Menudo mes y pico nos espera a los amantes del «distro hopping» por curiosidad y novelerío. Varios lanzamientos, algunos de ellos largamente esperados, copan los días venideros mientras nos frotamos las manos esperando a que caigan en nuestras ídem las imágenes prestas a su instalación. Elementary, Debian, Ubuntu y alguna que otra más, como aquella con la que vamos a comenzar el largo camino de revisiones: la nueva Linux Mint Debian Edition, de ahora en adelante LMDE, de nombre Betsy. Se trata de una versión un tanto especial, que se ha hecho de rogar y mucho, tanto que algunos de los que solían usarla llegaron a crear un «fork» (SolydXK) para satisfacer su demanda de actualizaciones.
LMDE 2, al contrario que su predecesora, asienta su base en Debian Jessie, que verá la luz, si todo va bien, de aquí a un par de semanas. Según entiendo de la documentación revisada, la distribución mantendrá los repositorios apuntando a la rama estable de Debian (LMDE 1 lo hacía a»testing»), pero con el añadido de varios «repos» de cosecha propia, donde aseguran que actualizarán ciertos paquetes, en especial los referidos a los dos entornos de escritorio que alcanzan su excelencia en Linux Mint, es decir, Cinnamon y Mate. Insisto, si he entendido bien el mensaje de Clem y compañía, las novedades en ambos entornos se lanzarán antes en LMDE que en la versión basada en Ubuntu.
Si esto es así, trabajo tienen por delante para conjugar la estabilidad a prueba de bombas que proporciona una base en Debian Jessie con la rabiosa actualidad de nuevos paquetes para Cinnamon o Mate. El tiempo dirá si lo consiguen. Por mi parte, os voy a comentar aquí mis impresiones sobre esta segunda versión de la distribución, que he probado con Cinnamon.
Instalación
Durante el inicio de la sesión en vivo se produce una larga pausa, de un minuto o más, durante la cual nada parece suceder. No hay lecturas en disco ni oigo el ventilador del equipo a tope como cuando la CPU trabaja duro. Nada de nada. Este comportamiento, que también he observado en una reciente prueba de Arch con Gnome 3.16, se reproduce una vez instalada la distribución, en todos y cada uno de los inicios al sistema. ¿Problemas con systemd? ¿El nuevo kernel? Ni idea, lo único que puedo aportar al asunto es que mi Ubuntu Trusty sigue arrancando con la rapidez habitual, libre de este problema.
En lo que a la instalación se refiere, poco nuevo que señalar. El proceso es sencillo, con una presentación de diapositivas que carece de imágenes y además, está en inglés. Todo concluye sin incidencias y al reiniciar, el entorno está en castellano y han sido reconocidos el resto de sistemas que coexisten en el equipo.
Arranque y apagado
Lo indicaba en el párrafo anterior: el arranque se hace eterno, con un minuto y treinta y seis segundos. Ya sé que el Windows de algunos tarda el triple en echar a andar, pero estamos en GNU/Linux, qué narices, y aquí en los dominios de Tux no es una cifra aceptable. Algo anda mal en el inicio del sistema. El apagado tampoco destaca para nada: once segundos. Se trata, sin duda, de los peores tiempos obtenidos últimamente en mis revisiones.
Software
LMDE, como su hermana basada en Ubuntu, viene con una buena colección de programas, entre los que se incluyen Firefox 37, Libreoffice 4.3.3, VLC 2.2.0 o Banshee 2.6.2. Sobre la reiterada inclusión de este último, bueno, en mi opinión no es la mejor opción disponible… pero son sus costumbres y hay que respetarlas.
Reconocimiento de hardware
Realmente bueno. Para configurar mi impresora tuve que hacer uso de las utilidades de HP disponibles en el gestor de programas. HP-Setup no siempre funciona, en especial falla el apartado de descarga del «plugin» propietario en determinadas distribuciones, mas no es el caso de LMDE, donde todo va como la seda. El resto de dispositivos los reconoce de inmediato.
Conectividad
Vaya si echaba de menos los tiempos en que todo iba de maravilla en este apartado. La pre-configuración de Samba incluida en LMDE es perfecta, haciendo que la conexión con un equipo Windows sea un juego de niños. Recuerda las contraseñas de una sesión para otra y permite hacer «streaming» multimedia sin que el usuario tenga que configurar nada en absoluto. Perfecto. Los tiempos de acceso para lectura y escritura a periféricos, por el contrario, son harina de otro costal, obteniendo unos pobres resultados muy por debajo de los de Linux Mint Rebecca.
Experiencia «out of the box»
Absolutamente genial. Poco más que añadir. Reproducción sobre la marcha de cuantos archivos le puse por delante, de vídeos en Youtube, extracción y compresión, lectura de PDFs… Y, nuevamente, sin que el usuario deba preocuparse de instalar nada.
