el presidente de Venezuela. Y todos los «tweets» falsos que manipulan burdamente por ahí son en realidad ciertos. Que es tan torpe como para llamar «casta» a los médicos, cuando entre sus filas éstos se cuentan por cientos. O que en su partido no se votan las decisiones programáticas, que todo lo imponen los cabecillas, esos «perroflautas» de Izquierda Anticapitalista. Las montones de veces que yo he votado dichas decisiones deben ser alucinaciones mías. Voy a tener que ir dejando las drogas de diseño…
Pero, a lo mejor, solo a lo mejor, resulta que tú lees lo que quieres leer. Que necesitas reafirmarte en tu voluntad férrea de seguir defendiendo a ladrones, corruptos y vividores. O que tu primo trabaja en una Empresa Pública de Andalucía, no sujeta a convenios ni a contrataciones mediante concurso-oposición, y estás esperando a ver cuándo te enchufa. O a lo mejor tu familia come gracias a una concesión con la Junta que temes que se vaya a acabar si no se perpetúan los mismos en el poder. Te suena los de «red clientelar», ¿verdad? ¿Son estos tus motivos? Y yo qué sé.
Lo que sí sé es que el voto es libre, o eso parece. Y secreto. Tienes derecho a ir a las urnas y obviar la Gurtel, los ERES, las tarjetas Black, la caja B de la calle Génova, el robo de las preferentes, los recortes de derechos al servicio de voluntades de personas no escogidas por el pueblo y que hablan alemán, Rato y su campanita con sonrisa sardónica, los aforados para eludir la acción de la justicia ordinaria… Y los desahucios. Y los suicidios. Y el futuro que nos espera a nosotros y a nuestros hijos.
Tienes derecho a todo eso. A taparte la nariz, una vez más, y depositar tu confianza en los mismos de siempre. Los que votan en contra de las medidas de transparencia cuando los pequeños partidos las exponen en el Congreso (qué barbaridad, impedir que te juzgue alguien designado por tu partido en lugar de la justicia ordinaria…). Así como tienes derecho a eso, lo tengo yo a proclamar que das cobijo a actuaciones de criminales. Que apoyas a sinvergüenzas, que los jaleas para que nos sigan robando. Que no te importa que continúen adelante con la farsa de democracia en la que nos metieron, sin comerlo ni beberlo, durante la «modélica» transición.
Una cosita te digo: no seas cobarde. Si crees en eso, si te parece que tú también robarías si estuvieras en su lugar, y no hacen nada malo, admítelo. Sé valiente y vota sin taparte la nariz. Pero déjame tranquilo ya con tus discursos del chavismo, de los rojos, de que son peores los que han de venir que los que están. Deja de señalar noticias publicadas por medios con intereses muy claros en esta cuestión, con consejos de administración controlados por capitales a los que les va la vida en que no se rompa el statu quo. Y, sobre todo, no pretendas que tú eres el listo y yo el borrego y el populista, igual me ofendo y contesto, que llevo ya mucho tragado este último año.
Porque, y termino amigo mío, si tuvieras dos dedos de frente te quitarías la venda y pensarías en la extraordinaria anormalidad que acompaña a esa gigantesca lupa que han colocado sobre la gente de Podemos. Verás que no es natural, que no es ni tan siquiera lógica. Y obvian que el partido no son sus cabezas visibles, que somos muchos, que las decisiones las toma la gente, por otra parte. Verás cuántos esfuerzos dedican a silenciar y tamizar noticias, cuán dados son a la publicación del titular sibilino en letras gigantes y a la rectificación semi-escondida en pequeñito. Te puede no gustar Podemos. Pero, ¿tampoco Ciudadanos? ¿UPyD? ¿Equo? Alternativas tienes, no me cuentes milongas. Mas si quieres seguir al servicio de estos poderes invisibles, es tu elección. Y no seré políticamente correcto: ni la comparto ni la respeto. Te mueve el puro egoísmo o el deseo de ser como ellos, no hay más.
Mi ilusión por el cambio no la vas a matar. Hay que acabar con estructuras creadas para perpetuar a los mismos en el poder. Te presupongo inteligencia para saber que eso no se consigue haciendo lo mismo de siempre, tapándose la nariz y votando de modo cautivo. Y no creas que estoy ciego, que yo no pongo la mano en el fuego ya por casi nadie. Pero ya habrá tiempo, si es preciso, de poner a los nuevos en su sitio si es que demuestran merecerlo.
Salud