El síndrome del linuxero aburrido

Tal vez porque me dedico a la Enfermería o a lo peor porque soy muy novelero, el caso es que me encanta inventar nuevas definiciones patológicas para los comportamientos que observo en la gente que me rodea, además de en mí mismo. Esta semana se me ha ocurrido otra forma de proceder que se podría considerar de anómala o poco saludable, mientras dedicaba unos minutos a comparar mi actividad linuxera presente y la de hace 7 días. La diferencia entre ambos períodos de tiempo estriba en el trabajo que yo llamo «de la vida real», ese que no se realiza frente al monitor sino en el particular campo de batalla de cada cual. El mío es un hospital, servicio de Urgencias, y cuando estoy allí, inmerso en el bullicio, nada más parece importar, hasta el punto que uno se adapta perfectamente a las herramientas informáticas de las que dispone. Y allí, os lo aseguro, todo es Windows. Cuando algo falla, por lentitud o por lo que sea, no dedico un segundo de mi valioso tiempo en pensar que con GNU/Linux todo sería diferente. Si hace falta recurro al viejo axioma informático: apaga y vuelve a encender, que ya se resolverá el problema por sí solo.

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Chakra Fermi: excelente una vez más

Lo han vuelto han conseguir. Los desarrolladores de Chakra han continuado con su proceder habitual, lento pero seguro, y el resultado es, de nuevo, una gran experiencia de uso. Tratándose de una distribución que entrega Plasma 5 en exclusiva, sin más alternativas que LXQt (si se es usuario aventurado), se podrá comprender que la empresa no ha sido en absoluto sencilla. Hace algunos meses se planteaba en los foros la opción de continuar dando soporte a KDE 4 o bien pasar directamente a sacar una nueva ISO con Plasma 5. La respuesta más numerosa de los usuarios – yo entre ellos – fue un sí al nuevo escritorio, pero cuando estuviese lo suficientemente maduro como para no suponer una experiencia infernal, a lo KDE 4 en sus inicios. Sigue leyendo «Chakra Fermi: excelente una vez más»

Adiós a AMD: gracias, Yoyo Fernández

Siguiendo con los refranes, que le voy cogiendo el gustillo: «de bien nacidos es ser agradecidos». En un artículo de hace unos días, «Historias corrientes«, relataba un problema con Ubuntu 14.04.3, que provocaba una congelación en el escritorio, imposible para mí de solucionar o depurar. Al no conocer la causa, no hay posibilidad de culpar a un componente en concreto, – salvo a mí, el de detrás del teclado – pero por alguna razón las miradas se fueron a posar, otra vez, en mi chip gráfico AMD. Es una GPU A8 que integra una Radeon HD 6550D, con un rendimiento aceptable en Windows y pésimo en GNU/Linux. Por no hablar de los problemas derivados de la tardanza en sacar controladores compatibles con cada nueva versión de Xorg, que dificulta el uso de los Catalyst (los propietarios) en distribuciones de carácter «rolling release», como Arch Linux. Sigue leyendo «Adiós a AMD: gracias, Yoyo Fernández»

Primeras impresiones de openSUSE Leap 42.1

Siempre creí que el dicho que reza «la primera impresión es la que queda» tenía mucho de cierto. Ocurre que el refranero es amplio y existen otras afirmaciones que pueden contravenir o reforzar lo anterior, como aquella de «siempre hay una excepción que confirma la regla». Aunque no lo parezca, os vengo a hablar de mis primeras horas de uso del nuevo lanzamiento de la comunidad que desarrolla openSUSE, el rebautizado como Leap, con número de versión 42.1. Se trata de la primera versión que incorpora una base de la rama empresarial de la distribución, la conocida y venerable SUSE Linux Enterprise. En la propia web de openSUSE se la denomina distribución híbrida, que aúna lo mejor de ambos mundos para entregarnos una experiencia única dentro de GNU/Linux. Esto es sobre el papel, que luego será o no será. Sigue leyendo «Primeras impresiones de openSUSE Leap 42.1»

Historias corrientes

La leyenda de la estabilidad. Así voy a llamar a partir de ahora a las ediciones con soporte extendido de Ubuntu. Os aviso de que no pretendo escribir un artículo para «rajar» de la distribución de Canonical, porque de ésos, está la red de redes llena. Solo describo mi experiencia personal con Ubuntu Trusty, que ha vuelto a devenir en un fallo inexplicable y de complicada depuración. A decir verdad, el que la solución fuese sencilla de localizar tampoco iba a suponer un atenuante, porque uno anda ya cansado de solucionar errores. Regresiones, «bugs», problemas derivados del uso de «PPAs»… qué sé yo. Ni soy un gurú ni lo pretendo. Soy un tipo con poca paciencia, eso sí. Sigue leyendo «Historias corrientes»