Estabilidad, fluidez y gestión de energía
Como comentaba antes, ignoro si el equipo de desarrolladores conseguirá mantener la estabilidad que se presupone a Debian Jessie tras la inclusión de nuevos paquetes de los repositorios de pruebas de Linux Mint. Hoy por hoy, doy fe de que lo han logrado. La experiencia de uso ha sido muy buena, con total fluidez del sistema y sin cuelgues de aplicaciones ni del entorno gráfico. Tan solo un pequeño lunar, que califico como error leve: tras un cierre de sesión, al volver a entrar, el entorno había cambiado al idioma inglés, siendo preciso volver a seleccionar el español en el apartado correspondiente. Es extraño, porque en dicho apartado figuraba el español como escogido, pero no fue hasta que volví a insistir en seleccionar lo ya seleccionado, que el entorno regresó al castellano. Nimiedad de fácil solución, por fortuna.
Rendimiento
Por debajo de Linux Mint Rebecca, con especial énfasis en los tiempos de lectura y escritura al «pendrive» y la tarjeta de memoria. En lo referente a la prueba de rendimiento gráfico en 3D, Unigine Valley, destacar que obtuve un valor mucho mayor tras seleccionar la casilla «desactivar composición de ventanas a pantalla completa», disponible en las opciones generales de LMDE. Un considerable incremento del rendimiento, de 437 a 468 puntos. Valga el consejo para quienes pretendan usar la distro para juegos.
Finalizada la revisión de LMDE Betsy me vais a permitir que insista en que, quizás, lo más destacable estriba en la incertidumbre que adorna el título de este artículo. Como idea, esto es, en la teoría, la distribución puede ser un auténtico bombazo: la tan ansiada búsqueda del equilibrio entre estabilidad y novedad puede haber finalizado con la decisión que ha llevado a Clem Lefebvre y su equipo a plantear su versión «debianita» de Linux Mint en estos extremos.
Y es que, sinceramente, todo lo demás me sobra por ya conocido. Alguien que tenga la intención de instalar esta distribución podría plantearse, antes que nada, qué le va a aportar que sea distinto a instalar Debian puro y añadir Cinnamon. Algo que, dicho sea de paso, nunca fue tan sencillo al incluirse esta posibilidad en el nuevo instalador de la «gran dama». La respuesta está en la propia página de descarga de LMDE:
LMDE no es tan «mainstream» como Linux Mint, con una base mucho más pequeña de usuarios, no es compatible con PPAs y carece de ciertas características. Esto la hace algo más complicada de usar y de encontrar ayuda, por lo que no se recomienda para usuarios noveles.
LMDE es, sin embargo, ligeramente más rápida que Linux Mint e incorpora paquetes más nuevos. La vida en LMDE puede ser apasionante. No hay versiones intermedias en LMDE 2, salvo para reparar errores y parches de seguridad, los paquetes básicos no cambian, mientras que los componentes del escritorio y paquetes propios de Mint son actualizados contínuamente. Cuando están listas, las nuevas características desarrolladas entran directamente en LMDE 2, mientras quedan aplazadas en Linux Mint hasta su inclusión en la nueva versión intermedia (N. del T.: point release, es decir, la 17.1 o 17.2, por ejemplo). En consecuencia, los usuarios de Linux Mint solamente acceden a las nuevas características cuando sale una nueva versión intermedia, y escogen actualizar. Los usuarios de LMDE 2 no tienen esta posibilidad de escoger, pero a cambio reciben los primeros estos paquetes, y no tienen que esperar. Es más arriesgado, pero más emocionante.
Creo que el texto lo deja bastante claro. LMDE Betsy es una distro estable pero inestable. Debian Jessie con paquetes nuevos que sirven de probatura a la distro principal de Linux Mint, en particular todos los referidos a nuevas características de Cinnamon y Mate, o a los programas de factura propia, como MintInstall. En principio parece una gran idea, aunque cabe puntualizar que del comunicado se desprende que los paquetes nuevos se van a limitar a los mencionados, por lo que nadie debe esperar encontrar en LMDE las últimas versiones de programas como Libreoffice o VLC, por poner un par de ejemplos. Con lo que el puzzle se completa: base estable + escritorio «testing» + programas obsoletos. Interesante, cuanto menos.
No seré yo quien prejuzgue esta extraña combinación. Bien llevada puede ser, como digo, una genial idea. Os corresponde a vosotros, a los que la curiosidad os esté picando para instalar este nuevo sabor mentolado, la última palabra. Por el momento, en mi experiencia durante sus primeras horas de vida, LMDE Betsy se ha comportado de modo impecable. El reto está en mantenerse así durante todo su larguísimo ciclo de vida.
Salud
LMDE 2 BETSY | LSDH |
---|---|
Instalación | 10 |
Arranque y apagado | 5 |
Software | 10 |
Hardware | 8,75 |
Conectividad | 10 |
Out of the box | 10 |
Estabilidad | 10 |
Fluidez | 10 |
Gestión de energía | 3,33 |
Pybench | 2.993 |
Apache | 15.488,92 |
Encode-flac | 13,15 |
Unpack-linux | 17,92 |
Unigine Valley | 468 |
Browsermark FF | 2.930 |
Browsermark GC | 4.146 |
Transf. pendrive | 5,19 |
Transf. disco USB | 0,56 |
Transf. SD-card | 6,44 |
Corrección por rendimiento | -0,81 |
Corrección por errores | -0,25 |
CALIFICACIÓN | 7,94 |