Ayer fue un día de duro trabajo. No trabajo del de verdad, del que se hace para ganarse las habichuelas y seguir adelante en la jungla neoliberal en la que nos han metido algunos, sino aquel que los friquis de la Informática gustamos de realizar de cuando en cuando: la instalación y puesta a punto de un sistema operativo. Hay quien reinstala Windows y se maravilla con la velocidad que tiene recién colocadito en el disco duro. No sé si los «maqueros» harán algo parecido, no lo creo. Y luego estamos los «linuxeros». Anda que no nos gusta toquetear y disfrutar de las múltiples opciones que la libertad nos proporciona por la gracia de Tux.
Ando ya cantando las alabanzas de mi nuevo openSUSE Leap 42.1, rey y señor del disco duro SSD, con el que hasta el momento no ha habido problema alguno que reseñar. Cierto es que he sido extremadamente cuidadoso en la instalación y configuración, atendiendo solo a aquellos que más saben de la distribución del Geeko. Está claro que no es un sistema de instalar y punto, tiene sus cosillas, bastantes en realidad, que pueden frustrar a usuarios noveles o que no estén familiarizados con la particular metodología que se emplea en openSUSE. Yo lo tengo ya todo funcionando – soy así, un cansino que no para hasta que todo queda a su gusto – pero hoy solamente os comentaré las pinceladas básicas. Ya iremos desgranando en sucesivos artículos las piedras y bordes rugosos que me he encontrado en el camino. Poquito a poco, que se llega más lejos.
Cosas que hacer después de instalar openSUSE Leap 42.1
Como el tiempo es oro y no es plan de repetir lo que ya está escrito y documentado en la red, este apartado tan importante se puede resumir en un enlace:
Tutorial de Diversidad y un poco de todo sobre openSUSE Leap 42.1
Escrito por Benjamín García, se trata de un compendio de tareas a realizar, explicadas con claridad meridiana y paso a paso, de modo que es imposible equivocarse. Lo he seguido en dos ocasiones y en ambas todo ha quedado listo y sin líos de dependencias, algo que era común en mis anteriores experiencias con openSUSE. Me levanto y aplaudo a Benjamín por su tremendo trabajo. La única parte del tutorial – opcional, por cierto – que no he querido seguir es la adición de los repositorios de KDE para tener las últimas versiones de Plasma 5. Y no lo hago por dos motivos: el primero, el Plasma que viene de serie con Leap, versión 5.4.2, si bien no es el más actualizado sí que lo encuentro lo suficientemente parcheado como para que sus pequeños errores – muy pocos y que no provocan que Plasma haga «crash», como en otras distribuciones – me molesten en demasía. El segundo motivo, uno de peso, es que cuando intenté hacerlo en una ocasión anterior no fui capaz de resolver los líos de dependencias que se originaban. Y no, no tengo ganas de pelearme con el sistema por subir una versión los paquetes del entorno de escritorio. Ya no.
Lo dicho, sigan ustedes el tutorial de Benjamín y todo saldrá bien. Palabra.

Mejorar las tipografías de openSUSE Leap 42.1
Qué pesado el tío este de la sombra con las tipografías… lo sé. Soy muy sibarita con esa cuestión. Me encantan los suavizados redondeados y el buen acabado que se disfruta en Ubuntu, Linux Mint o Chakra. Y en openSUSE, tras retocar un par de cosas, también, por supuesto.
No he encontrado un tutorial en el que se deje claro lo que hay que hacer, imagino que este asunto, al ser tan subjetivo, provoca una gran variabilidad en las formas de afrontarlo y en la comparación de resultados finales. Hablando en plata, que habrá quien termine con unas tipografías peores, en su opinión, que las que trae la distribución de inicio. A mí nunca se me ha dado el caso y la mejora es significativa cada vez que lo he intentado.
Si buscáis el paquete «fontconfig» en la web de software de openSUSE y pulsáis en «Show unstable packages» vais a encontrar varias versiones del mismo. En mi instalación ha funcionado la primera que probé, la del repositorio «nick31», que asegura incorporar los parches del famoso usuario Bohoomil de Arch Linux. Una vez se instala con el «1-click-install», aseguraos de continuar suscritos al repositorio. Luego vais a Yast, al módulo de instalar software. Allí escogéis la pestaña «Repositorios», os colocáis en el de nick31 y pulsáis la opción «Cambiar paquetes de sistema a versiones de este repositorio». Fácil y práctico.

