Continuando con la saga de pequeños consejos para usuarios noveles que se embarcan en la gran experiencia de adoptar Linux Mint como sistema de uso principal, turno hoy para la instalación de los controladores propietarios. En general, quien más y quien menos tiene en su equipo algún hardware que requiere el uso de los mismos, de modo que me parece interesante explicar qué son, en qué se diferencian de los llamados controladores libres y cómo se pueden añadir al sistema.
¿Qué es un controlador?
De entre los muchos dispositivos que componen un equipo informático, hay una gran mayoría que precisa de una serie de ficheros, llamados controladores, que permiten al núcleo del sistema y a dicho hardware reconocerse y hablarse entre sí. Definición muy sui géneris, pero se trata de entender el concepto y no de profundizar demasiado. Para quien esté interesado en una explicación en condiciones, existe la Wikipedia, entre otras fuentes.
Controladores propietarios
Son los creados habitualmente por los fabricante de los dispositivos (impresora, placa base, tarjeta de red…), que por razones de competitividad y otros motivos de índole económica no suelen mostrar a todo el mundo el código fuente de dichos programas. Por regla general, los controladores propietarios o privativos suelen exprimir y sacar el máximo partido a los dispositivos para los que fueron creados, de ahí que el fabricante no permita a otras personas revisar el código para saber qué incluye. Es el caso de todos los controladores que existen para Windows y la razón de ser de esos CDs o disquetes para los más mayores, que solía incluir todo periférico que adquiríamos para dicho sistema operativo.
Controladores libres
Creados por la comunidad, normalmente mediante el uso de ingeniería inversa – algo muy complejo y que requiere un trabajo inmenso. Suelen rendir peor que los propietarios, aunque existen honrosas excepciones y ocasiones en las que el desempeño que proporcionan es más que suficiente para el uso que le damos al equipo. Obviamente, los juegos demandantes de recursos no suelen llevarse bien con estos controladores.

¿Qué controlador utilizar?
Pregunta con respuesta abierta. Todo depende de lo que queramos conseguir y nuestra filosofía de vida o forma de entender la Informática. Las distribuciones totalmente libres, como Trisquel, no incluyen ningún programa o controlador cuyo código no pueda ser estudiado o auditado. Por desgracia, en GNU/Linux hay dispositivos que únicamente funcionan con controladores propietarios.
Instalar controlador NVIDIA en Linux Mint
En mi caso particular, me veo obligado a instalar el controlador propietario de la famosa gráfica NVIDIA de Yoyo, debido a que los controladores libres (Nouveau) provocan, como en Ubuntu, congelaciones aleatorias en el escritorio. Afortunadamente es un proceso muy sencillo, que en unos pocos pasos se realiza sin dificultad alguna:
Abrimos el menú y escogemos «Administrador de controladores».
Comprobamos que se está usando el controlador libre Nouveau, así como que es el propietario el marcado como recomendado por los desarrolladores de Linux Mint. Abajo, además, se nos indica que no estamos usando controladores privativos.
Hay varias versiones del controlador. Recomiendo escoger la más moderna disponible, que en el momento actual es nvidia-352. Pulsamos en «Aplicar cambios» y esperamos la descarga e instalación del paquete.
Una vez finalizados, deberemos reiniciar el equipo para que el nuevo controlador entre en acción.
Y no hay que hacer nada más. Ni complicadas operaciones en consola, ni añadir repositorios; simplemente los pasos que os he descrito. Lógicamente, este es mi caso personal y el número de controladores disponibles variará según el hardware que tenga cada uno. Son habituales los controladores para tarjetas inalámbricas con «chipset» Ralink, por ejemplo. En esos casos, el procedimiento es similar: escoger, aplicar y reiniciar.
Tampoco contemplo aquí el caso de los equipos con gráficos híbridos (Intel integrada y NVIDIA dedicada suelen ser los más corrientes) que precisan del controlador Bumblebee. No me gusta escribir sobre aquello que desconozco y no he podido probar personalmente.
Configurando la tarjeta NVIDIA
Hace ya algunos meses que me rendí a la evidencia: los juegos siguen corriendo bastante mejor bajo Windows que bajo GNU/Linux. Por este motivo mantengo la partición con el sistema de Redmond y no tiene sentido duplicar esfuerzos e instalaciones usando mi partición con Linux Mint para jugar en Steam. Si no es vuestro caso, es decir, si queréis utilizar Steam en GNU/Linux, probablemente os interesará echar una ojeada a la aplicación «NVIDIA X Server Settings».
Aparecerá en el menú, apartado «Administración», una vez hayáis instalado el controlador privativo. Desde ella se pueden cambiar muchos parámetros que afectan al rendimiento de la tarjeta gráfica, además de comprobar, por ejemplo, la velocidad de rotación del ventilador que incorpora y la temperatura actual de la GPU.

Si sois jugones, los apartados llamados «PowerMizer» y «Application Profiles» os van a resultar muy útiles. Ahí podréis indicar a la tarjeta gráfica qué perfil queréis que use (ahorrativo o máxima potencia), así como añadir un filtro para cada aplicación que os permitirá que Steam emplee todos los recursos de la tarjeta.
Pues ya sabemos alguna cosilla más de Linux Mint. Esperando que os sea de utilidad, me despido hasta la próxima.
Salud