El relevo estacional que supone la llegada del verano y el adiós de la primavera es, para la gran mayoría de los mortales, el más esperado y el que contiene una mayor carga significativa de que algo cambia: el trabajo por el ocio, el fresco por el calor, el estudio por la fiesta. Repasando mis anteriores veranos desde que existe el blog me encuentro con una primera toma de contacto con mi realidad de «distro hopper» en 2012; la asunción, con proclama incluida, de Chakra como distribución favorita en 2013 y la crisis linuxera que me llevó a tomarme un respiro el pasado año. Fue precisamente esta última la causante de que me pasase el período estival iniciando en Windows y disfrutando de su casi única ventaja incuestionable sobre GNU/Linux: los videojuegos de cierta enjundia.