A continuación abrimos las preferencias del sistema de KDE y pulsamos en «Tipo de letra». Allí podéis escoger la tipografía que prefiráis, en mi caso he optado por Droid Sans. Si no están instaladas, como las fuentes de Ubuntu, por ejemplo, las encontraréis en la web de software de openSUSE. Suelo habilitar el suavizado de bordes, con una representación de subpíxeles RGB y un «hinting» suave. Es lo que mejor me funciona a mí, vosotros deberéis experimentar si el resultado no os convence, pues depende mucho de la tarjeta gráfica, el controlador (libre o propietario) y el monitor que tengáis.
Si optáis por cambiar la fuente predeterminada, conviene no olvidar abrir el módulo «Estilo de las aplicaciones» y cambiar también el tipo de letra a emplear en los programas que hacen uso de las librerías GTK, todo sea en pos de la uniformidad en el aspecto del sistema. Lo mismo sucede con las aplicaciones escritas en Qt4, es decir, que aún no han sido portadas a Qt5. Para este problema, openSUSE incorpora una entrada en el menú «Utilidades», denominada «Ajustes de Qt4», desde donde podremos seleccionar también el aspecto y el tipo de letra de estos programas.
Falta un paso más. Si no lo hacemos, cada vez que se abra alguna aplicación como superusuario no se aplicará nada de lo realizado en el párrafo anterior. De modo que pulsamos «Alt + F2» para ejecutar Krunner y escribimos la orden:
Tras introducir la contraseña, estaremos cambiando las preferencias del sistema en modo «root». Volvemos a repetir los pasos anteriores, esta vez para el superusuario. Ahora sí, todo correcto.
Instalar los iconos Antü en openSUSE Leap 42.1
Desde que conocí el trabajo de Fabián Alexis Inostroza para KDE no uso otra cosa. Tengo predilección por los temas claros, de ahí que no suela instalar la suite Antü completa, pero los iconos me parecen una auténtica maravilla. No están empaquetados para openSUSE, que yo sepa, pero su instalación no es para nada compleja. Desde la página de KDE-Look se puede descargar el pack. Basta copiar (como superusuario) a la ubicación predeterminada de los iconos para Plasma, que no es otra que «/usr/share/icons», la carpeta Icons que está dentro de Antu-Master. Lo podemos hacer con Dolphin, si queremos, igual que antes, pulsando «Alt + F2» e introduciendo:
Luego es cuestión de hacer un «copia y pega», simplemente. Luego volvemos a las «Preferencias del sistema», módulo «Iconos» y ahí los tendremos. Al igual que en el caso anterior de las tipografías, hay que tocar el módulo del aspecto GTK para que todo cuadre y repetir los pasos (salvo la copia a «/usr/share/icons») como superusuario si queremos una apariencia homogénea en nuestro sistema.

Por si no lo sabíais, el autor de esta suite sufrió un robo hace cosa de un mes que lo dejó sin equipos con los que seguir su trabajo. Buena oportunidad, si disfrutáis de su creación, de echarle una mano en el apartado «Donaciones» de su web.
Configurando las preferencias del sistema en openSUSE Leap 42.1
Para terminar estos primeros esbozos de personalización y adecuación del sistema a mis gustos personales, suelo abrir el poderoso «Preferencias del sistema» de KDE para cambiar aquello que no me gusta. No toco todo, pero casi. Os lo cuento punto por punto:
Tema del espacio de trabajo. En el caso particular de openSUSE, me gusta como queda el tema por defecto, por lo que no cambio nada aquí.
Iconos. Ya lo hemos visto antes: Antü es mi preferido para KDE.
Tipo de letra. Ídem de lo mismo, lo he explicado más arriba.
Estilo de las aplicaciones. Conviene revisar el módulo de aplicaciones GTK y adecuar el tema de iconos y la tipografía al resto del sistema. Si no nos gusta el aspecto de las ventanas por defecto aquí podremos ponerle remedio.
Comportamiento del escritorio. Suelo añadir, en «Bordes de pantalla», la esquina inferior derecha para mostrar el escritorio. Utilizo la superior izquierda para el efecto «Exposé», que viene habilitado de inicio. También desactivo el bloqueo de pantalla, pues no me gusta y no lo uso.
Accesos rápidos. Habilito normalmente un atajo común a Ubuntu y derivadas al que estoy habituado: CTRL + ALT + T para abrir una terminal. La fuerza de la costumbre es poderosa, joven padawan.
Arranque y apagado. Me gusta marcar «Comenzar con una sesión vacía» en el apartado «Sesión de escritorio».
Preferencias regionales. Por alguna razón nunca aparece el español seleccionado en idiomas preferidos, algo que se puede solucionar en esta sección.
Pantalla y monitor. Importante para los jugones: en el módulo «Compositor» marcar la casilla «Suspender el compositor en las ventanas a pantalla completa» para ganar rendimiento y unos cuantos valiosos «FPS».
KDE Connect. A pesar de que veamos el apartado para esta genial aplicación, el paquete que la aporta no viene instalado por defecto. Está en los repositorios oficiales y recomiendo su inclusión antes de configurar nada. Tampoco tiene sentido activar el plasmoide de barra de tareas, pues si lo hacemos estaremos duplicando la entrada de la aplicación, que queda minimizada sin que necesitemos añadir nada más. Además, el plasmoide no funciona correctamente.

Pues esto es todo lo que hago nada más instalar openSUSE Leap 42.1 KDE. Os emplazo a próximas entradas para ir añadiendo importantes funcionalidades al escritorio con el noble objetivo final de conseguir un sistema capaz de cubrir todas nuestras necesidades informáticas. Que no es moco de pavo, ojo. Y con software libre, avalado por la excelente comunidad y equipo de desarrolladores que respaldan a esta distribución.
Salud y Geeko para todos