No es su nombre real. Porque, aunque apenas cuente con 2 días de vida, ella tiene derecho a la salvaguarda de su intimidad y yo el deber inexcusable de garantizarla. 2 días, no más de 48 horas desde que llegara a este mundo, y su diminuto corazón decidió que no iba a continuar latiendo. Ninguno podemos imaginar la congoja, la sensación indescriptible que debieron sentir sus padres cuando, en mitad de una toma, la niña dejó de respirar.