Gonzalo Ponce daba a conocer la semana pasada el lanzamiento de una nueva versión de Arquetype con KDE, basada en Fedora 23 y llamada «Libertas». Analizar distribuciones no es caer en el mal de siempre, que no nombraré porque estoy cansado hasta de mentarlo. Es algo más que eso: ayudar por partida doble. A los desarrolladores, porque se da a conocer su «producto», o más bien su «regalo», a la comunidad GNU/Linux. Y a los usuarios, porque se les da una idea de lo que el sistema puede ofrecer, por más que siempre se deba tener la precaución de no generalizar el rendimiento a todos los equipos del mundo. A mí me gusta ayudar y por eso estamos otra vez aquí.
Analicé el pasado verano la versión «rolling release» de Arquetype, también con KDE. A la espera de la salida de Libertas con Cinnamon, os presento a la basada en Fedora, una distribución con la que mis equipos, tradicionalmente, no se han llevado muy bien, por una mezcla entre mi desconocimiento de la misma y el carácter, siempre a la última, que define al banco de pruebas de Red Hat. Con esta revisión pretendo inaugurar una etapa en la que no se dé tanta importancia a la calificación, que a fin de cuentas variará mucho según el equipo en que se haya probado el sistema, además de puntualizar en ciertos aspectos, buscando análisis más escuetos y que den ideas generales de lo que el usuario se puede encontrar. Cinco apartados y una breve introducción serán suficientes. Comencemos.
¿Qué es Arquetype?
Arquetype es una distribución GNU/Linux de carácter comunitario. Se presenta en tres ediciones distintas:
Arquetype KDE. Basada en Fedora, edición «point release», es decir, que no es de desarrollo continuo.
Arquetype Cinnamon. También con base «fedoriana», pero usando el escritorio creado por los desarrolladores de Linux Mint.
Arquetype CRT (Continuous Release Term). Es una edición «rolling release», con escritorio KDE y basada en Manjaro, con gestor de paquetes Pacman. Nos la entregan en versión completa o versión ligera.
Todas las imágenes se pueden descargar desde aquí. No existen versiones de 32 bits, solamente de 64.

Instalación
Al basarse en Fedora, Arquetype 23 incorpora el módulo de instalación Anaconda. Aun reconociendo que ha mejorado ligeramente, me sigue pareciendo demasiado complejo en comparación con otras aplicaciones similares. Parco en opciones, ni siquiera permite instalar el Grub en un disco distinto a aquel en el cual se instala el sistema. Recomiendo leer con mucho detenimiento cada pantalla para evitar sorpresas desagradables en forma de borrado accidental de particiones equivocadas.

Diseño
Arquetype viene con muchas mejoras en el apartado gráfico, empezando por el estreno de un nuevo logo que viene a sustituir al anterior. Para el «artwork» de esta versión con KDE se ha escogido, con buen criterio a mi entender, el magnífico set de iconos Antü, creado por Fabián Inostroza y que Chakra no tuvo a bien incorporar. Sobre gustos no hay nada escrito, pero mi impresión personal es que Arquetype acierta y Chakra no. El tema de Plasma, sin embargo, no es el que recomienda el autor. Destaca la activación por defecto de algunas animaciones que no son frecuentes en otras distribuciones, como las ventanas gelatinosas o el efecto lámpara mágica al minimizar… qué buenos tiempos, los del esplendor de Compiz. Las tipografías, sin embargo, no las encuentro agradables a la vista, siendo este un defecto que observo en la gran mayoría de distribuciones con KDE Plasma 5.
En el debe, aparte del renderizado tipográfico, encuentro una mezcla de idiomas en las aplicaciones que no fui capaz de resolver, apareciendo partes de Dolphin en inglés, por ejemplo.

Software
La distribución nos trae gran cantidad de programas instalados y listos para usarse. Al software habitual de KDE se le añaden programas que uso con frecuencia, como Skype, Spotify, LibreOffice o Gimp, todos ellos en versiones recientes. El gestor de software y actualizaciones es Apper, que incluye un «applet» para barra de tareas desde el cual es posible poner el sistema al día.
Por otra parte, la inclusión de todos los «códecs» necesarios para la reproducción de archivos es algo de agradecer. No hubo problemas con ninguno de los formatos probados, ni con el contenido Flash en páginas web.

Rendimiento
Al igual que solía hacer en las revisiones, voy a seguir empleando algunas pruebas de rendimiento de la suite Phoronix, junto con el «benchmark» gráfico Unigine Valley para poner en comparación a las distribuciones con aquella que, teniendo en cuenta multitud de pruebas realizadas en el pasado, considero modelo de desempeño en mi equipo: la LTS de Ubuntu, 14.04. En todos los apartados analizados salvo uno, la distribución de Canonical sale vencedora, lo cual no quita que en otros aspectos no tan cuantificables, como la fluidez con que se comporta el sistema, Arquetype cause una muy buena impresión. Se pueden consultar los resultados completos de la batería de pruebas pulsando en el botón.


Nota: por error, los resultados de Arquetype vienen rotulados como «Samsung SSD 850…» y los de Ubuntu como «Ubuntu vs Arquetype» en Openbenchmarking. Es lo que tiene pagar la novatada, en sucesivas revisiones espero acertar con los títulos.
Estabilidad y errores
En el capítulo de fallos, además de las traducciones parciales, destaco dos. El primero no tiene gran importancia, y es que el volumen del sistema sube al máximo cada vez que se abre el reproductor de archivos de vídeo VLC. El segundo es harina de otro costal, pues influye decisivamente en la experiencia que un usuario poco avezado pueda tener: tras la primera actualización realizada por Apper, al reiniciar, el sistema se cuelga durante el arranque en lo que parece ser un problema con el Plymouth, el famoso gestor encargado de hacer más bonita esta secuencia inicial. Imposible volver a entrar al escritorio. Tuve que recurrir al «hard reset», para posteriormente escoger la entrada de rescate en Grub y ya poder deshacer el entuerto.
Algo que logré con la instalación, usando Apper, de los controladores propietarios de Nvidia. Por desgracia, como me ocurriera en una de mis últimas experiencias con Chakra, estos nuevos «drivers» descuadran la pantalla, sin que fuese capaz de solucionarlo por más que tratase de cambiar la resolución. Este problema, por razones obvias, escapa a la responsabilidad de los desarrolladores y habría que achacarlo a Nvidia, o al binomio que componen ésta y Plasma 5 (a mí en Cinnamon no me ha pasado).

Mi opinión de Arquetype 23 KDE
Como ocurre con Korora, la posibilidad de usar Fedora con el aliciente de incorporar los repositorios y paquetes que hacen la vida más fácil al usuario supone una gran baza. Este es el principal motivo, si no el único, que me lleva a recomendar la distribución. El desempeño es bueno, aunque no mejor que el de Ubuntu, como se desprende de las pruebas realizadas, pese a que viene con un kernel mucho más moderno. Por lo demás, destaco el excelente aspecto gráfico del escritorio, pese a que por alguna razón que desconozco, Plasma 5 no luce tan bien en mi equipo como lo hacía su predecesor. Es algo intangible, pero ahí está. Y, por supuesto, referido a algo tan subjetivo que muchos no tienen por qué compartir.
Salud

Puntos fuertes: una Fedora en la que todo funciona «out-of-the-box». Iconos y aspecto gráfico.
Puntos débiles: falló tras la primera actualización. Rendimiento mejorable.
Recomendada para: usuarios con conocimientos medios de GNU/Linux. «Fedorianos» que no se quieran complicar añadiendo repositorios imprescindibles como RPM Fusion.
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